Carlos Piñeiro: «Nuestra ría es una enorme y valiosa despensa de ácidos grasos Omega-3»

FERROL CIUDAD

Carlos Piñeiro es médico de familia y presidente de la Asociación Amigos del Corazón (Amicor)
Carlos Piñeiro es médico de familia y presidente de la Asociación Amigos del Corazón (Amicor) JOSE PARDO

El impulsor del programa «10.000 corazones saludables» abordará esta tarde en Afundación los beneficios de la dieta ártabra y la nutricionista Lorena Díaz hablará sobre la dieta mediterránea

04 nov 2022 . Actualizado a las 13:22 h.

Todo el mundo ha escuchado hablar de la dieta mediterránea, pero tal vez no sean tantos los que conozcan la dieta ártabra, una denominación acuñada por el médico Carlos Piñeiro y con la que el Concello de Ferrol pretende poner en valor la identidad culinaria de la comarca.

Estos dos tipos de alimentación serán los protagonistas de la jornada Dieta Mediterránea versus Dieta Ártabra, que se celebra esta tarde (a las 19.00 horas, con entrada libre) en la sede ferrolana de Afundación.

La jornada —enmarcada dentro del programa 10.000 corazones saludables, que impulsa la asociación Amicor en colaboración con el Concello de Ferrol— abordará los beneficios que aportan ambas dietas para la salud cardiovascular y contará con la participación de dos profesionales de la ciudad. La dietista-nutricionista Lorena Díaz hablará sobre la dieta mediterránea, mientras que Carlos Piñeiro, médico de familia y presidente de la asociación Amigos del Corazón se centrará en los orígenes y características de la dieta ártabra.

CARLOS PIÑEIRO, MEDICO DE FAMILIA

«El problema es que los niños cada vez comen menos pescados y mariscos»

JOSE PARDO

Carlos Piñeiro (Ferrol, 1954), impulsor del programa 10.000 corazones saludables, no se cansa de ensalzar las virtudes de la dieta ártabra, una  denominación de nuevo sello con la que se quiere promocionar los productos y la alimentación tradicional del territorio comprendido entre las rías de Ares y Ortigueira. 

—¿Se podría decir que la dieta ártabra es una variante de la dieta atlántica?

—Así es. La dieta ártabra es la dieta atlántica propia de nuestra comarca. Se caracteriza sobre todo por un alto consumo de pescados y mariscos, que es algo que ya viene de la época de los castros marítimos, pero también se basa en el predominio de verduras como los grelos, las nabizas y las coles, frutas de arboricultura como peras, manzanas, castañas, higos y nueces y también las carnes de cerdo y ternera.

—Desde el punto de vista nutricional y de salud cardiovascular, ¿qué alimentos destacaría de la dieta ártabra?

—Sobre todo, los pescados y mariscos. No nos damos cuenta, pero nuestra ría es una enorme y valiosísima despensa de ácidos grados Omega-3, que son fundamentales para prevenir las enfermedades cardiovasculares. Nuestra ría y nuestra costa nos proporcionan pescados ricos en Omega-3 como caballas, sardinas, sargos... Y también tesoros como el choco de la ría, que además de ácidos grasos también aporta vitaminas y minerales, o las almejas, que son muy ricas en vitamina B12. El problema es que los niños cada vez comen menos pescados y mariscos, que son fundamentales para su desarrollo y su salud. Tanto niños como los adultos deberíamos consumirlos tres veces a la semana.

—También recalca la importancia de grelos, nabizas y berzas.

—Son verduras con mucha tradición en nuestra comarca y cuyo consumo debemos potenciar dentro de la dieta ártabra, porque tienen propiedades antioxidantes y anticancerígenas debido a su alto contenido en agentes fenólicos y glucosinolatos.

—En esta zona se consume mucho cerdo y ternera, tal vez no tan saludables para el corazón...

—Tanto la ternera como el cerdo poseen ácidos grasos esenciales, que son buenos para la salud, pero también grasas saturadas, como el tocino, que son las que hay que evitar. En cuando a la frecuencia, habría que limitar el consumo de las carnes rojas a no más de dos veces por semana.

—¿Y qué me dice de las patatas y el pan?

—Son fundamentales porque aportan hidratos de carbono, pero a menudo comemos más de la cuenta. ¿A quién no le gusta el pan? A todo el mundo, lo que pasa es que no podemos pasarnos, porque media barra representan ya 400 calorías. Además, hay que elegir bien y cuidar la forma de preparación. La patata, cocida y en cachelo, porque con la piel conserva mejor sus micronutrientes, y para pan, el de Neda, elaborado con cereales integrales y de forma artesanal.

CESAR TOIMIL

LORENA DÍAZ, NUTRICIONISTA

«El aceite de oliva virgen extra reduce un 30% la incidencia de la enfermedad cardiovascular»

 

Lorena Díaz (Ferrol 1985), dietista-nutricionista con consulta propia en la calle del Sol, hablará esta tarde en Afundación sobre la dieta mediterránea, una forma de alimentación declarada Patrimonio Cultural Inmaterial de la Humanidad por la Unesco y cuyos beneficios «están avalados por numerosos estudios científicos».

—¿Cuáles son las principales diferencias entre las dieta ártabra y la dieta mediterránea?

—En lo que se refiere al territorio, la dieta mediterránea engloba una zona geográfica más amplia que la ártabra. Y en cuanto a los alimentos, la base de la dieta ártabra son sobre todo los productos del mar, mientras que en la mediterránea predominan más las hortalizas, los cereales integrales, los frutos secos, el consumo moderado de carnes blancas y el aceite de oliva virgen extra.

—Este último es sin duda es el producto estrella de la dieta mediterránea. ¿Cuáles son sus beneficios desde el punto de vista nutricional?

—Verdaderamente es ‘oro líquido' y yo siempre recomiendo su uso, tanto en crudo como para guisar o freír. Si el bolsillo lo permite, siempre es mejor optar por un aceite de oliva virgen extra que por cualquier otro tipo de aceite. En cuanto a los beneficios para la salud, son muchísimos y existen estudios que demuestran que su consumo reduce en un 30 % la incidencia de las enfermedades cardiovasculares. También reduce en un 40 % el riesgo de desarrollar diabetes tipo II, y hasta en un 60% el riesgo de padecer cáncer de mama.

—Antes hablaba de la importancia de los frutos secos en la dieta mediterránea. ¿También son buenos para el corazón?

—Los frutos secos poseen grasas insaturadas, y al igual que el aceite de oliva virgen extra, ayudan a reducir el riesgo de padecer enfermedades cardiovasculares y disminuyen los niveles del colesterol malo.

—¿Por qué cree que en Galicia se consumen menos que en la costa mediterránea?

—Aquí comemos bastantes nueces, pero otros frutos secos, como las avellanas o las almendras, las tenemos más olvidadas, porque no hay tradición de cultivo y tal vez porque tienen fama de que engordan mucho debido a su alto aporte calórico. Sin embargo, las grasas de los frutos secos son muy beneficiosas para la salud y se recomienda tomar al día una ración de unos 30 gramos.

—¿Y de aceite de oliva virgen extra? ¿Qué cantidad recomienda de forma diaria?

—Unos 40 gramos, es decir, cuatro cucharas soperas al día.

—A pesar de sus diferencias, la dieta mediterránea también tiene puntos en común con la dieta ártabra.

—Las dos tienen cosas muy buenas y es que están basadas en el producto de cercanía y de temporada. Además, las dos resultan muy beneficiosas para la salud cardiovascular.