Maca Cabaleiro: «Alberti era un hombre entrañable, te recibía con los brazos abiertos»

Ramón Loureiro Calvo
ramón loureiro FERROL / LA VOZ

FERROL CIUDAD

JOSE PARDO

Afirma que «para que el mundo avance, todos tenemos que comprometernos»

01 may 2018 . Actualizado a las 05:00 h.

Maca Cabaleiro (Serantes, Ferrol, 1949) encarna el afán de hacer del deporte una escuela de valores. Y esto, que se dice así, en nada, apenas en un instante y con una docena de palabras, en realidad ha sido para ella el motor de toda una vida. De una vida generosa y entregada a los demás: de una existencia dedicada, en cuerpo y alma, a fomentar valores como los de la tolerancia y la convivencia a través de la educación. Galardonada en la última edición de la Fiesta del Deporte por toda su trayectoria, sigue convencida de que lo que de verdad da la medida de un ser humano no son sus éxitos personales, sino lo que ha hecho por los demás.

-Durante unos años, usted jugó al baloncesto al máximo nivel. En «la Roma», concretamente. ¿Echa de menos aquellos años en Italia?

-Sí, echo mucho de menos Italia. Y sobre todo echo mucho de menos Roma, una ciudad maravillosa para vivir, llena de gente encantadora que me acogió maravillosamente y que me hizo sentir que estaba en casa. Porque Roma, y así tengo que decirlo, también fue mi casa. No me habría importando quedarme allí unos cuantos años más.

-Pero decidió volver.

-Sí, claro, decidí volver. Pudo conmigo la morriña, que es algo que a los gallegos nos sucede constantemente, por más que nos encontremos felices en otro lugar del mundo. Es como si tirase de nosotros la tierra.

-Y eso que en Roma vivía en el mismísimo Trastevere...

-Sí, sí. En el Trastevere, allí vivía. A unos pasos, por cierto, de donde vivía Rafael Alberti.

-El gran Rafael Alberti, a quien usted también conoció y trató.

-Sí, conocí a Alberti. Tuve esa suerte, porque hay que decirlo así; es una suerte haberlo conocido. Incluso he estado en su casa.

-¿Qué recuerda del poeta?

-Que era encantador. Alberti era un hombre entrañable, que te recibía con los brazos abiertos.

-¿Y cómo fue, después, su regreso a España?

-Bueno, pues un cambio tremendo. La España de mi juventud no era la España de ahora. Pero yo tenía muy claro que había dos cosas que me importaban muchísimo: una, el deporte, por el que sentía pasión; y otra, la educación, que fue mi profesión siempre. Y no estaba dispuesta a renunciar a la forma en la que yo veía todo eso. Creo que tanto la educación como el deporte son de vital importancia para una sociedad. Sobre todo, cuando transmiten valores verdaderamente constructivos.

-¿Se encontró con muchas dificultades?

-¡Hombre, pues, qué voy a decir....! Mejor dejemos eso. Hubo un tiempo, y no hace tanto, en el que el deporte femenino estaba mal visto en España. Pero las cosas cambian si ponemos nuestro granito de arena para que así sea. Para que el mundo avance, todos, cada uno en la medida de nuestras posibilidades, tenemos que comprometernos. Hay que saber mirar lejos siempre.

«Echo mucho de menos Roma, una ciudad maravillosa para vivir, llena de gente encantadora»

«Conmigo pudo la morriña, que es algo que a los gallegos nos sucede constantemente»

«Hubo un tiempo, y no hace tanto, en el que el deporte femenino estaba mal visto»