Agosto acaba entre Nolan y Lovecraft

C. Pereiro

FUGAS

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La serie de HBO y la nueva película del cineasta inglés son los dos grandes estrenos de este final de verano atípico

28 ago 2020 . Actualizado a las 08:09 h.

¡Vaya verano el de aquel año!, diremos en un tiempo. Difícil olvidar aquella pandemia, difícil olvidar sus consecuencias y difícil no pensar en cómo quedó todo en suspenso. Más allá de toda duda, el público quiere contenido fresco, necesita nuevas historias, relatos novedosos que inunden su retina. Serie o película, streaming o sala de cine, la dicotomía audiovisual en la que vivimos hoy en día. Quizás por eso, el calendario sea marcado en ocasiones por los lanzamientos, sea el formato que sea, y así los marcamos en rojo en el calendario, para contar los días hasta que lleguen.

Hay que simplificar. Este agosto dos apellidos salen a la palestra: Nolan y Lovecraft. El primero ha estrenado esta semana su nueva cinta en las salas de cine, Tenet, una proeza audiovisual de mensaje sencillo, pero de enorme complejidad técnica que asombra y sobrecoge a partes iguales. El segundo nombre ve resucitado su universo a través de la última apuesta de HBO, que adapta el libro Territorio Lovecraft de Matt Ruff y conjuga las historias de terror del mítico escritor americano junto con los relatos racistas de mediados de siglo en el sur de los Estados Unidos, bastante más terroríficos.

Nada tienen en común las dos propuestas, absolutamente nada, pero sí coinciden en ese intento de volver a la normalidad de los estrenos marcados y deseados. Luego habrá que decidir si gustan o si se guardan en el cajón más inaccesible de la casa, pero hoy están aquí, a tan solo una suscripción de distancia o a un paseo hasta el cine más cercano.

Tiempo y monstruos

Quedan ríos de tinta por escribir sobre Tenet, ya se lo adelanto. Muchas críticas irán apareciendo estos días, muchos análisis y mucha literatura, y probablemente todo muy polarizado. Ocurre siempre con el director de masas en el que se ha ido transformando Christopher Nolan, pero que ha arriesgado algo más de lo que acostumbra con esta propuesta. ¿Por qué? Porque es imposible pensar que ningún otro director se metería en semejante proyecto y saliera airoso; que no sin algún roce.

La cinta del cineasta inglés parte de una premisa sencilla, de un argumento irrisorio que no va más allá del espía que debe salvar el mundo, pero el relato pronto es retorcido como una espiral de ADN en la que se van modificando sus bases con dos ingredientes muy volátiles: la ciencia ficción y el tiempo. No son necesarios los destripes, pero quizás sí la advertencia de que las primeras críticas realizan amenazas demasiado alarmistas sobre si el público entenderá la película. ¿Es posible perderse viéndola? Claro, sí, pero ni por asomo es ese entramado que algunos han vendido como inaccesible o donde nada puede hilar el espectador.

Ciertamente, parte Territorio Lovecraft con un tono bastante más ligero a la hora de poner a funcionar los engranajes del cerebro. Con dos episodios estrenados por el momento, es difícil elaborar una valoración real, sobre todo con la total disparidad que se vive en uno y en otro.

El comienzo de la serie es vibrante y alentador, muy interesante y claro en la propuesta que parece querer vender, pero el segundo se convierte en un interrogante mayúsculo. ¿De qué va a ir la serie? ¿Qué nos contarán en los próximos episodios? ¿Por qué es tan distinto de repente y sin avisar? Sea como fuere, se irá viendo a lo largo de las próximas semanas, pues HBO ha decidido continuar con la premisa tradicional de un capítulo cada siete días.

Así quedan las opciones para este final de verano. Que no hay que engañar a nadie, también hay otras películas en la cartelera: Padre no hay más que uno 2, Los nuevos mutantes o Un amigo extraordinario. Tardaron en llegar, pero están aquí. Lo mismo en las plataformas de streaming, que han ido nutriéndose de nuevas temporadas de series ya comenzadas o que lo harán este otoño. Ojalá no sea tan largo como ha sido la primavera.