El alcalde de Santiago descarga la gestión de los enchufes sobre su jefe de gabinete, que sigue en el cargo

Xurxo Melchor
Xurxo Melchor SANTIAGO / LA VOZ

GALICIA

Currás, durante una rueda de prensa en el Concello.
Currás, durante una rueda de prensa en el Concello. Á. Ballesteros< / span>

13 feb 2014 . Actualizado a las 07:00 h.

Cuando el 17 de enero del 2013 el alcalde de Santiago, Ángel Currás (PP), fue a Lugo a declarar como imputado por tráfico de influencias ante la jueza que instruye la operación Pokémon, Pilar de Lara Cifuentes, empezó contestando con evasivas del tipo «lo ignoro» o «no lo sé» a las preguntas que le hizo la magistrada sobre la adjudicación de la guardería de Salgueiriños al grupo Vendex, investigado en esta trama de corrupción política. A mitad del interrogatorio, cuando tuvo que enfrentarse a la existencia de grabaciones de conversaciones telefónicas en las que se hablaba de los presuntos enchufes en la escuela infantil, pasó de no saber a descargar toda responsabilidad sobre la que era concejala de Educación, Rebeca Domínguez, y sobre su jefe de gabinete, Francisco Castro, ambos también imputados en este caso de corrupción política.

De la primera dijo que no supervisaba su trabajo, que tenía plena autonomía en sus funciones y que como su agenda institucional es «enormemente complicada» solo recibía información de los asuntos más relevantes, «lógicamente, del día a día de todos los problemas, no», afirmó Currás. Es decir, que él no intervino en el procedimiento de la guardería y que tampoco habló con nadie del grupo Vendex sobre los currículos que les iban a pasar para contratar en el centro.

De su jefe de gabinete, pese a que es un nombramiento suyo directo y personal y de que se trata de un puesto que actúa siempre en representación del alcalde, aseguró a la jueza que estaba «perplejo y desconcertado» con el «comportamiento» de Fran Castro -que sigue en el cargo- cuando escuchó dos conversaciones entre su principal asesor y el delegado de Vendex en Santiago, Alberto Quintana, también imputado.

En ambas, Castro le pide a Quintana que pase por la alcaldía para entregarle algo que en una conversación inmediatamente posterior entre Quintana y el jefe en Galicia de Vendex, José María Tutor -también imputado-, se identifica como cuatro currículos para la guardería, a los que después se le uniría uno más que también se recogió en el Ayuntamiento. «Desde luego yo ese comportamiento nunca lo he percibido en el jefe de gabinete, se lo puedo asegurar», respondió Currás a la jueza con voz mucho más apagada que la que había mostrado al comienzo del interrogatorio. De Castro, además, dijo que acudía a reuniones por su cuenta y que no actuaba en representación del regidor.

El alcalde compostelano se enfrentó a un duro interrogatorio por parte de la jueza de la Pokémon, que se mostraba sorprendida cuando Ángel Currás argumentaba que desconocía casi todo lo que sucedía en el Concello, que no estaba informado de las contrataciones o que no supervisaba la labor de sus concejales porque tenían «autonomía» y que incluso el criterio de los ediles era el que prevalecía en caso de conflicto con el regidor. Por no saber, no fue capaz ni de reconocer el propio teléfono de la centralita del Ayuntamiento.

Currás escuchó cómo la exconcejala de Educación, Rebeca Domínguez, le explicaba a Alberto Quintana, de Vendex, por teléfono que se iba a retrasar en entregarle los currículos para las trabajadoras de la guardería porque el alcalde lo quería «volver a filtrar todo», algo que él negó y dijo que era además «una calumnia» y que «todo ese entramado me parece surrealista» porque «yo no propuse a ningún enchufado», añadió.

Sí admitió haberse reunido con el jefe de Vendex en Galicia en su despacho el 21 de agosto, pero no para «asuntos de personal», como le dijo José María Tutor a su superior en Madrid, sino porque él quería saludarlo e informarle de que su empresa había sido la escogida para gestionar la escuela infantil. «No hemos hablado nada de personal y además si me tocase ese tema le garantizo que habría salido del despacho», sentenció.