Pablo Couñago: «Por suerte, nací con gen ganador»

Míriam Vázquez Fraga VIGO / LA VOZ

FUTBOL GALLEGO

Pablo Couñago
Pablo Couñago Abraldes

Siempre quiso ser profesional del fútbol y conocer mundo con él, lleva 20 años haciéndolo

20 may 2018 . Actualizado a las 23:29 h.

La pasión por el fútbol que se desprende de cada palabra que pronuncia Pablo Couñago (Redondela, 1979) es la misma que ha pospuesto su decisión de colgar las botas. Camino de los 38, aquel chaval que debutó con el primer equipo del Celta a los 18 años medita si este curso, en el Choco, será el último en activo. Entre medias el deporte llevó al joven que deslumbró como Bota de Oro del Mundial sub-20 de 1999 a Inglaterra, Finlandia, Hong Kong y Vietman.

-¿En qué época ha sido más feliz jugando al fútbol?

-Casi siempre. De chaval, porque disfrutas todo con una pasión enorme sin pensar en nada más; en la juventud, el momento en que luchas por dar el paso a ser profesional y ves que se acerca. También fue especial todo lo que vino después. Probablemente ese momento entre el Celta B y el primer equipo, compartiendo vestuario con gente que para mí era una referencia, fue la más bonita.

-¿Se ve un pionero como español en la Premier?

-Sí que fui uno de los primeros. Había estado Ferrer en el Chelsea y Marcelino en el Newcastle, pero a raíz de ir yo llegaron otros como Iván Campo o Hierro.

-¿Fue duro dar el paso?

-Sí, porque en el Celta estaba donde quería estar: mi equipo, mi casa, en competiciones europeas... Pero por otro lado tenía oportunidades mínimas. Así que lo difícil que era por el lado de dejar mi zona de confort y todo lo bueno que tenía, lo hacía fácil ver que no contaba con el respaldo del club para seguir. Fue la mejor decisión que pude tomar.

-Tras aquella Bota de Oro en el Mundial, ¿creyó que las cosas iban a ser más fáciles?

-No pensaba ni que fuera difícil ni fácil. Pasé de Casa Paco al Celta y allí subí de cadetes al B sin pasar por el juvenil. Pero tenía en la cabeza jugar, dar lo mejor de mí para llegar a ser profesional. Al final son los entrenadores los que van decidiendo sobre tu futuro. Di grandes saltos en mi carrera y luego las cosas se complicaron, pero siempre lo entendí como algo natural.

-¿En qué se diferencian el Pablo de los comienzos y el actual?

-Físicamente cambié mucho, y lo que pierdes ahí lo vas tratando de suplir con los conceptos técnicos y tácticos que has ido adquiriendo. Mentalmente siempre he sido fuerte y eso fue lo que me hizo futbolista: mi convicción, mi cabeza, querer ir siempre al límite dando lo mejor de mí.

-¿Es muy diferente dentro y fuera del terreno de juego?

-Muchísimo. Para el deporte tuve la suerte de nacer con gen ganador que me hacía discutir y protestar y que aunque en algunos momentos me perjudicó, también iba unido al afán de querer superarme. Fuera soy distinto, muy tranquilo, hasta parado. Disfruto de las cosas simples.

-¿Qué borraría de su carrera?

-¡Las expulsiones! Tenía un carácter difícil, hacía tonterías y luego venía el bajón en el vestuario en el momento en el que te dabas cuenta de que acababas de dejar al equipo con uno menos y te perdías el siguiente partido. Y también decisiones que tomas y que te queda la duda.

-¿Por ejemplo?

-Estando en el Ipswich en Segunda tuve ofertas de Swansea y Brighton, pero estaba gusto y me quedé. En pocos años los dos ascendieron y piensas que pudiste estar ahí. Pero en el Ipswich fueron años maravillosos, la mejor decisión que tomé.

-¿Fue Inglaterra el país que más le marcó?

-Sin duda. Aunque el fútbol español sea mucho mejor que el inglés, tanto a nivel individual como colectivo, a nivel de clubes, estructura, organización y la manera especial que tienen de vivir el fútbol, está por encima de ningún otro país en que haya estado.

-¿Qué recuerdos guarda de Vietnam y Hong Kong?

-¡La vida caótica! Podían estar en la playa a las seis de la mañana o durmiendo a las tres de la tarde como si fuera de madrugada. Un desorden que también se daba a nivel futbolístico, con cosas sin sentido como que los que no jugaban se iban a la cafetería a tomar unas cervezas. Chocaba, pero había ido a eso, a buscar experiencias.

-¿Siempre tuvo claro que su futuro estaba tarde o temprano en Galicia?

-Mi mujer y yo siempre estuvimos de acuerdo en que mientras durara el fútbol queríamos aprovecharlo para conocer mundo. Nunca se sabe. Podemos volver a acabar fuera de España, estamos acostumbrados y somos culos inquietos, pero tenemos claro que como en Galicia, en ningún lado. Quienes vivimos aquí somos unos privilegiados.

-¿Qué se le pasa por la cabeza a favor y en contra de retirarse?

-En contra, que soy masoca, me sigue encantando el fútbol y además, soy fácil de convencer. Me insisten en que aún puedo aportar sin estar a mi mejor nivel. A favor de dejarlo, que al cuerpo le cuesta cada vez más. En dos o tres semanas lo decidiré.

-Quería que fuera en el Choco.

-Sí, mi padre, que murió repentinamente cuando tenía nueve años, jugó aquí y siempre lo tuve presente durante toda mi carrera en cada cosa buena que me pasaba. Es especial retirarme en este club.

 A Couñago el deporte le apasiona más allá del fútbol. Y aparte de celtista y seguidor de otros de sus exequipos, se declara aficionado de la SAR de Redondela de balonmano.

-¿Qué aficiones tiene fuera del fútbol?

-Series y cualquier deporte en el que haya que correr detrás de una pelota: baloncesto, bádminton, pádel, tenis, volei... El que sea.

-¿De qué equipos se considera aficionado?

-Casa Paco, Celta, Choco, Ipswich... ¡Espero no dejarme ninguno!

-¿Todos en los que ha jugado?

-¡No, no, solo esos!

-¿Y de otros deportes?

-La SAR de Redondela.

-¿Algún deportista que admire fuera del fútbol?

-Rafa Nadal.

-¿Y cuáles fueron sus primeros ídolos futbolísticos?

-Me fijé mucho en Stoichkov y Cantoná, y eso que no era del Barça. Más adelante en el fenómeno Ronaldo, el mejor delantero al que vi jugar.

-¿Messi o Cristiano?

-Sin duda, Messi. A Cristiano hay que reconocerle cómo se ha superado y todo lo que ha conseguido siendo peor.

-¿Cuáles son los mejores futbolistas que ha tenido al lado o enfrente?

-Ronaldinho en la selección brasileña sub-20 me pareció espectacular. También Henry en la época del Arsenal. Y contra Ronaldo ya no era como en su época del Barcelona, pero para mí era impresionante.

-¿Su gol más especial?

-Los del Mundial, y uno de tacón que me recuerdan mucho en Inglaterra. Todos los que sirvieron para sumar.