David Perdomo: «Cuando me dio la angina de pecho, Dani Rovira apareció en mi casa al día siguiente»

Sandra Faginas Souto
Sandra Faginas REDACCIÓN / LA VOZ

FUGAS

ANGEL MANSO

El cómico vuelve con sus monólogos. El 11 de septiembre estará en Sarria y el 13 en Mondoñedo, en un regreso extraño delante del público: «Me siento como Marlene Dietrich»

03 sep 2020 . Actualizado a las 17:17 h.

Perdomo vuelve a los escenarios cargado de energía. La que dice le ha dado la pandemia, donde ha encontrado un tiempo de reflexión y de crecimiento interior.

-Ahora no ves la sonrisa de la gente.

-Claro. No ayuda y la gente aún tiene miedo. El humor es un bálsamo para la gente, pero desde la perspectiva del cómico, hablo por mí, ha sido extraño, triste. Te sientes como Marlene Dietrich con los bombardeos encima. Pero bueno, los payasos nos dedicamos a hacer reír, hacemos humor en tiempos de guerra.

 -¿Has ido evolucionando tú con el covid? ¿Has pasado varias fases?

-No te creas. Yo soy un tipo muy estable emocionalmente [risas], he subido cinco escalones durante la pandemia a nivel personal. Creo que estoy mejor que nunca a nivel mental. Ha sido muy positivo para mí. El exterior es como tú lo quieras interpretar, yo a nivel interior, humano, he evolucionado. También porque he cumplido los 40 años. Yo a la pandemia no le pondría ni un pero.

-¿Te quitó estrés?

-Sí, me puso en perspectiva. Yo soy un tipo reflexivo que no deja de sacarle punta a las cosas, me siento un poco filósofo a veces. El covid ha venido bien para aprender de uno mismo; el que no quiera aprender, seguirá frustrado. Mi vida ha cambiado radicalmente, tengo muchos proyectos nuevos. Cuando tu energía es la correcta, el universo te provee. En este momento de caos, estoy muy tranquilo y creo que lo que viene a nivel personal es la bomba. Confío. El tener autodisciplina genera amor propio, cumples metas poco a poco y eso muy positivo. El que se lo haya perdido y haya querido pelearse con la realidad, mala suerte.

«El covid ha venido bien para aprender de uno mismo; el que no quiera aprender, seguirá frustrado»

-En Instagram hiciste toda una reflexión profunda sobre cumplir los 40 y Touriñán te respondió: «¿Quedamos para follar?»

-Ja, ja. Claro, porque él estaba de cachondeo, tiene esa tontería conmigo. Yo últimamente he bajado de peso, me entrena mi cuñado, y estoy hecho un bomboncito. Instagram lo uso como lo que es. Ahí todo es mentira, hay una regla de oro: que lo que se enseña es inversamente proporcional a lo que es. La gente que es feliz no hace apología en las redes. Yo lo utilizo como actor, pero no me gusta cómo se usa. Yo lo hago en plan: «Mirad qué bueno estoy».

-Yo creo que te lo dijo para cortarte porque te estabas poniendo intensito.

-Touri es puto cuñado. Es el típico que le da a me gusta a todo sin filtro. Es como un señor mayor con una red social. Pero qué voy a decir yo de Touri, es mi hermanito, lo amo. Y me encanta que no le dé importancia a todo esto. Instagram es un mundo turbio, hipersexualizado y hasta obsceno. No lo digo desde el punto de vista monjil, pero palpita carencia emocional y falta de autoestima. Yo cuando necesito un chute, me subo una foto guapito y ya está. Eso coincide con que tengo un día malo. Es como el pressing catch de los 90, sabías que las hostias eran falsas, pero molaba. Era mentira pero daba igual.

-¿Los 40 entonces te sientan bien?

-Sí, me hace gracia que pensásemos que a los 30 éramos adultos, ahora me doy cuenta. Lo tienes todo clarito. Y le dices a la gente: sácate de mi vista. Esta época te cambia el coco, dejas la frivolidad fuera, a mí ya me conoces, soy un tipo claro. 

-Ni siquiera el Dépor te pone triste.

-No, me fastidia por ver a la gente triste. Y por Borja Valle, que estuvo toda la cuarentena ahí apoyándonos en los directos de Instagram. Ahora está la ciudad triste. A mí me interesa más el folclore de los vampiros del siglo XIV que el fútbol, pero me da pena lo del Dépor. Esa palabra, afouteza, aunque ahora tenemos la nube negra encima, nos hará resurgir. Este equipo está en dos años en primera. 

-¿A Tebas le harías un monólogo?

-A Tebas le daría dos hostias en la boca. Yo sigo la base de que quien tiene cara de malo es malo. Igual que las cebras cuando ven a un león no dicen: «El león tiene cara de bueno». 

 -Me dio envidia sana ver lo unido que estás a Dani Rovira. 

