Suárez y su cuestión de confianza

FERROL CIUDAD

CESAR TOIMIL

El alcalde sigue aferrándose a este instrumento político para tratar de aprobar su primer presupuesto después de tres años de mandato gobernando con el heredado

21 abr 2018 . Actualizado a las 05:00 h.

Tras múltiples anuncios a lo largo de tres años y unas cuantas semanas de silencio, el alcalde de Ferrol, Jorge Suárez, volvió a hablar ayer de la aprobación de los presupuestos municipales. Y lo hizo a colación del proyecto de reforma de la plaza de Armas, asegurando que se acometerá con cargo a los de esta anualidad y la siguiente. Pero ya no utilizó el término «inminente» ni fijó fechas a corto o medio plazo, sino que dijo que «estarán en vigor este mesmo ano».

En esta línea, Suárez aseguró que el borrador solo está a la espera de determinar qué cantidad del superávit se dedicará a inversión. A preguntas de la prensa, volvió a apuntar la posibilidad de ligar la aprobación de las cuentas a una cuestión de confianza, sin entrar a valorar que el plazo para someterse a dicho instrumento político se está agotando.

No obstante, Suárez apuntó que «ese será o último paso», porque primero tiene previsto dar traslado del borrador a los restantes grupos municipales, «porque o ideal será aprobar os orzamentos coa maioría necesaria». Pero añadió que «se non hai acordo, dada a convulsión política que vivimos nos últimos años, que obriga a multiplicar esforzos, será a través dunha moción de confianza».

En cualquier caso, el alcalde manifestó que «van ser uns orzamentos moi bos para a cidade, que estarán en vigor este mesmo ano e que, xunto có superávit, nos permitirán realizar os investimentos que necesitamos para crear un Ferrol próspero e moderno, coa realización das obras comprometidas, tanto no programa electoral como nos plenos». Jorge Suárez se refirió concretamente el Mercado de Caranza, la pasarela peatonal de Santa Mariña y la ya aludida reforma de la plaza de Armas.

La fórmula de ligar la aprobación de los presupuestos a una cuestión de confianza, a la que es muy probable que tenga que recurrir, ya que las posibilidades de que los grupos de la oposición le vayan a dar su apoyo con las elecciones a la vista, tiene unos plazos limitados. No hay posibilidad de someterse a ella en el último año de mandato, que comienza a finales del próximo mes de mayo o principios de junio, en función de para cuándo se daten las elecciones municipales, pero previamente el alcalde tendrá que convocar un pleno para someter a aprobación las cuentas. Si se las rechazan, tendrá que convocar un nuevo pleno para la cuestión de confianza y si en el mes siguiente no le presentan una moción de censura, que es lo más probable, los presupuestos quedarán entonces aprobados. Los plazos son demasiado ajustados, teniendo en cuenta que ni siquiera presentó el borrador a la oposición, incumpliendo también el último anuncio de que lo negociaría en el primer trimestre del 2018.