Sin rastro de Suso de Genaro, vecino de Espasante, seis días después: «Tíñalle amor á vida»

A Jesús Martínez Pérez todos le conocen como Suso de Genaro, por su padre, que tenía un taller y un autobús, con el que llevaba a la gente a las ferias de Viveiro, Moeche, San Claudio o Loiba, como cuenta Mari Carmen, una de sus hermanas. Este vecino de A Calvela (aunque hay quien dice que su vivienda ya pertenece al lugar de Campo da Silva), en la parroquia de Espasante, cumplió 85 años el 1 de agosto.

Suso de Genaro, soltero, vivía solo en la casa donde se crio, heredada de sus padres. Y hace seis días que nadie sabe de él. El viernes, la panadera, al ver que seguían junto a la puerta las barras del miércoles y del jueves, preguntó en el taller de coches situado a unos pocos metros si sabían algo de él. Nadie le había visto desde el miércoles por la mañana, cuando salió con el coche, un Peugeot que apareció aparcado en el alto de Rande, en San Salvador de Couzadoiro.

Algún vecino asegura que se cruzó con su automóvil la tarde del miércoles, pero a todos les sorprende que ese día hubiera ido a su casa y hubiera dejado fuera la bolsa del pan. A raíz del aviso de la repartidora, saltaron todas las alarmas, y se inició la búsqueda. En seguida se encontró el vehículo y el rastreo se ha centrado desde entonces en el monte, una zona escarpada, invadida por los tojos y en parte arbolada.

«Baixamos ata o río [Esteiro], onde está a canteira que é del [el desaparecido], e subimos por sitios polos que non se anda, pareciamos xabarís», comentaban a mediodía varios vecinos que se sumaron al dispositivo. Esta mañana acudió el helicóptero de la Guardia Civil, varios agentes, personal del Grupo de Emerxencias Supramunicipal (GES) de Ortigueira, Policía Local, familiares y voluntarios, además de un dron de Axega (Axencia Galega de Emerxencias). Por la tarde se incorporó una patrulla del Servicio de Protección de la Naturaleza (Seprona), de la Guardia Civil, y estaba previsto que se sumara la Asociación de Cans de Salvamento de Galicia (Casaga), con sus perros. También se barajaba movilizar buzos para inspeccionar las pozas de agua de la cantera.

Julia, que vive a pocos metros de Suso de Genaro, se emociona al hablar de él. «Es un buen vecino, muchas veces nos sentábamos a conversar, se ofrecía a llevarme a Ortigueira y muchas veces fui con él, me traía unos xurelos porque sabe que me gustan... yo también le ayudaba en lo que podía. Ya teníamos buena relación con sus padres», cuenta. No se explica qué puede haberle pasado e insiste en una idea: «Tíñalle amor á vida».

Suso fue transportista. «Comproou a canteira (alí había dous obreiros) e tiña un camión co que levaba a lousa onde lla compraban, na zona do sur de Lugo ou onde fora. Era coñecido por moitos sitio, polos albañís, e servíalles a lousa», relata su hermana Mari Carmen. Confirma que vivía solo y que se encontraba bien de salud, aunque había sufrido hace ya tiempo un ictus. «Pero está ben, conduce, ten un tractor verde (John Deere) e unha pala (mixta), e manéxaos, ten todo rozado arredor da casa. Leva unha vida normal, activa, entretido na forxa que ten no taller,» describe.

Algún vecino señala que caminaba con cierta dificultad por problemas en una pierna, aunque no hace muchos días que le vieron subido a una escalera. Pero nadie cree que haya podido ir muy lejos desde el lugar donde dejó estacionado el coche, con el teléfono móvil dentro, debido a la orografía y la dificultad de moverse por un área boscosa y plagada de matorral, donde tiene varias propiedades (aparte de la cantera). La búsqueda proseguirá.

---

---

---