André GS, el rapero que emigró a Suiza a trabajar de obrero: «Los gallegos somos luchadores»

FUGAS

André GS
André GS cedida

Este joven de 22 años ha demostrado que su música va más allá del rap. Este viernes toca en Santiago en el Compostela Street

19 sep 2025 . Actualizado a las 17:08 h.

André GS resume su historia en el mundo de la música como si una base de rap estuviera permanentemente en su garganta. Habla con latidos, va a lo esencial, maneja el dardo de la palabra. «Empecé en la música con 13 años, y a subirla con 16. Ahora tengo 22 y en estos años han pasado muchísimas cosas», dice. Sus primeros vídeos, que él pagaba de su propio bolsillo, transmitían la imagen tal vez estándar de un rapero malote. Miradas desafiantes, mucho humo de hierba en el ambiente, letras de calle, de conflictos, de rebeldía. Sus bases y sus letras también se encuadraban a la perfección en las coordenadas clásicas del hip-hop. De esa escuela ingrata de la adolescencia surgió Mbappé, su mayor éxito hasta ahora con unas 280.000 visualizaciones en YouTube. «Me dejó mi novia y la escribí. No creo que haya nada más verdadero que eso», comenta en una terraza en la zona vieja de Santiago. En esta misma ciudad actúa en el Compostela Street a partir de las 22.30 horas de este viernes.

   

—Algunos le conocieron cuando era un niño mago con solo 11 años. ¿Queda algo de aquel chaval que hacía trucos de magia y que querían apadrinar los grandes magos gallegos?

—Queda la ilusión de hacer lo que te gusta. Era mazo de joven y solo quería hacer magia. No hacía nada más. Suspendía casi todos los exámenes y siempre estaba con una baraja de cartas en la mano. Era una obsesión mucho más loca que ahora con la música. Tal vez fue un mecanismo para refugiarme de la muerte de mi padre. Luego fui al instituto y me cambió un poco la vibra. La magia ya no me gustaba tanto. Y me puse a escribir canciones. Pero tengo un gran recuerdo de aquella etapa. Creo que hoy en día soy lo que soy por haberme refugiado en un arte así.

—La magia exige disciplina, la música también.

—Y más a día de hoy, que hay miles de artistas. Triunfar ya no va tanto de tener talento, va de otras cosas.

Andre GS
Andre GS

En Barcelona descubrieron su música en YouTube y poco después se fue para allá en tren siendo aún menor de edad, sin pagar el billete, pues el amigo que lo iba a a alojar en Cataluña tenía un padre maquinista en León que le iba a dar el salvoconducto. Pero hasta allí viajó como un polizón ferroviario, como aquellos chavales víctimas de la Gran Depresión que iban de costa a costa en tren en Estados Unidos buscando el sueño americano. «Fue todo muy real, como tenía que ser», dice. Allí conoció a una mánager que introdujo a André en la productora Blanco y Negro —aunque su hermano Xiao fue siempre su consejero—, con la que grabó el disco que materializa ese cambio de un rapero adolescente a alguien con muchas posibilidades de hacer cualquier cosa en el mundo de la música. Hust'love es un disco con una producción impecable que injustamente ha pasado algo inadvertido. «Sí, me di cuenta de que podía hacer cualquier cosa. Hay temas pop en ese disco que podrían sonar en la radio». André compone la letra y la música de todos sus temas. Lo único que subcontrata son las bases.

Antes de la grabación decidió emigrar a Suiza, haciendo trabajos de todo tipo para salir adelante, sobre todo como obrero de la construcción. Fue a casa de un amigo que ya estaba allí, como hacían los emigrantes en el siglo pasado. «Debía mazo de pasta, el piso, vídeos que no había pagado… un desastre. Venía de una relación mala y me fui con un amigo mío. Yo siempre dije que no iba a trabajar nunca, pero no he logrado vivir de la música. Al revés, me he gastado en ella más de 10.000 euros».

 

—No sé si se da cuenta de que el mapa en el que se mueve es el que siguieron muchos gallegos años atrás para buscarse la vida. Suiza, Barcelona…

—Sí. Los gallegos siempre hemos sido luchadores. Si en tu ciudad no encuentras lo que quieres tienes que salir a buscarlo.

