Marisol explica que vivió en Córdoba durante 17 años pero que venía a Galicia muy a menudo para ver a su hijo, a quien cuidaba una tía de ella, por lo que cruzó España centenares de veces y nunca tuvo ningún accidente. Los percances comenzaron a producirse hace cinco años, por un rayazo al coche de un vecino que la denunció. La condenaron a 32 días de trabajos en beneficio de la comunidad y ahí fue cuando se descubrió que no tenía carné, por lo que su coche fue trasladado al depósito de vehículos de la Policía Local de Ferrol. Y allí continúa, porque se niega a pagar los 500 euros que le reclaman por la estancia, pero ella sigue empeñada en conducir, por lo que se compró otro, con el que llegó otro nuevo incidente. Según indica la afectada, le había prestado el vehículo a un vecino que lo dejó bastante separado de la acera y el 10 de septiembre del 2020 recibió una llamada en la que le decían que su coche estorbaba a otro, por lo que bajó a la calle para moverlo. «Bajé en bata y zapatillas, y cuando estaba dentro de mi coche apareció un coche de la Policía Local por un lado de la calle y otro por el otro, me dijeron que bajara y yo les dije que no, me agarró un policía por cada brazo, me sacaron a la fuerza y me pusieron las esposas por la espalda, como si fuera una delincuente», rememora. Al momento llegó otro furgón policial y se la llevaron detenida. Marisol todavía está a la espera del juicio por supuestos delitos de resistencia grave y desobediencia a agentes de la Policía Local de Ferrol.
Pero Marisol sigue haciendo uso de su coche. De hecho, el pasado 31 de enero lo llevó a la revisión de la ITV y lo utiliza con relativa frecuencia, «porque conduzco como el mejor y soy más precavida que nadie», apunta.