Cuando el muro amenaza en lugar de defender

Bea Abelairas
BEA ABELAIRAS FERROL

FERROL CIUDAD

Desde el Colegio de Arquitectos de Ferrol recuerdan que sin mantenimiento son peligrosos

19 ene 2018 . Actualizado a las 12:09 h.

Mantener un muro bonito es sencillo y barato. De hecho, la asociación de vecinos de A Magdalena propone un concurso de grafitis para tapar los manchones negros y la fealdad de muchos de los que se encuentran en su barrio y en especial el perímetro del acuartelamiento del Sánchez Aguilera. El problema es que tras el desastre estético puede haber daños más graves, según apuntan desde el Colegio de Arquitectos de Ferrol (COAG). «Es una pena porque el mantenimiento de un muro es sencillísimo y apenas supone un coste económico», explica Ramón Montero, que preside la citada entidad.

El principio del fin para estas construcciones comienza cuando se acumula agua en la parte superior, ya que va horadando el muro: «El daño que causa depende del material del que está hecho, pero en muchos casos es de barro y eso va desintegrando la masa que da consistencia al cierre de forma que terminará derrumbándose», cuenta el arquitecto Montero para el que la solución de los grafitis es buena siempre que tengan un gusto mínimo. «Como en todo -advierte- los hay que son obras de arte y otros una simple gamberrada». De estos últimos hay una buena muestra en las paredes que rodean al baluarte de Canido. En los restos de la antigua muralla defensiva de la ciudad se acumula, al igual que en el cierre del Sánchez Aguilera vegetación, que es otra de las consecuencias del deterioro de estas defensas. «En el Sánchez Aguilera hay árboles y vegetación que están dañando el muro, esta es otra de los problemas importantes», precisa Montero, que no descarta que con todas estas agresiones los muros comiencen a derrumbarse con el consecuente peligro para los viandantes.

Entre las piedras que forman el baluarte crece un montón de vegetación que puede estar dañando una estructura centenaria y a la que se destinaron 80.000 euros hace siete años para realizar una rehabilitación que corre riesgo de perderse si no se realiza el mantenimiento adecuado. «Es una pena, porque es una zona verde infrautilizada a la que se saca poco partido, ni siquiera tiene un cartel explicativo», apunta Juanma, que reside muy cerca.

Grietas

Todo el perímetro del Sánchez Aguilera está en mal estado, pero a los técnicos les preocupan las grietas que presenta el lado de la avenida do Rei y que pueden generar un desmoronamiento como el que ya se aprecia en otro muro de la calle María, donde se ubicaba un antiguo cuartel de Infantería. Muy cerca hay otros espacios que piden a gritos una intervención urgente, como una de las paredes del final de Dolores que linda con la plaza de Amboage y que luce un antiestético y desgastado ladrillo a la vista.

Los muros verdes tampoco se salvan de un mantenimiento. En el barrio de San Xoán cuentan con no pocos ejemplos de paredes descuidadas, pero en el colegio público aseguran que urge que se repare una a la que dan mucho uso: «No muro que rodea o campo de fútbol simplemente faltan tramos», recuerda la directora. Mientras que en otro centro público, la guardería Virxe de Chamorro, hace meses que esperan la reparación de otro que hay en el patio y amenaza con caer.