-Dani es mi hermano del alma, no lo digo yo solo. Toda España y el mundo entero; si lo conoces, te enamoras de él. Yo tengo una relación de amistad con él desde hace diez años, fue amor a primera vista. Lo reconocí como igual, nos pusimos a improvisar y fue como ¡guau! Recuerdo que yo le llegué a decir: «Te cambio un cedé por don Jaime de Mora y Aragón» y entonces Dani pensó: «Este es mi amigo para siempre». Desde entonces es mi hermano, nos unen muchas cosas. Yo tuve mi susto en el 2015, cuando me dio la angina de pecho, y él estaba en los Goya, fue su año de gracia, cuando rodó Ocho apellidos vascos. Y recuerdo que estaba en el hospital antes de operarme viendo la gala, luego me intervinieron y llegué a casa dos días después. De pronto sonó el timbre de la puerta y era Dani, el hombre más buscado de España en aquel momento. Me dijo: «El dinero solo hace falta para estar con los amigos cuando es necesario». Ese es Dani. Si hay alguien que hace eso por ti... Por el momento nadie lo ha superado. Tiene el título de 'hermano del alma'. Lo adoro. Ahora me dice: «Soy un superhéroe como tú». 

«Dani Rovira tiene el título de 'hermano del alma'. Lo adoro. Ahora me dice: "Soy un superhéroe como tú"»

-Él ha pasado un proceso muy duro. 

-Sí, pero estuve en su casa el otro día y está como un titán. Entrena como un cabrón, parece un personaje de Songoku, está cuadrado. Es un ejemplo a seguir en todo. Me pasa como con Touri, tiene una energía que solo suma. 

-Estaba enfermo y entraba en vuestros directos, tan generoso. 

-Sí, yo ya le decía: «Qué quieres: ser Jesucristo? Vete a la mierda», ja, ja. «Para ya». Yo tengo muy, muy, muy pocos amigos, pero todos absolutamente increíbles. 

-Si hizo eso por ti, me puedo imaginar tú por él. 

-Por supuesto. Cuando es verdad algo no lo cuestionas. El amor es o no es. Para una amistad que quieres y respetas yo siempre estoy. Hace poco le dije que iba a verlo y que cenábamos juntos, cogí el coche, y se me estropeó por el camino. Y él me dijo: «Tío, date la vuelta para Coruña, no seas loco», pero yo pensé: «Por mis cojones, como si tengo que ir a caballo». Pillé un coche de alquiler y le aparecí a las once para cenar. Él me dijo: «La cena está fría», ja, ja. Y yo: «Me da igual».

-¿Estás más a flor de piel? 

-Sí, ahora empiezas a valorar las emociones. Cada día lloro más. Y soy más exquisito y más nazi con mi círculo, soy menos permisivo, cada vez soy más consciente más rápido de la toxicidad, de los comportamientos que no me gustan. Eso lo vas a aprender poco a poco. Mantengo el círculo cerrado. La gente con más amigos suele ser más falsa.

-¿Tienes ganas de tener hijos?

-Sí, sí... La verdad es que no he tenido suerte con mis relaciones. Ahora mi trabajo me llena mucho, estoy en proyecto musical, escribo mucho. He tenido oportunidades, pero solo estoy muy feliz, a lo mejor es que el lobo tiene que andar suelto. Estoy soltero. Hay muchos hombres y mujeres que si estuvieran solteros a los 40 se darían cuenta de que es perfecto. Yo estoy muy bueno ahora, solo me tengo que dejar querer. Estoy en plan diva, me quiero mucho y me digo: «Esto no lo caza cualquiera». 

«Hay muchos hombres y mujeres que si estuvieran solteros a los 40 se darían cuenta de que es perfecto»

-Mantienes la distancia covid, ja, ja.

-[Se ríe] Sí, me mola. Ahora en serio, estoy muy concentrado, el otro día subí una frase: «Ghost everyone and focus», la tengo tatuada en inglés porque soy gilipollas. 

-Podía ser en galego: «Hai que estar ao que hai que estar».

-Ja, ja. Eso es. ¿Qué crisis de los 40? ¡Los 40 son una bendición, si estás en forma! No si estás hecho una puta mierda, como veo a peña por ahí. Entonces querrás que te llegue la muerte. Pero si coges las riendas de tu vida...

-Eres de cabeza...

-Y de fuego. Soy Sagitario, tengo una pasión. Así que soy de los que digo: «A mí no me gana nadie», «soy el puto jefe», pero como pensamiento para mí, no como soberbia. Me estoy convirtiendo en el gurú de mis amigos, les ayudo, ahora soy el motivador del grupo. Es como esa frase de American Beauty: «Nunca subestimes el poder de la negación». Yo puedo pensar: «¿De qué vas? ¡Yo te pulverizo!» Ja, ja. Hay algo de placentero, yo que soy bajito, me veo y me digo: «Qué cojones, estás que te sales, ¿quién quiere medir 1,80?», ja, ja. Estoy trabajadito y hasta las pelotas de la gente que se queja en redes. En esta etapa estoy perfecto, muy contento e ilusionado.