Un nuevo sueño turístico para A Graña

BEATRIZ ANTÓN FERROL / LA VOZ

FERROL CIUDAD

José Luis Guerrero Montero y Cristina Martínez Canuria, delante del edificio que están rehabilitando
José Luis Guerrero Montero y Cristina Martínez Canuria, delante del edificio que están rehabilitando JOSE PARDO

Una pareja del barrio rehabilita uno de los edificios más antiguos de su fachada marítima, en su día cuartel militar, para convertirlo en una casa rural

18 may 2019 . Actualizado a las 05:00 h.

José Luis Guerrero Montero y Cristina Martínez Canuria son de secano -él es de Madrid, y ella, de León-, pero hace ya mucho tiempo que aprendieron a querer bien al mar en A Graña, donde viven felices mirando a la ría. «Para nosotros esto es lo mejor de Ferrol, porque está al lado de la cuidad, pero al mismo tiempo es como si vivieses en una aldea, pero no en una aldea cualquiera, sino en una que tiene de todo: playa, una base naval y hasta un centro universitario, además de estar a dos pasos del castillo de San Felipe», dice con orgullo de su parroquia José Luis Guerrero.

Él y su mujer son veterinarios, pero, como creen mucho en Ferrol y siempre le han visto un enorme potencial turístico a su barrio, hace ya dos años tomaron la decisión de poner en marcha un nuevo sueño empresarial. La pareja puso sus ojos en uno de los edificios más antiguos de la fachada marítima -un inmueble centenario que en su día formó parte de un antiguo acuartelamiento militar-, lo adquirió y se lanzó a la aventura de rehabilitarlo para convertirlo en una casa rural con encanto. «Todavía no sabemos que nombre le vamos a poner, pero estamos barajando algo así como El descanso del guerrero o Experiencia Gallega», avanza ilusionado Guerrero.

Los permisos se hicieron esperar, pero los andamios rodean ya desde hace unos días este inmueble, que antaño formaba una única construcción junto con los dos edificios a los que está pegado. «Probablemente su origen se remonta al siglo XVIII, aunque no lo podemos asegurar al 100% porque no tenemos documentación y lo que sabemos de él es lo que los vecinos han ido contando de generación en generación por transmisión oral», explica Canuria.

La casa rural contará con tres habitaciones como mínimo y, aunque en el pasado se accedía a ella por la calle Real Baja, con la reforma la entrada principal estará en la explanada del muelle. «Hace años no había este relleno y el mar llegaba hasta el mismo muro de la planta baja de la casa, donde se encontraban los calabozos del cuartel», cuenta Cristina a modo de anécdota.

Después, con el paso del tiempo, el edificio sufrió sucesivas reformas y cambios de uso. Según explica José Luis Guerrero, en algún momento el antiguo cuartel dejó de serlo y se dividió en tres edificios independientes de uso residencial, uno de ellos el que compró la pareja hace un par de años y que llegó a albergar hasta tres viviendas.

Dentro de pocos meses, una vez finalice la rehabilitación, el inmueble lucirá totalmente renovado, aunque conservará muchos elementos originales, como una enorme lareira que elevará el caché de uno de los dormitorios. Según explican José Luis y Cristina, la restauración se está llevando a cabo con sumo mimo y cumpliendo con todos los requisitos que exige la normativa, al tratarse A Graña de un barrio histórico catalogado como Área de Rehabilitación Integral (ARI).

El matrimonio confía en abrir su casa rural en el plazo de un año. Y al preguntarle por sus expectativas, Cristina se muestra esperanzada. «Somos optimistas porque la ubicación es privilegiada y este sitio es muy bonito. Estamos seguros que los turistas que nos visiten encontrarán aquí un remanso de paz».