«No me imagino viviendo sin teatro»

TEXTO: F. MOLEZÚN

FUGAS

cedida

Funciona a la perfección en comedia, pero cuando se pasa al drama es capaz de darle al personaje unos tintes trágicos, casi patéticos, que no están al alcance de todos. Pepón Nieto lo demuestra en «La culpa»

07 dic 2018 . Actualizado a las 05:00 h.

Acabamos de verle metido en una sátira exagerada, cercana a la commedia dell’arte, en La comedia de las mentiras y ahora vuelve Pepón Nieto en un registro radicalmente opuesto con La culpa, de David Mamet, el día 15 en el Auditorio Afundación de Pontevedra y el 16 en el Teatro Afundación de Vigo.

-De una comedia a un drama de Mamet en tiempo récord. ¡Vaya giro!

-Es cierto, pero los cambios son siempre buenos para la salud mental. Mientras estaba terminando la gira de La comedia de las mentiras estaba ya ensayando La culpa, y en ese período sí que estuve un poco esquizofrénico, pero ahora ya estoy totalmente centrado en esta obra.

-¿No le cuestan estos cambios de registro tan radicales?

-La cabeza funciona de una manera alucinante. Si estoy con una obra que sé que no voy a hacerla en dos meses, no se me olvida ni una coma del texto. Pero como sepa que no la voy a hacer más, en dos días la he olvidado del todo.

-Poco hemos oído hablar de esta obra...

-Es un texto totalmente desconocido, porque solo se ha presentado en Nueva York. España es el primer país europeo en el que se representa. El director, Juan Carlos Rubio, le ha dado un punto de vista muy interesante al texto y a la puesta en escena.

-Hasta el cartel, oscuro y directo, tiene un toque un poco intimidante.

-Refleja el texto, que es muy inquietante, con unos personajes sobrepasados pos las circunstancias, pisoteados por la vida, manipuladores... Todo con una muerte sentimental anunciada de fondo, con un matrimonio que intenta salvar los muebles en una relación que no da más.

-Suena mucho a Mamet.

-Es Mamet en estado puro, muy reconocible. Con unos personajes muy inteligentes y con un lado oscuro. Todos tienen culpa, todos tienen algo que ocultar. Es una obra compleja, te hace pensar porque te obliga a tomar posición con unos personajes que no son del todo buenos ni del todo malos. Están llenos de matices.

-Me huelo que esta obra va a dar mucho de sí.

-Bueno, acabamos de estrenar como quien dice, y ya tenemos más de cincuenta bolos comprometidos, así que tiene buena pinta. Vamos a estar, seguro, hasta diciembre del año que viene, porque ya tenemos funciones para esas fechas.

-¿Quiere eso decir que desaparecerá durante este tiempo del audiovisual para dedicarse de lleno al teatro?

-Siempre he intentado compaginar las dos cosas, porque vivir solo del teatro es muy complicado. Seguro que habrá algún proyecto que no pueda hacer, pero el teatro es lo primero, forma parte de mi vida. No me imagino viviendo sin él. Esto más que un trabajo es una forma de vida, a veces un poco dura, porque hay giras muy largas, pero que no me pesa ni lo más mínimo. Es un disfrute.