La juventud «indie» que enamora

FUGAS

.

El cuarteto vasco llega de la mano de SON Estrella Galicia con un nuevo disco menos electrónico y más rugiente. Material perfecto para ese escenario en el que Cris, Lore, Josu y Lander generan vibraciones muy especiales y contagiosas. Hoy actúan a las 21.00 en la sala Capitol de Santiago, mañana en Garufa (A Coruña).

06 abr 2018 . Actualizado a las 12:40 h.

Belako ha vuelto con el papel de lija. Su disco recién editado, Render Me Numb, Trivial Violence, rasca. «El giro está en la sonoridad, porque la metodología de la grabación ha sido totalmente distinta, ya que fue todo analógico. Eso te limita para hacer capas y más capas», explica Cris Lizarraga, cantante del grupo. Hace dos años habían dado un giro electrónico con Hamen (2016), confirmando lo apuntado en Eurie (2013).

Cris, Lore, Josu y Lander eran, por así decirlo, el grupo revelación del indie nacional. Lo tenían todo: juventud, chispa y un sonido de lo más oportuno que tiraba de ese cajón de sastre bautizado como post-punk. Se pasearon por los festivales de todo el país, enamoraron en las salas y lograron colar su nombre entre la lista de deseos de un público que, seguramente, los vuelva a respaldar ahora. «No hay un cambio de estilo, sino del modo de registrarlo», insiste la vocalista. Los fans pueden estar tranquilos.

¿A qué responde entonces ese sonido abrupto del tercer capítulo de su discografía? ¿Quizá un reflejo de esa violencia que proclaman en el mismo título? «Ummm... Eso creo que estaría muy pillado con pinzas», contesta Cris. ¿Entonces, qué hay detrás de ese título? «Bueno, se trata de hablar de todas esas situaciones de violencia implícita y explícita que suceden a día de hoy -argumenta-. En el disco se hace algo así como un toma de conciencia respecto a esos distintos tipos de violencia. Sobre todo, de la violencia simbólica de la televisión, que vende un modelo de vida y tú te haces un poco cómplice de ese sistema. Es como darte cuenta de que vives en una dictadura pero sin saber que estás en una dictadura».

Belako se suma a una sensibilidad cada vez más común en la escena independiente nacional. Si antes rara vez aparecía la política o las intenciones sociales en la música alternativa, ahora existe una necesidad de hacerlo constantemente. Para la cantante se trata de una consecuencia lógica del proceso creativo y psicológico: «El arte y la cultura se basan en canalizar los sentimientos de frustración de todo lo que nos viene grande». ¿Y eso hace sentir a uno bien cuando se vuelca en una canción? «No sé si los músicos somos justicieros frustrados o algo así, que se nos da mejor sacar algo creativo de todo esto que realmente tomar cartas en el asunto. Igual es una actitud un poco cobarde, pero es la que es», concluye.

DE GIRA POR EL MUNDO

El grupo vasco ha estado tocando en lugares tan remotos como Japón, Corea o Rusia. Se trata de visitas aisladas y exóticas. No ocurre así con México, donde han echado raíces. «Hemos estado mes y medio girando por ahí. Ya habíamos ido antes. La primera vez fue como una semana pero fue definitiva, pero teloneamos a División Minúscula en salas como el Auditorio Nacional en México, que son enormes. Seguramente no tocaremos en sitios tan grandes nunca más». Como todos los que acuden al país azteca, quedaron prendados de la actitud del público: «Allí la gente ruge y se hace notar. Es muy diferente a los otros sitios en los que hemos tocado».

Entre ellos se encuentra lógicamente Galicia. Aquí sus pases han ido desde telonear a Placebo en A Coruña a pases tan accidentados como el del Esmorga Fest hace un par de años. En cuanto se le menciona a Cris se le escapa una carcajada. «Nos pusieron muy tarde. Nos tocó salir las últimas y estaba la peña como estaba. Yo intenté dormir hasta tarde, llegué al festi y hacía un montón de frío. La única manera de levantar un poco el ánimo era el licor café. La gente decía que te venías arriba y allá fuimos».

¿Y cómo terminó todo? «Bueno, pues el concierto lo recuerdo borroso -se ríe-. En un tema que cantaba Josu tuve que ir al baño. Nunca más he vuelto a tomar licor café. De hecho, ahora ni siquiera bebo alcohol, fíjate lo que me ha marcado». Y vuelve a reírse.

Hoy, 21.00. Sala Capitol, Santiago. ENTRADAS 14/17 euros.

Mañana, 21.00. Garufa, A Coruña ENTRADAS 14/17 euros.