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La distorsión desaparece, la poesía permanece en este nuevo trabajo en solitario, donde las guitarras eléctricas han dado paso a los violines
25 nov 2016 . Actualizado a las 05:15 h.Cualquier anuncio relacionado con el líder de Extremoduro, puede originar un huracán en alguna parte del mundo. Una suerte de efecto mariposa, pero en este caso el temporal no es de lluvia y viento, sino de una llamada de atención de público y medios demencial. Robe Iniesta se convirtió hace años en el artista maldito que todos querían ser. Al borde del colapso y de un abismo compositivo que acaba en poesía pura. La semana pasada, el extremeño, volvía a firmar en solitario a través de un disco que continúa lo mostrado en Lo que aletea en nuestras cabezas (2015). La distorsión desaparece, la poesía permanece.
Destrozares. Canciones para el final de los tiempos, ahonda en la visión que Robe Iniesta siempre ha tratado de mostrar en su obra. Las herramientas, eso sí, han cambiado. Las guitarras eléctricas han dado paso a los violines, y los dobles bombos a percusiones medidas y cuidados arreglos de viento. Por otro lado, la temática gira en torno a la crítica social, la tristeza de la ausencia y, como siempre, el amor íntimo y próximo. Su portada, con una pareja abrazada sobre un edificio arrasado, es de los pocos rayos de esperanza que arroja Robe al oyente.
¿Y Extremoduro? La esencia está presente, la lírica de Robe, las armonías y la manera de atacar el canto son las mismas, pero detrás hay otra banda y otra idea. ¿Le gustará al fan de Extremoduro? A los iniciados con La ley innata (2008) es muy probable; a la vieja guardia, amantes más de su vertiente dura y explosiva, es probable que echen de menos ciertos elementos. Con todo, este es un disco de Robe, no de Extremoduro.
“He puesto mis carencias y mis errores. He puesto mi delirio, mi falta de gusto, mi confusión, mis lágrimas, mi vanidad, mi soledad de lechuza y mis contradicciones”, dice la mente detrás de este segundo disco. Una cabeza inquieta, rodeada de un halo de genialidad difícil de poseer o describir. Del caos de los noventa, a la consagración compositiva del nuevo milenio. Ahora toca algo nuevo. ¿Habrá gira esta vez? Un huracán lo anunciará.
ROCK
La tristeza invade la lírica de un disco que continúa lo mostrado en el anterior, y sigue profundizando, a través de sus letras, en la mente de uno de los músicos más enigmáticos y aplaudidos del rock español como es y será Robe Iniesta.