Juan Caneda, volver al fútbol tras la quimio, dos trombos y un trasplante de médula

Ignacio Javier Calvo Ríos
NASO CALVO SANTIAGO / LA VOZ

FUTBOL GALLEGO

XOAN A. SOLER

El jugador del Sigüeiro de la Preferente Galicia quiere reaparecer este mes en partido oficial a los 30 años después de superar una leucemia linfoblástica

14 ene 2022 . Actualizado a las 05:00 h.

Juan Caneda (Santiago de Compostela, 1991) comenzó a jugar al fútbol a los ocho años en la cantera del Compostela. Luego, de infantil a juvenil, se fue al Conxo. Regresó al Compos para disputar su último año de juveniles. Ya como futbolista sénior, militó en el Dubra, en la Preferente Galicia; en el Sanxenxo, en Tercera División; y en el Sigüeiro, en donde logró el ascenso de Primera Galicia a la Preferente. En el conjunto de Oroso ya cumple su cuarta temporada, si bien en el curso pasado el equipo decidió no competir por culpa de la pandemia.

En pleno confinamiento, en marzo del 2020, Juan Caneda sufrió un duro revés que le cambió la vida. A principios del mes de abril escuchó lo que nunca nadie se puede imaginar: le diagnosticaron leucemia linfoblástica aguda. «Fue increíble, fue de un día para otro. De estar bien, en perfectas condiciones, jugando al fútbol, de repente te dicen que sufres una enfermedad muy importante. El golpe fue terrible», recuerda Caneda, que se entrena con sus compañeros y espera reaparecer a finales de mes con el equipo que entrena Cardeñosa.

«Empezamos con quimioterapia en el primer ciclo. Luego, en el segundo sufrí dos trombos, uno en la yugular y otro en la cabeza. La primera opción es la quimio, un proceso más sencillo, por decir algo suave. Después de los trombos, se decidió que la mejor opción era el trasplante de médula», cuenta el futbolista del Sigüeiro. En ese instante, apareció la figura de una persona clave en su vida. Su hermano mayor, Vicente, fue el donante de médula.

Caneda explica que «asimilar un golpe así requiere tiempo. Al principio no era muy consciente de lo que realmente tenía. Buscas información y ves que puede ser grave, incluso puedes perder la vida». Poco a poco se da cuenta de lo que tiene entre manos: «Los médicos me aconsejaron que no buscase información en Internet, pero lo cierto es que hablé con gente que conocía y que tuvo la enfermedad. Entonces te das cuenta del lío en el que estás metido».

Recuerda que llega un momento en el que se puede pensar en lo peor, pero su ilusión, sus ganas de vivir y su energía le hicieron cambiar pronto el chip. «Sabía que tenía la fuerza suficiente para salir adelante», reconoce el futbolista de la capital gallega.

«El mundo no se acaba por una enfermedad. Hay que luchar y el deporte te ayuda»

Los médicos le dijeron que podía hacer vida normal. Le aconsejaron la práctica del deporte y le explicaron que «hasta pasar unos cinco años no quedas libre del cáncer». Juan Caneda ya lleva unos meses entrenando con sus nuevos compañeros del Sigüeiro, un equipo que ahora es filial del Compostela.

Desde el verano ya se viste de corto, pero todavía no pudo debutar. No tiene fecha para jugar su primer partido oficial, pero espera que sea en este primer mes del 2021. Físicamente está bien y ahora será su técnico quien ponga la fecha de su reaparición. Tiene la ilusión de un principiante, en un vestuario plagado de jóvenes futbolistas, promesas de la cantera blanquiazul.

Caneda tiene un mensaje muy claro: «No hay nada imposible. El mundo no se acaba por una enfermedad. Hay que luchar y el deporte te ayuda a conseguir muchos retos en la vida. Hay que tener ganas y mucha fuerza de voluntad». Agradece, además, el gran apoyo y recibimiento del nuevo vestuario del Sigüeiro.

«Espero que los políticos destinen más ayudas y recursos para la investigación»

«Me encontraba bastante cansado. Los últimos días tenía la tensión muy alta, con bastante tos. Fueron los síntomas más claros que tenía. Como era en pleno confinamiento decidimos acudir al hospital. Es posible que si estuviese entrenando con normalidad no hubiese ido al médico en ese momento. Al tener la tensión tan alta no lo dudamos. Piensas en cualquier cosa menos en un cáncer. Con los síntomas que tenía podía ser cualquier tontería, pero de haber dejado pasar más tiempo podría haberse agravado la situación», recuerda Caneda.

«Antes del confinamiento, en las dos últimas semanas notaba mucho cansancio y dolor de espalda. No entrenaba y sí jugaba el domingo. Notaba más cansancio de lo normal al acabar los partidos», destaca el futbolista del Sigüeiro. Estuvo muchos días ingresado, realizando pruebas de todo tipo. La quimioterapia es agotadora, revela el compostelano. Todo se complicó y vivió «un auténtico infierno», describe el jugador.

El trasplante de médula fue a principios de agosto y estuvo ingresado hasta finales de mes. «Cuando hablas de estas cosas todo el mundo piensa en un quirófano, pero no fue así. Es como si fuese una transfusión de sangre, claro, con un proceso mucho más delicado y peligroso».

Juan Caneda decidió hacer público todo este proceso después de contactar con él una asociación que pretende dar mayor visibilidad a este tipo de enfermedades «para que los políticos tengan una mayor conciencia y destinen más ayudas y recursos para la investigación. Ellos me pidieron su apoyo y no lo dudé ni un instante». Cree que hay muchas enfermedades que no tienen el respaldo de las administraciones y por eso reclama desde su pequeño rincón que ya es hora de invertir en investigación.