Las ingenierías de Esteiro pierden fuelle a pesar de su elevada demanda laboral

beatriz antón LA VOZ / FERROL

FERROL CIUDAD

ANGEL MANSO

El bajón de matrícula en Navales y Tecnologías Industriales preocupa a la dirección de la Politécnica, que ya proyecta medidas para frenar la pérdida de estudiantes

11 oct 2017 . Actualizado a las 15:40 h.

¿Por qué unos estudios con buenas perspectivas laborales pierden estudiantes en vez de ganarlos? Esta es la pregunta que no dejan de hacerse estos días los responsables de la Escuela Politécnica de Esteiro, donde este curso se ha registrado un acusado descenso de alumnos de nuevo ingreso en las aulas de primero. Aunque la matrícula no se cerrará de forma definitiva hasta mediados de octubre, las inscripciones realizadas hasta el momento no invitan al optimismo y ya revelan una considerable pérdida de estudiantes en los grados de Ingeniería en Tecnologías Industriales e Ingeniería Naval. Con respecto al curso pasado, el primero ha pasado de 47 a 16 alumnos de nuevo ingreso, y el segundo, de 27 a 15. Mejor ha soportado el bajón Ingeniería Mecánica, donde ya se han matriculado 38 estudiantes, frente a los 49 del año pasado.

«Estamos muy preocupados por este descenso, sobre todo porque en otras universidades que ofertan los mismos estudios no se ha notado y porque, además, se trata de unos grados muy versátiles y con salidas laborales en muchos campos», advierte Yáñez. Aunque considera que factores como el descenso demográfico y el aumento de la oferta de títulos pueden haber influido en esa pérdida de estudiantes, el director de la Politécnica cree que la principal causa reside en el escaso «tirón» de Ferrol como ciudad universitaria.

«Hemos hablado con los alumnos y ellos los que nos cuentan es que la gente de su edad no encuentra atractivo estudiar en Ferrol, porque no es una ciudad tan grande ni con tanta marcha como, por ejemplo, Vigo o Santiago», advierte Yáñez. Por eso el centro se ha marcado ahora el reto de darle la vuelta la tortilla y mostrar como «virtudes» todos esos factores que los alumnos perciben como obstáculos.

«Queremos que los jóvenes se den cuenta de que estudiar en una ciudad pequeña no es un inconveniente, sino que tiene múltiples ventajas, como que todo está a mano y los alquileres de pisos suelen ser más baratos y de mejor calidad. Además, al haber pocos alumnos, en nuestra escuela la atención es muy personalizada y la posibilidad de acceder a prácticas remuneradas está garantizada», recalca Yáñez. En este sentido, el director advierte de que el curso pasado quedaron catorce puestos de prácticas remuneradas sin cubrir por falta de alumnos, lo que considera una «pena» ya que, en muchas ocasiones, esas becas terminan convirtiéndose en contratos de trabajo.

Plan de acción

Ante el descenso de la matrícula, el centro que dirige Yáñez ya piensa en medidas para recuperar al alumnado perdido. «Además de las actividades que ya está impulsando la Universidade da Coruña para divulgar nuestros títulos a través del llamado Campus Industrial, nosotros, como escuela, vamos a hacer un esfuerzo para dar más visibilidad a todo el trabajo que desarrollamos en el centro tanto en el ámbito de la docencia, como en investigación, transferencia e innovación», apunta Yáñez. Las visitas a los institutos para captar a futuros alumnos y la organización de charlas a cargo de antiguos estudiantes que ahora ocupan puestos relevantes en el ámbito científico o industrial son algunas de las medidas contempladas en ese plan de acción.