«Mi vida daría para una película, quizás la haga»

MARÍA ESTÉVEZ

FUGAS

El actor británico que rechazó el papel protagonista de «50 Sombras de Grey» llega este fin de semana a la cartelera convertido en el rey Arturo. Más allá de su espectacular físico, Charlie Hunnam destaca por su autoexigencia ante la cámara y en su vida personal, marcada por una adolescencia difícil

12 ago 2017 . Actualizado a las 09:46 h.

Hollywood se derrite con la llegada de Charlie Hunnam. El actor, famoso por la serie Hijos de la anarquía y que se negó a protagonizar 50 Sombras de Grey porque no quería convertirse «en una marioneta» del personaje, triunfa convertido en el último rey Arturo dirigido por Guy Ritchie y que cuenta, como curiosidad, con un cameo de David Beckham. Jude Law, Astrid Berges-Frisbey y Djimon Hounsou completan el reparto de Rey Arturo: La leyenda de Excálibur, que se estrena hoy.

-¿Cuándo empezó a interesarse por el rey Arturo?

-Supongo que al mismo tiempo que empecé a sentir curiosidad por la interpretación. Es parte de la literatura inglesa, de nuestro folclore y, en definitiva, una historia increíble. Recuerdo tener siete años y preguntarle a mi madre sobre el proceso necesario para ser actor. Quería saber si debía aprender a disparar, a montar a caballo o a jugar al fútbol. Mi madre se rio y me dijo: «Lo importante es la esencia de cada persona».

-¿Cuál fue el mayor reto para interpretar al monarca?

-Crear el personaje que tenía en mente Guy Ritchie. Esta película necesitaba que todo el elenco estuviera en sintonía. El líder es el barómetro por el que se rigen todos los demás miembros del equipo. Conseguir el tono adecuado de la historia fue, desde el principio, lo más importante. Después, intentar conseguir el equilibrio entre su actitud chula y fanfarrona. Me encantó la idea de que fuera un poco antipático al comienzo y que fuera seduciendo según evolucionaba la historia.

-En la metáfora de la espada está implícita la idea de superar los obstáculos ¿Recuerda algún momento difícil en su vida?

-Después de mi divorcio pensé que iba a convertirme en mi padre, siempre dedicado a su trabajo. Además, conocí a una chica en tres semanas, me enamoré y nos casamos inmediatamente. Teníamos 18 años y fue un desastre. Pero ahora he aprendido a encontrar equilibrio en mi vida.

-¿Se toma demasiado en serio?

-Puedo pecar de eso, sí. En este caso confié en el director. Guy Ritchie me dijo que me divirtiera con el personaje, que no me agobiara pensando, que en ningún momento iba a dejar que el público me viera como un gilipollas.

-Ha explicado en varias ocasiones que su paso por el colegio no fue muy agradable.

-Hay similitudes con lo que le ocurre el personaje en el filme. En Newcastle era muy popular en el colegio y recuerdo que el ultimo día que pasé allí, fue el de san Valentín. Recibí 27 tarjetas de 27 chicas diferentes. A los doce años, cuando mi madre se casó de nuevo, nos mudamos a Melmerby. Pensaba que iba a integrarme rápidamente, pero no fue así. No me llevaba bien con mis compañeros, probablemente porque yo llegaba con cierta arrogancia e inmadurez. Decidí que no quería forzar mi relación y yo les rechazaba tanto como ellos a mí. No sé si clasificarlo como acoso o como un desafortunado desencuentro que acabo convirtiéndose en un tiempo terrible para mí, sufriendo durante los años que allí pasé.

-¿Cómo lo superó?

-Me concentré en mi plan de escape. Era un lugar rural, remoto, con un paisaje bellísimo que invitaba a pensar. Fue doloroso pero, al mismo tiempo, una época maravillosa para explorar internamente la idea de convertirme en actor. El cine se convirtió en mi retiro espiritual. En lugar de pasarme el tiempo persiguiendo chicas y jodiéndome la vida, me educaba, me preparaba para el momento de cumplir la mayoría de edad y marcharme de allí.

-Un tiempo complicado.

-Nadie merece un tiempo prolongado de infelicidad, de dolor. Pero debo decir que tiene ventajas. A los 18 años abrí la puerta y me marché. Llegué a Londres con grandes expectativas y buscando un agente. El sentimiento de libertad que sentí es indescriptible. Nada más llegar me dediqué a buscar lo que deseaba.

-¿Tiene intención de convertir su historia en una película?

-Todavía no la he escrito, pero sin duda lo he pensado. Creo que sería interesante contar lo que tuve que vivir, porque no lo he visto nunca en el cine. Quiero contar la historia entre mi madre y mi padre. El conflicto que surgió entre ellos por la división latente entre ambición y la responsabilidad de su familia. Es una narración que quiero explorar. Puede ser muy excitante. Tengo que ponerme a escribir.