Icíar Bollaín: «Nos quedamos sobrecogidos con la escena de la paliza»

Virginia Madrid

FUGAS

HectorGarrido

El último trabajo de la directora, «Yuli», que gira en torno a la figura del bailarín cubano Carlos Acosta, opta mañana a cinco goyas

01 feb 2019 . Actualizado a las 08:31 h.

Yuli, la cinta que gira en torno a la figura del bailarín cubano Carlos Acosta, es el noveno largometraje de Icíar Bollaín y cuenta con cinco nominaciones los premios Goya que se entregan mañana. La directora y el guionista Paul Laverty, su pareja y padre de sus tres hijos, han trabajado codo con codo para contarnos la historia excepcional de un niño que no quería bailar y que, obligado por su padre y con mucho esfuerzo, se convirtió en el primer bailarín del Royal Ballet de Londres.

 ­­-¿Cómo surgió la idea?

-Se lo propusieron a Paul, le gustó mucho, pero antes de aceptar, les dijo que había quedado conmigo para hacer la siguiente película juntos, de manera que si entraba él, entrábamos los dos, les pareció bien y tiramos adelante.

-¿Qué te atrapó de la vida de Yuli, como le llamaban de niño?

-Leí la biografía de Carlos, No way home, y me resultó apasionante. Su vida es muy excepcional y lo hemos intentado reflejar. Es una historia de esfuerzo, sacrificio y dedicación a la danza de un chico negro que se convirtió en uno de los mejores bailarines de su generación.

-Es un canto al esfuerzo, a la superación…

-Y al amor. Fíjate, Carlos le dedica la película a su padre, con el que mantenía una relación de amor y odio, porque sus métodos no son los más adecuados, le pegaba y le obligó a ser bailarín, cuando él soñaba con jugar al fútbol; pero aunque hay mucho dolor, también hay mucho amor. También a la danza que lo convirtió en la primera figura del Royal Ballet de Londres, a su familia y a su tierra donde regresó y creó su propia escuela para ayudar a los niños que sueñan con ser bailarines.

-La escena en la que el padre le da una paliza tremenda a Carlos de pequeño es durísima. ¿Cómo fue rodarla?

-Fue muy fuerte. Y eso que Carlos ya hizo su catarsis al relatarlo en su biografía y sabía que se iban a revisar los episodios más intensos de su vida. Sin embargo, en la escena de la paliza, Carlos interpreta a su padre, y lo hicimos a través de una coreografía maravillosa. Revivió con tanta veracidad la paliza y los golpes con el cinturón, que tras rodar, se marchó llorando y estuvo un largo rato sin aparecer. Todos nos quedamos en silencio y sobrecogidos.

-¿Y a ti, te gusta bailar?

-Soy muy bailonga, y disfruto mucho como espectadora de danza y ballet contemporáneo.

-¿Qué te ha aportado a nivel personal esta historia?

-Ha sido fantástico el poder acercarme al pueblo cubano. Me ha brindado la oportunidad de descubrir cómo viven o sobreviven, cómo sienten e incluso comprender sus contradicciones.

-¿Cómo llevas lo de trabajar con tu pareja?

-Bien, ambos respetamos mucho el trabajo del otro y cuando no estamos de acuerdo en algo, lo dialogamos.

-¿Le has dado vueltas a tu próxima historia?

-Tengo dos en marcha. Una sobre un tema más personal y otro proyecto sobre cosas de la historia más reciente de nuestro país.