Adiós en Ferrol a la estilista que empezó peinando por las casas y acabó vistiendo a misses y novias

R.P.P. FERROL

FERROL CIUDAD

CESAR TOIMIL

Pesar por el fallecimiento de Tere Hermida, mujer emprendedora que tuvo un salón de belleza, una academia de formación y una boutique de moda

20 may 2022 . Actualizado a las 00:24 h.

Ferrol dice adiós a una empresaria de moda que siempre presumió de su ciudad. Con trece años empezó a peinar por las casas. Echaba una mano a su hermana en el negocio familiar. Y ya no abandonó la actividad que convertiría en su pasión. La primera peluquería la montó en una de las habitaciones de su casa. Y desde ahí despegó. Primero, con un pequeño negocio en la calle Río Lambre, en el Ensanche A, que dio paso después a un salón de belleza, donde aunaba cuidados estéticos y capilares. María Teresa Hermida Martínez (Ferrol, 1950-2022) se hizo un nombre el sector. Y el sello Tere Hermida acabó por convertirse en un referente del estilismo más allá de las fronteras locales.

Quiso compartir su talento y se tituló en FP como formadora para abrir su academia. Pero esta empresaria entendía que el estilismo debía concebirse como algo global. Y de ahí nació su siguiente reto: la apertura de la boutique en la calle Real. Era el escaparate de los modelos que vistieron a muchas novias. Pero además, a Tere Hermida, le encomendaban en aquella década de los 2000 su imagen los aspirantes a guapos oficiales, vistiendo a los candidatos de las provincias gallegas de varias ediciones para los certámenes de Miss y Míster España.

«Era valiente, una adelantada a su tiempo y muy generosa». La define así su hija Esperanza Soto, que el martes en su despedida en Catabois le agradecía haberla convertido en «la niña más feliz del mundo». Lo hace entre la tristeza por la pérdida, el orgullo que sentía por ella a nivel personal y profesional, y la satisfacción de saber que su madre se fue habiendo cumplido todos sus sueños. Para los suyos, su marido, sus dos hijos y sus allegados, siempre será «lo más».

En la estrella a la que ahora mira su nieta Carlota descansa ya una mujer que trabajó siempre infatigable por su familia. Y por su Ferrol, ciudad a la que contribuyó a hacer un poquito más grande.