Antonio Orozco: «Yo no le digo a mi mujer que la quiero, le digo que la creo»

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El artista vive el mejor momento de su vida. Con nuevo disco, documental e inminente libro. El miércoles 16 actúa en una gala solidaria en el IKFEM Festival Tui-Valença. «Tengo un ramalazo gallego tremendo. podría mimetizarme ahí», asegura

10 jul 2025 . Actualizado a las 14:04 h.

Ha salido del pozo y bien que se le nota. En su charla, en sus constantes bromas, en su vitalidad y, por supuesto, en su nuevo disco, El tiempo no es oro, del que dice sin tapujos «es el mejor de mi carrera, con diferencia». El 18 de octubre lo presentará en el Coliseum de A Coruña, pero antes, este miércoles 16, llega a Tui para participar en la gala benéfica CaixaSon que inaugura el festival IKFEM Festival Tui-Valença. «Yo soy una persona bastante activa en todo lo que tenga que ver con iniciativas que repercutan en el bienestar de los demás. Así que cuando alguien me plantea una propuesta solidaria, mi respuesta, si tengo disponibilidad, casi siempre es que sí.

—CaixaSon es una iniciativa promovida para fomentar a través de la música una cultura inclusiva y accesible entre Galicia y el norte de Portugal.

—Es que la música tiene un poder de comunicación que eleva todo a otra dimensión. Es muy bonito que alguien piense que a través de la música podemos conseguir esos objetivos. Yo me siento orgulloso de formar parte de esto. Si alguien ha pensado que yo soy bueno para algo así, pues aquí estoy y haré lo que me digan.

—Si el tiempo no es oro, ¿qué es, entonces?

—Ya le gustaría al oro ser tiempo [se ríe]. El tiempo es lo más valioso que tenemos los seres humanos. Mira si es valioso que para tenerlo se lo tienes que quitar a alguien. Y normalmente es a alguien que tú quieres.

—¿En qué odias perder el tiempo?

—Es que yo nunca lo pierdo. Hasta el punto de que me da rabia dormir porque en el fondo siento que es un tiempo inútil. Aunque sé que no lo es. De hecho, aprender a dormir fue una de las cosas que más me ayudaron a recuperarme.

—¿Nunca te concedes el disfrute de dejar que el tiempo pase sin hacer nada, no sé, mirando un atardecer?

—Es que yo creo que ahí es cuando lo haces todo. La plenitud absoluta es cuando uno tiene la capacidad de ver o hacer cosas que difícilmente volverá a ver repetidas. Para mí, por ejemplo, navegar a vela tiene eso. El silencio y la contemplación me llevan a un reencuentro conmigo mismo. Quizás por eso me gusta tanto. Aparte de que navegar me da una libertad que hace tiempo, sobre todo desde que salgo en televisión, que ya no tengo. De hecho, como tengo dos días libres antes del concierto, voy a ir a Vigo para navegar. Me encanta la ría y se aprende mucho ahí. Yo tengo el alma andaluza porque, aunque nací en Barcelona, mis padres son andaluces. Pero tengo un ramalazo gallego tremendo. Yo podía perfectamente mimetizarme en Galicia y quedarme a vivir ahí para siempre.

—«Enséñame a querer / Enséñame a creer», dices en «No hay un segundo que no piense en ti». ¿Es más difícil querer o creer?

—Querer es muy relativo. Yo tengo amigos que quieren un coche, quieren una casa, quieren ir de viaje... Pero creer tiene que ver con el corazón, con la emoción, con el compromiso... Mira, yo últimamente no le digo mucho a mi mujer que la quiero. Le digo que la creo. La miro y le digo: «No te imaginas lo que creo en ti». Es una creencia absoluta en lo que ella es, en lo que representa, en lo que hace por mí y por nuestros hijos. También la quiero, por supuesto que sí, pero creo que ella lo es todo.

—Vas a publicar un libro, «Inevitablemente yo», y lo subtitulas «A veces hay que romper con todo para volver a empezar». ¿Con qué has roto tú?

—Con todo. He roto con un montón de malas secuencias en mi vida. Hacía demasiados conciertos, pasaba mucho tiempo fuera de casa, tenía malos hábitos en los viajes, dormía muy poco, comía a deshoras... Tenía una vida bastante desordenada y olvidé cuidar de mí. Pero hay un proceso en el que yo me reinicio y digo: «Se acabó, voy a cuidarme». Y ahí estoy, en el mejor momento de mi vida.

—Adviertes que no será un libro de autoayuda.

—Claro que no. ¿A quién voy a a ayudar yo? Yo lo que necesito es que me ayuden a mí.

—Pero tu música ha ayudado a muchísima gente.

—Eso que lo digas tú es un halago, pero si lo digo yo, me convierte en un gilipollas integral. ¿Te imaginas si digo: «Señoras y señores, si quieren curarse la vida, escuchen mis canciones»? No, por Dios. Este es un libro que está al margen de egos. El aspecto yoísta no existe. Cuenta la historia de una de persona que tiene una serie de problemas que son los que tiene la gente normal. Y que hay una forma de tocar fondo y también hay un montón de formas probadas, porque las he probado yo, que funcionan para salir.

—También dices que no es una biografía.

—No, no lo es porque habla de un momento concreto de mi vida. Ese en el que muchas personas decían: «¿Pero qué le pasa al Orozco? ¿Por qué ha engordado tanto?... A ver, nadie va por la vida con 30 kilos de más porque le encante. Cuando una persona llega a un punto así es porque realmente hay otras cosas que están mal. Y ese proceso de ida y vuelta es el que yo cuento en el libro.

—Parar es un acto de rebeldía, has dicho.

—Claro. A ver quién tiene narices a parar tal y como están las cosas de complicadas hoy en día. ¡Venga! A ver quién lo hace. Tengo una gira de 50 conciertos, pero no la voy a hacer porque no me encuentro bien. ¡Dile eso a tu mánager! Díselo a tu jefe. Bueno, pues yo lo hice, soy un valiente. Dos años he estado parado dedicado a escribir el mejor disco de mi vida, a trabajar con grandes artistas, a viajar lo mínimo, a estar con mi familia, a educar a mis hijos... Y lo he conseguido. Se puede hacer, tío.

—¿Te atreves a decir que estás en el mejor momento de tu vida?

—Sin duda. El tiempo no es oro es el mejor disco de mi vida y me está dando la la gira más la mejor gira de mi carrera. De lo cual estoy intentando disfrutar al máximo. Me cuido un montón, duermo un montón, intento estar en casa lo máximo que puedo, estoy grabando La Voz Kids, rodeado de niños que es lo más heavy que me ha pasado en la vida... Todo son cosas buenas. Y ahora espero ir a Galicia y que algún amigo me invite a navegar y comerme una buenas cigalas.

—¿Qué nos vamos a encontrar en octubre en tu concierto en A Coruña?

—No te lo voy a decir y me gustaría que no lo contara nadie. ¿Sabes por qué? Porque es un concierto lleno de emoción y de recuerdos que vale la pena disfrutarlo. Habrá un montón de fotografías que van a pasar por tu mente, que no son las que yo voy a poner, que también las pondré, sino tus propios recuerdos. Eso es lo que te propongo: disfrutar un ratito de tu pasado y de esos recuerdos preciosos, que seguro van a aparecer.