Alice Wonder: «Si gano el Benidorm Fest es que España se ha vuelto loca»

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La artista que ha sido la gran sorpresa en la lista de participantes del festival actúa en Vigo en el ciclo Momentos Alhambra Acustiquísimos

18 nov 2022 . Actualizado a las 10:38 h.

Asus 24 años, Alice Wonder cuenta con una más que notable trayectoria, que a sus tres discos en solitario añade un puñado de selectas colaboraciones y el haber formado parte, como corista, de la banda de Xoel López. Vinculada casi siempre a la escena indie, aunque desde una perspectiva muy personal, su presencia en la lista de finalistas del Benidorm Fest 2023 fue una sorpresa para casi todos. Máxime después del tan bien aceptado giro hacia una electrónica intimista y oscura que dio con su último trabajo, Que se joda todo lo demás.

—Una crónica de tu concierto en el Price decía: «Alice es el futuro. Si va por el camino raro triunfará, si va por el cómodo defraudará». Presentarte al Benidorm Fest ¿es el camino raro o el cómodo?

—Yo creo que es el raro [se ríe]. Creo que ahí está la gran broma de todo esto. Es un reto para mí. Un reto que al principio yo no veía nada claro. Me veía en un lugar que no me apetecía. Pero es cierto que ahora me seduce poner la nota creativa y artística a un programa tan comercial, tan pop.

—¿Por qué decidiste ir? ¿Quién te animó?

—Me animó mucho mi equipo. Ya te digo que al principio no lo veía, pero en este momento estoy con la mentalidad de que, ahora que estoy encaminada en lo que sé que quiero y en lo que quiero simbolizar como artista, es el momento de aprovechar cualquier oportunidad de exposición.

—¿Eres consciente de a todo lo que te enfrentas?

—Lo soy. Sé que no va a ser todo bonito ni fácil. Pero yo voy allí dispuesta a coger lo mejor y a reutilizar lo peor. Yo confío en que este año, después de la experiencia del año pasado, lo hagan un poco mejor, pero eso no quita que todo aquello pueda llegar a ser una locura. Y tengo que estar preparada para eso.

—¿Y para las críticas? Hagas lo que hagas, por uno u otro lado, te van a dar zapatilla.

—Más zapatilla que la que me doy yo no creo que me vayan a dar.

—¿Te sientes, como escribiste en tus redes sociales, «pulpo en garaje, pastor de rave o niño kinki en colegio mayor»?

—Efectivamente, eso es lo que siento. Por suerte, tengo mucha paciencia, he aprendido a ser fuerte y sé colocar en su sitio un comentario que esté fuera de lugar de una persona que no ha aceptado bien sus traumas y está todo el día disparando.

—¿Vas con el objetivo de ganar e ir a Eurovisión?

—No, no voy a Benidorm con el objetivo de ganar. De hecho, aunque esto no sé si está muy bien decirlo, voy muy segura de que no voy a ganar. Sería demasiada sorpresa. Sería como que España se ha vuelto loca.

—El año pasado Tanxugueiras, a priori, tampoco parecía que daban el perfil y estuvieron ahí, ahí.

—Sí, es verdad. Yo creo que la vida nos tiene algo preparado, como dice Xoel, y hay que estar ahí para ver qué nos ofrece.

—¿Qué nos puedes decir de «Yo quisiera»?

—Te puedo adelantar que va a ser un viaje. Un poco tormenta. Es una canción muy vulnerable. Un todo o nada, sinceramente.

—«¿Quién soy?», te preguntas en el título de una canción. ¿Tienes ya respuesta?

—En ello estoy. Creo que soy una personita con muchas dudas, que todo el tiempo se cuestiona muchas cosas y que se pone siempre a prueba. Soy una buscadora y una retransmisora de emociones y de sensaciones. Percibo la realidad de una manera muy personal desde que soy pequeña y por fin he entendido y asumido que ese es el destino que tengo.

—Muchas veces se utiliza el apelativo «intensa» para hablar de ti. ¿Son esas canciones las que más te representan?

—Representan una parte muy importante de mí, la más humana. Pero también tengo una parte muy vacilona, de tomarme la vida muy a broma, que nace a raíz, precisamente, de haber sido muy intensa. En mi música aún no ha aflorado esa parte. Aún está por descubrir.

—En alguna ocasión has dicho que la música ha sido como lanzarte una cuerda a ti misma para salvarte. ¿Sigue teniendo aún ese poder terapéutico?

—Totalmente. La música, el arte, el deporte y la comida para mí son claves para estar bien. Y la música es el pilar número uno. Sin ella no le vería sentido a la vida.

—En tus conciertos haces una versión del «Vete» de Bad Bunny. ¿Es una suerte de reconciliación con tu generación?

—Es algo que incluí porque sabía que la gente no se lo esperaba. Me gustaba esa canción, le di una vuelta con mi banda y cero que quedó muy guay.

—¿Te sientes un bicho raro dentro de esa generación?

—Sí, un poco sí. Aunque cada vez menos. Soy consciente de que sentirme así me ha hecho mucho daño y que ha sido un hándicap. Pero ahora estoy reconciliada y entiendo que aquello que me hacía diferente o rara y que provocaba que me sintiera mal, ahora está bien. Me ha hecho pensar de otra manera y creo que empatizo mucho con todo tipo de personajes, más o menos aceptados en la sociedad y de diferentes edades, incluida la mía.

—Estás ya preparando un nuevo disco. ¿Cuándo sale?

—Me gustaría decirte que ya, pero quiero que sea el disco que marque un antes y un después en mi carrera. Creo que me lo voy a tomar con tiempo.

—¿Va a ser un disco continuista o romperá con lo anterior?

—Es un disco que indaga profundamente en las líneas que ya adelanta Que se joda todo lo demás, pero que marca puntos de inflexión como el hecho de que por fin me voy a atrever a hacer yo todo el concepto artístico. Va a ser el disco en el que no me deje nada por decir ni por explorar. Nunca voy a dejar de lado mi parte más íntima, pero me gustaría generar intimidad con mucho ruido. Esa es la vertiente que más estoy explorando ahora.

—¿Te sientes por fin una persona valiente?

—Cuando era pequeña era bastante cobarde. Me daban miedo las alturas, montarme en sitios, saltar vallas y cosas así. Pero tuve un buen amigo y la vida me dio unos buenos golpes y hace mucho ya que me considero una persona valiente.