Rodrigo Cortés en Galicia: «Tener gracia es mucho mejor que tener razón»

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El escritor y cineasta Rodrigo Cortés el viernes antes de su presentación en la librería coruñesa Moito Conto, donde cerró su «tour» gallego con «Verbolario».
El escritor y cineasta Rodrigo Cortés el viernes antes de su presentación en la librería coruñesa Moito Conto, donde cerró su «tour» gallego con «Verbolario». GONZALO BARRAL

El escritor y director de cine, gallego por decisión de su madre, ha concluido la gira gallega de «Verbolario», un diccionario satírico concebido hace 2.500 partos. Caerás en la tentación... de pensar

01 dic 2022 . Actualizado a las 17:07 h.

Querido lector, puedes picotear, saltarte cosas, leer el libro del tirón, volver sobre las letras o quedarte un día entero colgado de una palabra como tonsurazuzónintensito o... tentación, cuya segunda acepción en Verbolario ('estímulo perverso de cualquier clase de apetito') está ya tatuada en el muslo de una lectora coruñesa que fue a verle en su presentación en Vigo.

Lo cuenta cuando la grabadora se apaga, pero también en esa habitación cerrada que, según su diccionario satírico, es Twitter. El escritor y cineasta Rodrigo Cortés (Pazos Hermos, Ourense, el 31 de mayo de 1973) es gallego por decisión de su madre y concluyó el viernes, con lluvia de afectos, su tour por Galicia con las palabras bien afinadas y el pelazo al viento. Y eso que adonde se viene se trae el buen tiempo, el anticiclón... «Me he traído un sol encima que ha ido abriendo claros en cada ciudad a medida que me acercaba. Estuvo lloviendo sin parar en Vigo, aterricé con un sol que parecía perseguirme; ayer llegué a Santiago con lluvia, que se deshizo a la media hora. Y hoy hace un día inmejorable después, según me contó el taxista, de un día en que el mar movía los bancos de piedra del paseo. Así que si me necesitáis para algo en Lugo o en Ourense, hacédmelo saber...», dice el director de Buried unas horas antes de la presentación el viernes de Verbolario en la librería coruñesa Moito Conto. ¿Quién es capaz de hacer un relato poético hablando del tiempo? Su cabeza es un jardín en un ascensor... 

Viendo la definición de barroco en el Verbolario ('Estilo de ornamentación basado en el exceso de colorete'), me digo si me habré pasado de barroca... Y esto trae a cuento la definición que hace Cortés de egocéntrico: 'Quien, pudiendo pensar en mí, piensa en sí mismo'.

En este diccionario que le hace cosquillas al lenguaje, peatón es 'conductor a fin de mes', incendiar, 'escribir cualquier cosita'; babosa, 'caracol desahuciado', y sobrevalorado, 'que es mejor que tú'. Mira fascista y te soprenderá.

-Qué especial «Verbolario» desde la primera letra, desde la primera página. «Abrefácil»: «Que no abre fácil»...

-Sí, y «que ojalá abriera fácil», «que con una buena piedra quizá abriría fácil»... No me invento las voces. Hay otros diccionarios de autor que inventan palabras y generan neologismos. -Abro aquí un inciso para aclarar que la definición de neologismo en Verbolario es «Palabra que sale crujiente del horno, pero que no hay quien se coma fría»-...

-Si no es un tópico, ¿no? ¿Un neologismo acaba en tópico cuando se enfría?

-No sé... O cuando resulta que empieza a estar gomoso y ya no cruje, y ya no es tan agradable como parecía serlo en su novedad. Cuando accedes al significado oculto de las cosas, al secreto, este suele ser el significado contrario al oficial, pero así es como lo usamos de verdad. Y esta es quizá la razón por la que se produce ese fenómeno de reconocimiento en el lector, que accede a la definición y piensa: «¡Es verdad!».

-Un poco como la parábola, otro tipo de literalidad, según el diccionario Cortés.

-El juego con la palabra está incluido. Porque las palabras son dúctiles, se estiran, se encogen y sirven para varias cosas a la vez.

-En algunas, ese significado que ofreces resulta natural, se ve fácil. En otras deja una pregunta en la cabeza del lector. Es el caso de «astuto»: 'Que sabe esperar'.

-Toca pensar. El objetivo de Verbolario no es hacer pensar, no me he convertido yo en un memo integral para considerar que esa es la misión del libro, pero sí generar un cortocircuito, un pequeño tropiezo, un tropezón en el cerebro, que durante un instante no te valga el programa mental, y el mundo se detenga... mientras das una vuelta a la manzana antes de que el cerebro recupere su marcha. Si accedes a la definición de presunto y determinas que es 'muy', eso te va a obligar a hacer un viaje y rellenar determinados huecos de forma inconsciente, hasta que se produce una conexión final un segundo después. Este es el deporte que practica Verbolario.

