Galicia bajo la telaraña eléctrica

GALICIA

La belleza del paisaje gallego se desvanece encarcelada entre millones de cables que piden a gritos su canalización subterránea

22 mar 2008 . Actualizado a las 21:58 h.

Enterrar el tendido eléctrico y telefónico que emborrona el paisaje es una de las grandes asignaturas pendientes de Galicia. La implicación de las distintas Administraciones, empresas eléctricas y telefónicas supone un reto difícil de conseguir, que solo ha logrado, de momento, fructificar a modo de pequeños convenios de los que se beneficiarán en breve algunos afortunados concellos.

En Ourense, por ejemplo, uno de esos acuerdos, firmado entre la Consellería de Industria y Unión Fenosa, permitirá enterrar el cableado en doce municipios por 403.000 euros. En otros muchos concellos esperan medidas similares con los brazos abiertos. En la mayoría de los casos, los cableados discurren paralelos pero con diferentes estructuras, duplicando así el impacto visual y medioambiental. La implantación desorganizada y caótica ha provocado en algunos lugares situaciones límite, en las que los cables atrapan literalmente casas o monumentos y algunos vecinos los pueden incluso rozar con la mano desde su ventana.

La necesidad de una normativa que obligue a que los nuevos proyectos de construcción o mejoras incluyan la canalización del cableado es una de las metas que debe alcanzar la Galicia del nuevo milenio.