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El músico pontevedrés que lideró La Familia debuta en solitario con un introspectivo y honesto compendio de tiempos medios en clave de pop de autor y folk contemporáneo

07 dic 2018 . Actualizado a las 05:00 h.

Dice el creador de Catedral que bien podría haber titulado su disco Las movidas de Santi Araújo. Hasta ese punto asume el músico de Ponteareas el profundo reflejo de su identidad, de sus anhelos, contradicciones y quimeras que asoma en cada una de estas canciones.

La referencia que hasta ahora ubicaba a Santi Araújo era La Familia, grupo de cierta relevancia que a finales de la década pasada reunió a viejos conocidos de la escena musical viguesa. Pues bien, con mantener inequívocas conexiones con aquel pasado el proyecto personal de Santi Araújo no es una continuidad de La Familia.

En Catedral se desprende de cierta electrificación y se recoge, cuando menos, la melena para adentrarse en una profunda introspección. Llevada casi al paroxismo en Vencejos, el tema que abre el disco, y en cuyo videoclip Santi Araújo es el protagonista de su propio velatorio y funeral. Para serlo después también de su resurrección.

Más que una visual alegoría, semeja toda una confesión abierta en canal que refrenda el músico cuando revela que estuvo cinco años sin componer ni una sola canción. «Hasta que de repente un día me encontré con estas canciones. Yo no las busqué. Ellas me eligieron a mí», comenta.

Detalla atinadamente el texto de promo que en las canciones de Catedral «resuenan ecos del folk-rock alternativo de corte americano, tics que nos llevan a pensar en iconos inalterables de la confesión pop y hasta acercamientos a registros de algunos de los compositores más maduros del pop alternativo español más reciente». Por mi parte, nada que añadir al respecto. ¿Y por parte del autor? «No me he sentido reconocido en algunas referencias de las que se ha hablado», dice. «Escucho de todo. Pero de todo con mayúsculas. Desde el hip hop al tropicalismo. A lo que no estoy muy atento, y no lo digo con orgullo, es a lo que hacen mis coetáneos».

Y quizá no sea preciso para entender este disco. Porque todas las claves están en su interior. Es ahí donde hay que poner la lupa. En su oscura poética, en esa resaca existencialista que lo sobrevuela y a la que el músico se sobrepone con un vitalismo contenido. «¿Y qué es la vida? / Volar y resistir».

Suficiente para transitar con serena indulgencia por esos «laberintos conocidos» que finalmente le llevan a la catedral, la canción que lo cierra. «La canción que toda mi vida soñé hacer», confiesa Santi Araújo. Pues bien hecha queda.

«CATEDRAL»

ERNIE RECORDS

Todo un honesto viaje musical a ese laberinto que son las profundidades de uno mismo.