-Parece mentira que este libro se acabe, porque el trabajo de cosechar y definir palabras no se acaba nunca...

-Y no ha acabado. Tengo una forma de trabajo que es mi canario en la mina. Y es la que me va a dar la señal de cuándo hay que parar. Siempre tengo 70 /80 palabras en barbecho, en una especie de vivero, en diferentes grados de conformación, lo cual me permite cada semana elegir siete que estén en muy buen estado de forma, siete que yo sienta que han pasado todos los controles de calidad. Cuando sienta que es difícil mantener la nevera llena significa que va a ser difícil mantener la calidad uniforme, pero para mí sorpresa eso aún no ha pasado.

-Qué bien calculas...

-No calculo nada. Tomé la decisión de tener 70 palabras en la nevera como margen de seguridad, precisamente porque es la única manera de que la calidad sea uniforme, en lugar de someterse a vaivenes y altibajos de inspiración.

GONZALO BARRAL

-¿Qué problema tiene la inspiración?

-No tiene ningún problema, pero si yo considero que algo es gracioso a las ocho de la tarde, es muy probable que a las diez de la mañana ya no me parezca tan gracioso. Mientras que, si dejo esa palabra en barbecho y la vuelvo a ver a las dos semanas, y a las tres, y resulta que sigue pareciéndome buena entonces está preparada para salir. 

-Este jardín de lucidez, ternura y sarcasmo es el resultado de... ¿2.500 días?

-Sí, son 2.500 definiciones, algunas menos, porque algunas se recogen en forma de acepción. En ocasiones, he definido desde diferentes ángulos la misma palabra varias veces a lo largo del tiempo. 

-¿Maduran las palabras y madura su malabarista?

-Las palabras, como mínimo, cambian de significado, para uno y para el mundo. Cuando uno lee un texto del siglo XIV, más vale que tenga un diccionario histórico al lado, porque la misma palabra no significa lo mismo en un tiempo que en otro. A veces, son matices. Otras veces su significado cambia por completo. La literatura significa una cosa ahora, cuando en la antigua Grecia hacía referencia estrictamente a la poesía. Por ejemplo.

-¿Se ha degradado la literatura?

-No, no es que se haya degradado, pero la poesía sí es la forma más sublime de literatura.

-A veces somos reacios al cambio, pero las palabras cambian lo queramos o no.

-Una palabra puede tener acepciones antíteticas entre sí, directamente. Enervar significa tanto 'poner tenso' como 'aflojar'. Escatológico hace referencia a lo más elevado y a lo más pedestre. Imagínate con el paso del tiempo...

-¿Qué culpa tiene Mingote en la gestación de «Verbolario»?

-Pobrecito, ¿verdad? ¡Qué culpa tendrá Mingote, ese sabio prudente? La culpa es de Mingote porque todo comienza sin plan ni objeto en casa de su viuda, Isabel, que había leído mis libros y la habían puesto a pensar en Mingote, en Chumy, en Jardiel, en Edgar Neville, de quien ella fue secretaria en su juventud... En los codornicescos y los poscodornicescos. Cualquiera que conociera a Isabel sabía que, si te dice que vayas a su casa, vas. Yo no la conocía, pero acudí a la voz de mando. Y me enseñó la biblioteca de Mingote, nutridísima. Y entre sus volúmenes había una edición muy especial del Diccionario del diablo, de Ambrose Bierce, completamente descatalogada, que yo llevaba años buscando. Se inició el toma y daca habitual cuando se trata de pagar la cena... Ella insistió en que me lo llevara, yo me resistí lo que pude... Afortunadamente ganó ella y me llevé el libro a casa. Por lo tanto gané yo.

-¿Hay palabras que te hayan rondado y has rechazado?

-No, yo no dramatizo demasiado. No me siento a definir eternidad. Me vale silla, vaso, teléfono o culo.

-«Culo» en «Verbolario» (lo busco en el momento): 'Lugar idóneo para guardar la gracia'.

-Sí, en este diccionario cabe de todo, también tiesto barandilla... así hasta que se te acaban los objetos y tienes que cambiar de habitación y, cuando se te acaban las habitaciones, pongo la radio. De cualquier discurso extraigo voces. Me interesa el juego de tirar de un cabo, el cabo es lo de menos. Sé que faltan voces, claro que faltan, ¡no soy María Moliner! La suya es una labor titánica e insensata... Son obras, lo digo con admiración, de consulta. Nadie lee el Diccionario de la Real Academia de la A a la Z.

-Alguno hay...

