María Arnal: «La política no son los partidos, sino lo cotidiano»

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Su disco de debut «45 cerebros y 1 corazón»  ha convertido a Maria Arnal i Marcel Bagés en favoritos de la crítica. Hoy actúan a las 21.00 horas en Radar Estudios, de Vigo, de la mano de Son Estrella Galicia .

13 abr 2018 . Actualizado a las 16:53 h.

Estuvieron el año pasado en A Coruña, cuando eran uno de esos proyectos atractivos que empezaba a estar en boca de todos. Ahora regresan a Galicia convertidos en el disco nacional del año del 2017 gracias a su combinación de pasado y presente. Con María hablamos de su éxito.

-Vuelven consagrados por la crítica como uno de los discos del año. ¿Cómo han vivido esto?

-Nos ha sorprendido totalmente. Nosotros no vamos con una multinacional, ni tenemos una agencia de de prensa que nos busque las portadas. Somos un equipo muy pequeño: dos personas que hicimos el disco en una semana. Llevamos muy poco tiempo siendo un grupo. Yo no cantaba antes. Son muchas las cosas que nos han hecho sorprendernos ante este recibimiento. Había una conexión muy fuerte, de un público que hemos ido creando a base de muchísimos conciertos y muchísimo trabajo. Las listas fueron increíbles. Los premios, también. Desde hace unos meses también los sold outs. Estamos muy agradecidos y contentos.

-Su música genera cierto misticismo que permite establecer una concesión emocional muy directa. ¿Al interpretarla lo sienten?

-A mí me gusta mucho que me hagas esta pregunta, porque me interesa mucho todo lo que tiene que ver con esto, pero vivido desde un lugar muy cotidiano. No se trata del misticismo del ermitaño que vive fuera de la sociedad, sino el misticismo en el hacer el amor, en el compartir, en el hacer lo que te gusta, convivir dentro de la más absoluta absurdidad de estar flotando en medio del espacio. Y más en la esquizofrenia del mundo en el que vivimos. Entonces, claro que sí, claro que sentimos ese misticismo. Empezamos los conciertos como una bofetada, con 45 cerebros y un corazón. Arrancamos casi desenterrando una canción y una voz. De ahí vamos hacia delante.

-Dentro de esa cotidianeidad, hay una cosa que llama la atención de su voz: parece muy normal.

-No había cantando nunca. Ahora he aprendido mucho, tengo un profesor buenísimo pero la técnica por la técnica, ni el virtuosismo por el virtuosismo, que suele ser lo que se valora cuando se interpreta una canción a mí no me ha interesado nunca. A mí solo me interesa para decir una cosa y, dentro de eso, te puede servir cantar mal en un momento dado. Yo es donde me sitúo.

-¿Renovadores del folk? ¿Continuadores de una tradición? ¿De constructores del pasado?

-Nosotros siempre hemos dicho que no recuperamos ni actualizamos, sino que remezclamos. Cogemos ese material y lo hacemos nuestro interviniéndolo, haciendo nuevas canciones a partir de ahí. Eso al principio. Luego hemos hecho canciones propias. Yo no sé muy bien qué etiqueta usar. A mí me parece más interesante generar discurso que no pase necesariamente por esas palabras. En nuestro caso lo que hemos trabajado es cómo nos relacionamos con este tipo de memoria. Pero teniendo en cuenta que es el presente. ¿Tenemos miedo de hablar de los 45 cerebros y 1 corazón [una canción que trata sobre una fosa común del franquismo]? A veces la peor censura es la que nos imponemos. Creo que los procesos políticos, sociales y culturales que ha vivido este país están en el día a día y sostienen la idea de cómo nos relacionamos con la realidad, la de personas de 30 años en el 2018.

-Pasa con ustedes, con Silvia Pérez Cruz o Nacho Vegas. Artistas que parecen conectar con un anhelo político que está en el público. ¿Lo ven?

- Sí. En nuestro caso no es que en un disco hayamos decidido tratar un tema político. Nosotros venimos de ese planteamiento con la vida. Entendemos que la política no son los partidos, sino lo cotidiano. Eso lo hemos aprendido del feminismo. La vida cotidiana es donde pasa todo, donde está la realidad. Nosotros venimos de experiencias colectivas muy potentes en Barcelona. Por eso hacemos la música que hacemos, no al revés.

-A parte de esa sensibilidad política, existe en el pop nacional un interés en la búsqueda de las raíces. Aunque sean artista sin nada que ver, lo cierto es que veo a Rosalía, a Niño de Elche, a Silvia Pérez Cruz o ustedes y percibo cierta conexión.

-Si es verdad. Lo del Niño de Elche, por ejemplo, es una pasada. De él hemos aprendido muchísimo. El prólogo de nuestro disco lo ha escrito él. Sí que hay una relación con este material que es distinta del uso que se hizo durante la Transición. Por ejemplo en Cataluña estuvo la nova canço, María del Mar Bonet y cantantes que eran como divas populares. Ahora hay una revisión de todo ese material, pero desde un lugar distinto. Pero también son procesos y modas.

-¿Y una reacción ante el exceso de anglosajonización?

-Sí, pero no sé decir si es mejor o peor. Yo conecto con este material y creo que es muy útil para lo que quiero hacer.