Idas y venidas

Carlos Gegúndez

FORZA BREO

JAMY

07 dic 2018 . Actualizado a las 13:30 h.

Vuelve la competición y el Breo aterriza en la capital de Euskadi para medirse a uno de los mejores clubes de la Liga Endesa. El gran salto adelante de la entidad se produjo en la última década del siglo pasado y el gran artífice ha sido Josean Querejeta. El mandatario guipuzcoano llegó al Baskonia como jugador de la mano de Pepe Laso con 17 años, después se enfundaría la camiseta del Joventut, CAI y Real Madrid. Tras su retirada deportiva, se asentó en la capital alavesa y asumió la presidencia del club hace ahora 30 años. Querejeta inició un proyecto deportivo y empresarial que empezó en el baloncesto, pero se fue ampliando a otros deportes como el fútbol. Compró un importante paquete accionarial del Deportivo Alavés en 2011 cuando este militaba en Segunda División B y actualmente el equipo ocupa la cuarta posición en Primera División. Mientras, el Kirolbet marcha como segundo clasificado en la Liga ACB, solo ha perdido dos partidos en esta competición y parece un imposible que el Breo pueda dar la sorpresa allí. Siempre ha sido un rival muy difícil para los celestes, solo tres triunfos en Vitoria, la última en la temporada 1994-1995 con 20 puntos de Tharon Mayes, aunque al final de ese curso el Breogán perdería la categoría. En cambio, los vascos lograrían su primer gran título, la Copa del Rey. En aquel equipo militaban un exbreoganista, Perasovic y otros dos jugadores que vestirían la celeste posteriormente, Santi Abad y Kenny Green. Cómo olvidar aquella jugada que repetían una y otra vez de memoria Pablo Laso, actual entrenador del Madrid y el pívot americano, asistencia del primero y mate del segundo en alley opp. En la temporada 1998-1999 Abad y Green ficharon por el Breo y fueron piezas claves en el ascenso del equipo. Solo tres años más tarde tuve noticias de Kenny Green a través de Bobby Martin, otro jugador americano que vino a Lugo, no eran alentadoras. Así que no me cogió por sorpresa la noticia de su ingreso en una prisión catarí hace ya un tiempo, ahora parece que ha superado esa triste etapa vital y que ha regresado a EE.UU con su familia. Cuando se apagan los focos y cesan los aplausos en ocasiones hay que salir a la calle y empezar de cero, no es fácil. El esfuerzo y el tiempo invertido para conseguir un triunfo, por pequeño que sea, es inversamente proporcional al que ese mismo logro tarda en caer en el olvido.