Carlos Sadness: «Mi música es algo más que buen rollo»

FUGAS

Óscar Vázquez

El cantante clausurará el festival Pasatempo en Betanzos, que abre mañana Bad Gyal

02 jul 2021 . Actualizado a las 05:00 h.

Arranca el Pasatempo en Betanzos, valiente festival que fue el primero en anunciar en la comarca coruñesa la vuelta a cierta normalidad cultural. A lo largo de este mes de julio pasarán por el singular parque do Pasatempo artistas de todo tipo y pelaje, empezando por Califato 3/4 (en sesión vermú) y Bad Gyal, que abren mañana el cartel y a los que seguirán Prok (sábado 10), Taburete (16), el humorista Leo Harlem (17), USN Freestyle (18), Xosé Lois Romero e Aliboria (23) y M Clan y La Banda del Camión (24). El que cerrará el ciclo el día 31 -con el coruñés Javi Chapela de telonero- es Carlos Sadness, que viene presentando Tropical Jesus, disco que ya desde el título le define a la perfección y que por culpa de la pandemia no ha tenido una puesta de largo en condiciones. Ahora es el momento, pero con prudencia, asegura el cantante barcelonés.

­-El título del disco le viene al pelo.

-Es un nombre que me puso un locutor colombiano. Me presentó a todos los oyentes que no podían verme como «una especie de Jesús tropical». Me hizo mucha gracia y pensé que sería un buen título para un disco e incluso para un álter ego.

­-Puede que el título haya ayudado a que todo el mundo hable del buen rollo que desprende este disco, aunque en él haya hasta canciones de desamor.

-Se ha creado cierta inercia con eso de que hago música buenrollera, y es algo más que eso. Más allá de la forma de las canciones, que sí que tienen un punto de luz muy animado, el contenido de las canciones tiene su parte sentimental, y eso te puede llevar abajo. El disco tiene muchos pasajes nocturnos y no es, desde luego, una oda a la alegría. Lo que no quita que puedan bailarse más cosas que la alegría.

­-Lo que sí es cierto es que las canciones parecen más directas y concisas que en trabajos anteriores.

-Esa es una tendencia general. La música es más directa y sencilla, y creo que se debe a que hay tanta música nueva que tiene que ser todo más inmediato. Ya no hay adornos en las canciones, ya no metemos relleno en los discos, vamos al grano porque la gente tiene mucho donde elegir. Es todo más conciso, como consecuencia del momento en el que vivimos.

-¿Tiene eso algo que ver con la pandemia?

-No, al menos Tropical Jesus es un disco que fue concebido a nivel creativo mucho antes de todo esto, aunque sí que le afectó en lo relativo a su publicación, su promoción... No hemos podido hacer una gran gira ni ir a Latinoamérica, que es donde se construyó el disco en gran parte.

­-Queda pendiente el periplo americano, entonces.

-Precisamente, esta semana anunciamos el primer concierto allá, en la que para mí es junto a Santiago de Chile o Bogotá una de las ciudades más importantes en cuanto a público, Ciudad de México. Seremos probablemente el primer grupo español que esté tocando allí este año después de la pandemia.

­-¿Qué tal ha llevado las limitaciones de este último año?

-Me lo he tomado con calma, no me he vuelto loco. Todos hemos tenido días mejores que otros y, no lo voy a negar, me vino varias veces a la cabeza lo bonito que había sido el 2019 y cómo nos habían cortado el rollo. Pero a mi alrededor no pasó nada grave, y eso es lo importante. Además, aunque fuera con aforo limitado y sin poder levantarse, pude hacer algún concierto, y eso es siempre música en vivo.

-Y el nuevo disco, tan bailable, tan festivalero, ¿funciona bien en distancias cortas?

-Funciona muy bien. Lo hemos probado y se adapta a las dos maneras, a recintos cerrados y aforos pequeños, donde le damos un poco más de fuerza al lado sentimental y musical, y en los conciertos grandes, en recintos abiertos, donde lo hacemos todo más de saltar, aunque no se pueda. A mí los conciertos íntimos me encantan, pero reconozco que me despisto mucho más. Ese contacto con la gente, coger una mirada de alguien del público, me saca de lugar e incluso he llegado a olvidarme de alguna letra. Pero es algo que me encanta que suceda. Eso no quita que renuncie a los grandes conciertos en festivales, que tienen un magnetismo especial.