Correr y saltar, ni para el arriba facu

José Picado DE GUARISNAIS

FERROL CIUDAD

11 abr 2021 . Actualizado a las 05:00 h.

Que sí, que sí, que se va a poder correr y saltar, pero sin molestar. ¿Y lanzar? Ah, de eso no se dice nada. ¿Y eso de molestar incluye que no se podrá jugar al arriba facu? Ah, pues en eso tampoco es muy claro el artículo 18 del proyecto de la ordenanza del tráfico, la movilidad y esas cosas. ¡Acabáramos! Si se trata de una ordenanza mejor olvidarla. Se aprobará y no se cumplirá, como las demás. Pero el asunto es si los mozalbetes, los pocos que quedan (están en peligro de extinción, como es notorio), podrán coger una buena carrera y dar un salto largo, largo, encima de las «lombas» de los que pandan: ¿picos, porros o tainas? Pues probablemente en lugares concurridos no lo harán. Primero porque siempre habrá alguien a quien eso moleste, y segundo, no menos importante, porque los rapaces ferrolanos no tienen ni la más remota noticia de lo que es el arriba facu. No importa.

El asunto es que el proyecto que presenta el gobierno municipal, de más de 80 páginas colgadas en la web consistorial, ha generado la polémica característica. Nada nuevo. Todos los opositantes habituales, partidos políticos, asociaciones, tertulianos de las redes sociales locales y afines, dicen que es un disparate. No se puede prohibir correr, saltar, detenerse en las aceras con la excusa de que se forma un trombo más grande que el provocado por el Ever Given en el canal de Suez -para lo cual, dicho sea de paso, no hace falta que se junten varios vecinos; con que se pare uno ya bloquea la acera-, ni esperar el autobús fuera de las marquesinas. El concejal del ramo se escuda en que muchas de estas medidas ya están recogidas en normas de otras ciudades, como Madrid. ¿Madrid? En Madrid no parece posible que prohíban correr y saltar a los madrileños tan amantes de la libertad, según dice Ayuso. Ni a los turistas franceses poco propensos a ninguna actividad atlética con su tiempo ocupado en el trasiego de garrafones después, eso sí, de visitar museos, bibliotecas, jardines botánicos, galerías de arte y cosas así.

Las ciudades del futuro están en otra cosa. Cada vez tienen más vecinos teletrabajando y educándose a través de plataformas. Fomentan el comercio de proximidad y la compra en línea. Diseñan más parques, plazas y zonas verdes, más calles peatonales o compartidas con vehículos que circulan a baja velocidad. Cada vez tendrán menos desplazamientos de coches privados, alquilados o de pago por uso, y reducen los estacionamientos en la vía pública. Los transportes públicos serán eléctricos, no contaminantes y silenciosos. Las ciudades del futuro no están en los colorines de las zonas de aparcamiento. Están en devolverle el espacio a sus propietarios, los vecinos, sepan o no saltar al arriba facu.