Misterioso intento de asesinato en Vigo

E. V. Pita / M. Torres VIGO / LA VOZ

GALICIA

Prisión para un millonario luso de 56 años que sufrió un infarto tras intentar matar presuntamente a su esposa, de 26

08 may 2016 . Actualizado a las 01:20 h.

Podría ser el guion de una película del mago del suspense Alfred Hitchcock. Ocurrió en Vigo pero el suceso ha conmocionado a la prensa nacional de Portugal. Amanece en Vigo. La feliz, bella y joven esposa de un millonario de Oporto, treinta años mayor que ella, se levanta de la cama en un hotel de cuatro estrellas, entra en la ducha, se broncea con crema corporal y, de repente, nota una sombra a sus espaldas y recibe cuatro golpes en la cabeza con una maza de cantero. Su marido, presuntamente, la tira al suelo y se pone de horcajadas sobre ella para rematarla, pero la atónita mujer logra zafarse en medio de un charco de sangre, arrastrarse por el suelo hasta la puerta y huir desnuda por el pasillo gritando hasta que una limpiadora la socorrió. Mientras, el hombre sufre un infarto y cae desplomado en el suelo de su habitación con marcas en su espalda y la cara manchada de sangre de ella. Aún seguía consciente y se salvó gracias a que los sanitarios del 061 lo reanimaron. Fue ingresado en la uci del hospital Álvaro Cunqueiro, donde pasó varios días en calidad de detenido custodiado por la policía hasta que se recuperó para hablar.

El supuesto intento de asesinato ocurrió el lunes a las 8.35 horas en una habitación del hotel NH Palacio de Vigo en la céntrica avenida de García Barbón. El marido, un ingeniero retirado de su trabajo gracias que se dedicaba a viajar y vivir de su fortuna, puso como excusa a su mujer, también de rica familia, que tenían que viajar el domingo por la noche a Vigo para hacer el lunes un negocio, que era inexistente.

La jueza de violencia sobre la mujer número 1 de Vigo, Paz Filgueira, le tomó declaración ayer en el hospital. El implicado negó los hechos pero la magistrada ordenó el ingreso en prisión provisional, comunicada y sin fianza, del marido, y su traslado desde el hospital Álvaro Cunqueiro a una enfermería de un hospital de Pontevedra que está vinculado a la penitenciaría de A Lama.

Le imputan la supuesta tentativa de asesinato a su esposa con un objeto contundente y con graves lesiones. La mujer recibió golpes y cortes en la cabeza, donde los médicos le graparon las heridas, y en un tobillo ,y sufrió contusiones varias.

La jueza, tras interrogar el pasado miércoles a la víctima y ayer al acusado, ve «indicios elevadísimos» de que Carlos Ignacio Pinto premeditó el asesinato de su esposa Eliza G.P., rumana y nacionalizada portuguesa y a punto de cumplir 27 años. Salían juntos desde hace siete años y se casaron hace seis meses. Se dedicaban a viajar y llevaban una vida de lujo en el exclusivo barrio de Sao Felix da Marinha de Vilanova de Gaia, en las afueras de Oporto. Es una zona residencial donde lusos adinerados se establecen para reposar mientras dirigen, con magníficas vistas a la playa de Granja, sus negocios en el extranjero. Los vecinos los veían pasear felices y creían que llevaban una vida idílica.

Diarios y televisiones de Portugal se han volcado con este misterioso caso donde surgen las preguntas: ¿Por qué? ¿Cuál es el móvil del intento de crimen? La televisión Porto Canal envió ayer a sus reporteros a pie del hospital Álvaro Cunqueiro de Vigo mientras que Correio da Manha o el Jornal de Noticias buscaban pistas en Oporto.

Inicialmente, la policía pensó que se trataba de una riña conyugal pero los investigadores se preguntaron por qué había un martillo de cantero en la habitación. Además, hallaron en el cuarto unas sospechosas ligaduras que podrían indicar la intención de atar a la víctima. Incluso la policía se llegó a plantear si había intervenido una tercera persona en el incidente.

El móvil del intento de asesinato es un enigma porque la policía no le ve lógica. Se barajan tres posibilidades. Una es que el hombre sufriese una depresión que le llevase a planear un crimen chapucero. Otra idea es que sufriese dificultades económicas y quisiese cobrar el seguro de vida de su mujer. O que actuase movido por los celos.

La esposa luce modelos en Facebook y él posa con un Ferrari y le dedica piropos

El matrimonio, sin hijos comunes, tenía por costumbre colgar las fotos en sus respectivos muros de Facebook en los que daban la imagen de una vida idílica. La propia víctima contó a la jueza que vivía feliz y sin incidencias y que el ataque fue repentino y le pilló por sorpresa. La mujer dependía económicamente de su marido pero la familia de ella tenía un alto nivel de vida. Sus maletas, equipajes, bolsos y ropa eran todo de exclusivas marcas de lujo.

Carlos Ignacio Pinto muestra en su Facebook fotos en la playa de Granja, poses junto a suntuosos coches de la marca Ferrari o él mismo conduciendo un turismo deportivo rosa por Estados Unidos y con gorro de vaquero. Entre sus grupos están zonas de ocio y veraneo de la Jet set en Vilanova de Gaia.

Este ya no tenía empresas ni negocios a su nombre en Portugal, por lo que se piensa que se deshizo de ellas o los mantiene en el extranjero. En España está libre de antecedentes penales y en Portugal, la policía judicial ha pedido a la Europol que averigüe si había episodios anteriores de violencia machista.

Por su parte, la esposa muestra en su página personal imágenes de exclusivas zonas de Los Ángeles, en Estados Unidos, como lugares favoritos. No perdió su contacto con Rumanía, donde tiene amistades, entre ellas modistos famosos de su país, y contaban con conocidos de Brasil. Su propio marido le hizo un comentario el 13 de abril: «Minha esposa, minha princesa, minha senhora». Fue dos semanas antes de la supuesta agresión.

La joven mujer posa con su marido, de poblada barba blanca, siempre sonrientes, abrazados o en actitud cómplice. Ambos dan una imagen de ciudadanos del mundo. «Non fai falta un móvil para matar», concluye la jueza de violencia sobre la mujer.