-Para ver cómo acaba, ¿no? Pensará: «Ahora vendrá el giro», «me espera un final mejor», «el final me ha hecho replantearme todo el diccionario, el giro Shyamalan», jajaja. Verbolario es una obra literaria, es un juego, van a faltar palabras, claro. 

-¿Este diccionario se puede leer picoteando?

-Se puede leer como quieras. Eso es lo que hará el lector. Unos lo colocarán en la mesilla de noche y otros en el cuarto de baño, según decidan, pero la lectura exhaustiva de la A a la Z está trabajada para que la atención fluya como un viaje sonoro. 

-«Bacanal»: 'Consejo de ministros'. 

-Sí, la política tiene unos cuantos rincones, pero también los tiene el periodismo, para ser justos... Como titular: 'resumen de la entrevista que la entrevista desmiente'. O la definición de periodismo, que es 'arte de contar lo que ha pasado como si hubiera pasado para que parezca que ha pasado'.

-O «entrevistador»: 'individuo que le pregunta a otro por quién pondría la mano en el fuego'. ¿Por quién pondrías la mano en el fuego?

-Por nadie, ni siquiera por mí mismo. Nadie puede soportar la lupa con la que analiza el comportamiento de los demás. La única manera de mantenerse razonablemente a salvo es no juzgar y no dar lecciones. Si no das lecciones, no quedas atrapado en ellas. 

-Has tenido coraje para definir «igualdad»: 'Mediocridad consensuada'.

-Y democracia, varias acepciones [lee]: 1. 'Gobierno de la opinión'. 2. 'Tiranía del desinformado'. 3. 'Forma de gobierno en que el poder político es elegido por la audiencia'. 4. 'Apoteosis del descarte'. 5. 'Envidia igualitaria'. He tratado de hacer un libro que haya que ir cerrando cada cierto tiempo, para hacer un pequeño ejercicio de digestión personal y luego poder continuar...

-¿Cómo te quiere a ti la gente diciendo esas cosas?

-Buena pregunta. No tengo intención de indagar en ello, por si se deshace la brujería. Cuando algo no está roto, no lo arregles.

-Veo que es desigual tu acogida en hombres y mujeres, por cómo hablan de ti. Diría que a los hombres los convences y a las mujeres las atraes.

-¿Ah, sí? ¿O sea que a las mujeres no las convenzo?

-¿«Macho»: 'Hombre asustado'? Explícanos...

-Las definiciones se autoexplican, explicarlas es como explicar un chiste. No funciona, ¿verdad? Lo mejor es contar otro chiste.

-La primera acepción de «ilusión» es 'esperanza de los ciegos al peinarse'. Debes de ser cero iluso.

-No lo sé, yo no me protejo nada... En general, puedes decidir exactamente lo que te dé la gana con tal de que no lo expliques y no te defiendas, y que no consideres que estás haciendo algo especial. Si algo me aburre más que los abanderados de la corrección política son los los abanderados de la incorrección política. Di lo que quieras y luego pasa a otra cosa. Pero no te subas a un taburete para dejar claro que dices no sé qué para tratar de convertirte en un héroe contemporáneo. Porque la gente tiende a la normalidad. Somos todos más normales de lo que parecemos en tertulias, debates, titulares... La gente somos... gente.

-¿Quiénes son los abanderados de la incorrección política?

-La definición de gilipollas en Verbolario es 'que se queda un día sin postre y se cree Rosa Parks'. 

-Me vengo abajo si me leo «zumba»: 'Baile de madres'.

-Esa es una de las definiciones para las que alguien te dice: «No necesariamente». Ya lo sé, pero es gracioso. Es mucho mejor tener gracia que tener razón. En general, no pasa nada hasta que hablas de una profesión, un colectivo o un pueblo concreto. Todos tenemos muchísimo sentido del humor hasta que definen bombero y somos bomberos, o si definen Íscar y somos de Íscar. 

-¿Eres susceptible, como el resto de los mortales?

-Soy muy difícil de ofender. Tengo muy poca tendencia al enfado y a la ofensa. No hay mucho que dramatizar. Yo no estoy de acuerdo con muchísimas cosas y tampoco me hacen caso a mí... No pasa nada. 

-¿Qué palabras eres más tú? Hoy, en este momento.

-No lo sé. Con esas preguntas, siempre me siento Moncho Borrajo, que le lanzan tres palabras para que haga un bolero rápidamente...

-¿El escritor está devorando al cineasta?

-Para empezar, son el mismo. Yo no soy el personaje de Múltiple. No me despierto desnudo en un solar sin saber lo que ha hecho el otro... No hay cámara sin pluma ni pluma sin cámara.

Dice Verbolario que la palabra es 'el desenlace de la mirada'. Una pena llegar al final.