A Pobra prepara las fiestas que quedaron marcadas por la desaparición de Diana

Álvaro Sevilla Gómez
Álvaro Sevilla RIBEIRA / LA VOZ

GALICIA

MARCOS CREO

Los vecinos intentan superar la conmoción de hace un año y reivindican su derecho a disfrutarlas en paz

07 ago 2017 . Actualizado a las 17:05 h.

El próximo día 18, a las siete de la tarde, doce bombas de palenque anunciarán a los vecinos de la localidad coruñesa de A Pobra do Caramiñal el inicio del Carme dos Pincheiros. A pesar de que desde todos los estamentos se hace un llamamiento a la normalidad, la celebración estará rodeada en esta ocasión por un aura de misterio, de incertidumbre. Fue, hace un año, en esas mismas fiestas, cuando se vivió una desaparición cargada de incógnitas y que ha llenado horas de tertulias de bar, radio y televisión. El pasado 22 de agosto, Diana Quer desapareció el último día de estas fiestas para nunca más ser vista.

Con los preparativos de las fiesta prácticamente cerrados, los vecinos de la villa quieren desvincularse de la historia de la joven. «Lo que pasó puede ocurrir en cualquier pueblo de España, en un fin de semana cualquiera. No son unas fiestas donde la gente se desmadre. La comisión quiere estar completamente ajena al tema de Diana, nuestro único objetivo es prepararlo todo con el cariño de siempre», estas son las palabras de Isa Domínguez, una de las directivas de la comisión de fiestas del Carmen dos Pincheiros, que destaca el daño que hizo un documental de una cadena estatal que llegó a designar la localidad como una de las cunas del narcotráfico español.

Su sentir no es único, más bien todo lo contrario. La apatía hacia el caso Diana Quer lo atestiguan decenas de vecinos, que consideran que esta desaparición afeó el nombre y la reputación de la que gozaba una villa humilde, un pequeño pueblo costero que no alcanza los 10.000 residentes. 

Ajeno

Es un médico de cabecera del centro médico de A Pobra, quien arroja una de las mejores definiciones de lo que significa Diana para el pueblo. «La gente considera que es un tema exclusivo de la televisión. Para ellos no se trata de un problema de la localidad. Era una joven de fuera, que apenas era conocida, y que no tenía vínculos con la gente de aquí», afirma el doctor, quien reconoce que hace meses que en su consulta no se menta el nombre de la madrileña.

En el Don Miguel, uno de los restaurantes con más historia de la villa, Pablo, el dueño, desliza el polémico asunto. «Estamos algo cansados. Las fiestas del Carme dos Pincheiros siempre fueron muy tranquilas». «No creo que este año vaya a pasar nada fuera de lo común», apunta una de las mujeres que acuden a menudo al local para tomar un aperitivo antes de comer. A su lado, un residente de la zona de O Xobre, lugar donde Diana tenía su residencia de verano, reconoce que «todo fue muy extraño. Este es un pueblo tranquilo. No creo que fuese nadie de aquí». 

Normalidad

Ramón Valiño es el jefe de la Policía Local de A Pobra. Afronta la celebración del Carme dos Pincheiros como siempre. Hacerlo de otra manera, afirma, sería ilógico: «Foi algo puntual. Loxicamente non consideramos que vaia a pasar outra historia igual. Reforzaremos o día da procesión e teremos unha patrulla polas noites. Hai que ter en conta que estes episodios son imprevisibles».

La lectura que hace Valiño sobre la celebración es la misma que realizan desde la Comandancia de A Coruña de la Guardia Civil, cuyos profesionales reconocen que, por el momento, no tiene previsto poner en marcha ningún dispositivo especial.

A pesar del hartazgo que siente un pueblo que quiere desligarse del caso, no será sencillo que el nombre de Diana Quer deje de relacionarse con A Pobra. A falta de dos semanas para que el 22 de agosto se cumpla un año de su desaparición, la ausencia de respuestas, y las incógnitas que quedan por desvelarse, mantienen un halo de misterio que parece que solo desaparecerá cuando el misterio se aclare.

Los investigadores trabajan con datos informáticos y geolocalizaciones

A pesar de que la Guardia Civil se encuentra bajo mínimos desde el inicio de la temporada estival, un grupo de profesionales de la Unidad Central Operativa (UCO) sigue trabajando día a día, y desde Madrid, para encontrar alguna pista que puedan relacionar con el paradero de la joven madrileña.

Por el momento, los profesionales siguen trabajando con archivos informáticos. A pesar de que el teléfono móvil de la joven, una vez desbloqueado, no arrojó información relevante, los informáticos siguen cuadrando datos, como pueden ser las geolocalizaciones que registra el terminal. De estas se espera que puedan desvelar alguna novedad, o concretar la ruta que tienen en mente que pudo hacer la joven el día de la desaparición.