El retraso de las obras del mercado de Caranza «inquieta» a los placeros

FERROL CIUDAD

JOSE PARDO

Están preocupados porque venció el último plazo del gobierno y se acercan las elecciones

25 mar 2019 . Actualizado a las 09:05 h.

La proximidad de las elecciones municipales y el vencimiento de los 15 días del último plazo que el gobierno de Ferrol les había dado la penúltima semana de febrero para el inicio de las obras del mercado de Caranza preocupa a los placeros. «Hasta que veamos los carteles y empiecen a descargar ladrillos estaremos inquietos», manifestó a este periódico el presidente del colectivo de vendedores, Carlos Basoa, recordando los múltiples anuncios y compromisos de construir un nuevo mercado o rehabilitar el actual cada vez que se acercaban unos comicios, que ningún partido llegó a cumplir.

Mientras tanto, el deterioro de las obsoletas instalaciones avanza a pasos agigantados y, en consecuencia, la falta de renovación de los operadores. De hecho, según Carlos Basoa, de los 14 puestos de venta que había hasta hace poco -en los comienzos llegó a haber 130, entre los interiores y los exteriores-, dos titulares acaban de jubilarse. De ahí que, de los 14 espacios de venta que figuran en el proyecto de esta primera fase de rehabilitación del mercado de Caranza, dos ya quedarán en reserva.

La inquietud de los operadores viene dada por el hecho de que el retraso no se limita a los 15 días del último plazo que dio el gobierno municipal, porque las obras ya están adjudicadas a una ute liderada por la empresa Prace, por un importe cercano a los 800.000 euros, desde finales de diciembre del año pasado.

Con posterioridad, el 5 de febrero pasado, la Xunta Local de Goberno aprobó un modificado del proyecto y semanas después se licitó la dirección de obra, que, al parecer, sigue pendiente de cerrar el contrato. «La concejala de Urbanismo me comunicó hace unos días, cuando me interesé por el retraso, que estaban pendientes de justificar la solvencia de un técnico y arrancamos», manifestó el presidente de los vendedores, insistiendo en que hasta que vea a los operarios en el mercado seguirá desconfiando de que las obras se vayan a acometer.

En cuanto a los cambios previos que se necesitarán para permitir el arranque de los trabajos, Carlos Basoa asegura que ya está todo programado para que la rehabilitación no interfiera en la actividad de los operadores. En esta línea, explicó que las pescaderías de la primera planta se desplazarán a la parte izquierda y que otro tanto ocurrirá con las carnicerías del bajo, a fin de liberar la otra ala del mercado.

No obstante, para realizar estos cambios resulta necesario acometer trabajos de adaptación de los puestos provisionales, que llevan años cerrados y algunos no tienen ni electricidad.

Pero Carlos Basoa confía en que este proceso se pueda solventar con rapidez, puesto que la empresa ya estuvo examinando la zona para comprobar qué intervenciones son necesarias para una ocupación temporal, pero con garantías, porque tiene que cumplimentarse la normativa sanitaria.