La madre de Diana Quer: «No consigo entender la decisión del juez; la respeto, pero no la comparto»

Javier Romero Doniz
J. ROMERO RIBEIRA / LA VOZ

GALICIA

CARMELA QUEIJEIRO

López-Pinel no imaginaba que el juez decretaría el sobreseimiento provisional de la causa

22 abr 2017 . Actualizado a las 09:45 h.

La madre de Diana Quer regresó a Madrid, tras una semana y media en A Pobra, el jueves por la noche en compañía de su otra hija. Ambas permanecieron en la villa barbanzana desde el pasado 10 de abril, localidad en la que veranean desde hace 16 años y en la que la joven madrileña desapareció hace hoy ocho meses. Cuando la progenitora, Diana López-Pinel, volvió A Pobra, ya sabía, por los propios investigadores, que eran muchas posibilidades de que el secreto del sumario se levantase, decisión que no le gustaba. Lo que no imaginaba era la otra medida que el juez instructor estaba, en aquellas fechas, sopesando o ya había tomado: el sobreseimiento provisional de la causa.

Ese fue el enésimo revés y la causa principal de que, el miércoles, saliese de los juzgados de Ribeira llorando. «Si ya se me hacía duro sobrellevar el levantamiento del secreto del sumario, más todavía la decisión del sobreseimiento», explicaba ayer la propia Diana López-Pinel, que confesaba: «No consigo entender la decisión del juez, la respecto, pero no la comparto». Diana confiesa sentirse confusa por el nuevo escenario en el que ha entrado el proceso judicial: «No era previsible en ningún caso, ahora tenemos que afrontar la realidad actual y reconozco que necesito tiempo para estabilizarme tras el mazazo vivido esta semana».

La relación entre la madre de la joven ausente y la Guardia Civil ha sido fluida desde el principio y siempre en la medida de las posibilidades que tenía el instituto armado. Ella, al menos, sigue manteniendo una fe ciega en los investigadores: «Dejo clara la confianza que tengo en la Guardia Civil para que siga haciendo su trabajo en las líneas del caso que tienen abiertas con las pruebas que fueron acumulando en estos meses y las que pueden obtener todavía».

En la cabeza de López-Pinel existe el convencimiento, al igual que entre los agentes que llevan el caso, de que «las decisiones judiciales adoptadas perjudican seriamente al trabajo para dar con su paradero o con los responsables de su desaparición. Si hubiese pasado más tiempo, a lo mejor más de un año, podría aceptarla de mejor forma, pero ahora me parece que ha pasado poco tiempo», explicaba ayer la madre, que, cabe decir, recibió la promesa del juez de que si la Guardia Civil presenta pruebas concretas no dudará un segundo en volver a decretar el secreto de las actuaciones y suspender el sobreseimiento.