Rayden: «Hubo bastante más nivel en Benidorm que en Eurovisión»

FUGAS

Rayden es uno de los cabezas de cartel del SonRías Baixas.
Rayden es uno de los cabezas de cartel del SonRías Baixas. STEVEN BERNHARD

El músico visita Galicia por primera vez tras su paso por el festival de la canción para actuar el viernes en el Ourensound Fest

26 may 2022 . Actualizado a las 15:24 h.

Siempre miró la escena del rap español con cierto desdén, cuando no con desprecio, la trayectoria de Rayden. Él siguió a lo suyo, centrado en sus trilogías, en sus seis discos, en sus cien canciones. Pero sin perder nunca de vista lo que musicalmente acontecía a su alrededor. Y lo que acontecía, lo iba llenando de razones. Hasta que en medio de una meritoria pero discreta gira de conmemoración de sus 20 años de carrera llegó el Benidorm Fest. Y la discreción saltó por los aires. Y la celebración se multiplicó por mil. Basta con mirar su agenda de conciertos. El más inmediato, este viernes en el Ourensouund Fest.

—¿Con qué nos vamos a encontrar?

—Pues con un repaso por todos mis discos. Si alguien tiene una canción mía como favorita dentro de la banda sonora de su vida, muy posiblemente sea una de las canciones que cante.

—Decía el tango que 20 años no son nada, pero a ti te han dado para mucho.

—Desde luego que sí. De hecho este 2022 está siendo casi como 20 años juntos. Hay años que parecen infinitos y este es uno. Pero qué bonito seguir sumando experiencias y llegando cada vez a más público.

—¿En qué formato, con qué banda vienes?

—Lo mío es raro porque tiene hechuras de rock con adornos de rap. Voy con un guitarrista, un bajista, un batería, un teclista, la persona que me hace los coros y yo.

—Hechura de rock y adornos de rap, pero también se nota un acercamiento bastante grande al pop. Los dos últimos adelantos que hemos conocido de tu nuevo disco, «En el cielo de la boca» y «Ser, estar, aparecer», son un buen ejemplo.

—Sí, desde 2014 ese acercamiento siempre está presente. Son las canciones que me gustaría escuchar como oyente. Con esos estribillos abiertos y esa musicalidad que denota que me gustan mucho los Beatles. Y me encantan, porque me parece que ahí hay un momento expansivo en el que todo cobra sentido.

—«La rosa de los vientos», que será el título del disco que publicarás en diciembre, ¿qué dirección va a marcar?

—Pues va a marcar un concepto en sí mismo. Voy a romper con las trilogías y este va a ser un disco cerrado en sí mismo, en el que hurgo y escarbo dentro de mí sin concesiones. Voy directo al grano.

—¿Y cómo será desde el punto de vista musical?

—Variado, muy variado. Claramente va a ser un reflejo de mis inquietudes y de los estilos de música que me gustan, pasados por mi tamiz para que todo tenga un sentido y no parezca un pastiche.

—Tú fuiste un adelantado en el tema de las fusiones en la escena del rap, que era como muy endogámica y muy purista. Sin embargo, ahora vemos día sí, día también, a raperos haciendo colaboraciones con grupos de pop, de electrónica, de rock... Tú nunca tuviste ningún pudor a la hora de hacerlo. Y en su día tuviste que aguantar lo tuyo por ello.

—Sí, eso lo he pensado alguna vez cuando he escuchado alguna colaboración de algunos de esos artistas que, como tú dices, eran más cerrados. Pero mira, si propuestas como la mía han servido para que ahora sea lo natural y lo orgánico, pues qué bonito. Y además, lo bueno de haber sido un adelantado es que ahora me va bien.

—¿Qué música escuchas cuando, por ejemplo, coges el coche?

—Pues mira, estoy escuchando mucho los adelantos que ha sacado Pablo Nutini, a cada cual mejor; no paro de escuchar a Michael Kiwanuka y lo nuevo de The Black Keys también me parece increíble... Es que a mí me gusta mucho ese tipo de rock atemporal, tipo Black Pumas. Y en español, estoy conectando mucho con el nuevo disco de Guitarricadelafuente, quiero escuchar lo nuevo de Amaia... No sé, la verdad es que mi cabeza es un lugar inhóspito pero en el que cabe casi de todo.

—¿Prefieres irte a no llegar, como dices en «Ser, estar, aparecer»?

—Total. Menos la cárcel y la tumba, siempre es mejor irse de los sitios que no llegar.

—¿Hay mucho llorón suelto por el mundo?

—En Eurovisión sí que hubo mucho llorón (se ríe). Madre mía, ¡cuánta balada! Yo creo que tiene qe ver con que estos son tiempos para remover sensibilidades y en los que nos estamos permitiendo llorar. Sobre todo los hombres. Y eso es bueno. Que parecía que estábamos invalidados para eso.

—¿A quién mandarías hoy a la calle de la llorería?

—Yo soy una persona que perdona rápido. No duro mucho tiempo enfadado. A quien tenía que mandar a la calle de la llorería, ya lo hice y me quedé bien a gusto. Pero bueno, también mandaría a la calle de la llorería a esa gente que no empatiza y que todo el rato necesita decir algo aunque a nadie le interese su opinión. Hablan y hablan solo por miedo a que si se callan, se olviden de ellos.

—Con la perspectiva que te han dado estos meses, ¿qué valoración haces de tu paso por el Benidorm Fest?

—Mi paso por Benidorm sirvió para ponerle un megáfono mucho más grande a mi música. Estoy celebrando mi 20 aniversario en la música en mi mejor momento. Mucho eurofan que me ha llegado tras Benidorm se ha quedado. Y la gente está buceando en mi fondo de armario, así que para mí fue una experiencia muy positiva. Las cosas buenas también hay que aceptarlas y celebrarlas.

—¿Viste el festival de Eurovisión?

—Sí, sí, lo vi entero. Bueno, de vez en cuando se me cortaba porque iba en el Ave.

—¿Felicitaste a Chanel?

—Por supuesto. Le dije que me pareció que llevó la gala al nivel de super bowl.

—Viendo el perfil de los ganadores, ¿no crees que tú o Tanxugueiras también habríais hecho un buen papel?

—En Benidorm había 4 o 5 propuestas, que fuese quien fuese, la gente se habría sentido muy representada y yo creo que habrían quedado bien. Después de ver el festival, pienso que hubo bastante más nivel en el Benidorm Fest que en Eurovisión.