Estuvo en Lausana trabajando en las obras de un párking urbano. Entraba a las siete de la mañana y salía a las cinco de la tarde. Hacía de todo. Desde vigilar unas bombas de agua («Me aburría que te cagas») a demoler estructuras («Romper cosas siempre mola»). André lleva tatuadas en el cuello las iniciales GS, que se corresponden con sus apellidos (García Salgado). Pero pueden confundirse con unos números. «En la obra había uno de Ourense que me llamaba ‘‘o 55’’.»

—Supongo que trabajar de obrero allí le dio otra visión de la vida.

—Es un curro muy duro. Se respira mucho polvo. Los más veteranos ya no llevan mascarilla y se lo tragan todo, y muchos son materiales cancerígenos.

—Tal vez todo esto le haga un rapero más real que muchos que son pura pose. Un rapero obrero.

—Todo lo que canto es lo que soy y lo que vivo. Mi círculo lo puede decir. Todo es real. De hecho, a veces me dicen que soy un cabrón por contar en las canciones cosas que nos pasan. Ahora parece que si tienes 25 años y no eres millonario y vives en Dubai no eres nada en la vida. Eso hace que te obsesionen los números, los seguidores... Ahora decidí parar un poco, porque estaba sacando mucha música sin estar del todo conectado. Decidí frenar.

La productora Blanco y Negro puso muchos medios en el disco, pero después no mantuvieron ese apoyo en la promoción y en la gira. «Nos dejaron bastante colgados. Llevas meses implicándote en esta movida, que es mi movida, mi vida. Pero para ellos era un simple número. Una vez que acabé la gira corté con ellos», explica. Aún tiene un contrato que le obligaría a dar algunos conciertos para esta productora. «Supongo que me pedirán algo cuando vean que estoy pegándola, aprovechándose de que la promoción la hizo otro».

Es una pena que Hust'love no se haya promocionado más, pues es un gran disco. Hustler, uno de los grandes temas  —junto con Love—, significa luchador. Refleja una ética del trabajo que quizás no se le presupone a estos jóvenes raperos, especialmente los que están inmersos en la cultura cannábica. «Lo del cannabis es algo muy personal. ¿Hasta qué punto te sienta bien o te sienta mal? Eso es algo muy importante. Sé al cien por cien que si no fumo puedo conseguir mis metas mucho antes. Hay que ser consciente de eso. No tiene sentido decir que no pasa nada, que no te hace nada. A veces te puede dar más de lo que te quita. Otras veces no. En un tiempo quiero dejar de fumar, hacer más deporte. Al menos no fumar tan asiduamente», confiesa, mientras dice que le habría encantado que su padre le hubiera visto cantar.

 —Sus letras son muy explícitas con las drogas. Pero no las idealiza, siempre habla de su lado negativo.

—No, no las idealizo. Más bien pienso que son una mierda. Tengo mazo de colegas que están mal, sobre todo con la cocaína. Están reventaos. Llega un punto en el que se te va de las manos. Pero también te digo que no cambiaría nada de mi pasado. La calle me ha dado mucho. La vida es una y nadie debe decidir por ti. Pero no sabes si tu vida va a ser larga. La muerte de mi padre me dio una sensación de fugacidad, de querer hacerlo todo rápido.

 —Usted viene de una familia muy galleguista. Pero nunca usa el gallego.

—Sé hablarlo, pero apenas lo hago. Sí es verdad que mamé el galleguismo en mi familia, sobre todo de mi madre. En todas las fiestas familiares se toca, se canta, todos hablan gallego todo el tiempo. No descarto utilizarlo en el futuro.

—En el mundo del rap hay mucha arrogancia, mucho chulito en plan mis rimas son las mejores. Eso, afortunadamente, no se ve en sus canciones.

—No puedo presumir de nada viniendo de donde vengo. Hay que tener los pies en el suelo. Pero sí, en este mundo hay mucho ego.

Tras este parón para respirar, André GS tiene unos treinta temas en la recámara que sacará progresivamente en singles. En verano también saldrá una mix-tape de reggaeton. «Ahora quiero hacer temas más alegres», dice.