Los cuidadores de los buses escolares compartidos podrán vetar a viajeros

Pablo González
Pablo González REDACCIÓN / LA VOZ

GALICIA

miguel souto

La Xunta prepara el operativo para abrir al público general unas 600 líneas de colegios

31 ago 2017 . Actualizado a las 05:00 h.

La Consellería de Infraestruturas se prepara para una experiencia novedosa y delicada que es la que en realidad pondrá a prueba la primera fase del nuevo plan de transporte: la puesta en marcha de los autobuses escolares compartidos, o lo que es lo mismo, la transformación de las rutas a los colegios en servicios regulares abiertos al público general, especialmente en zonas rurales. En esta iniciativa destinada a racionalizar los servicios de transporte y los recursos públicos destinados a ellos será clave la figura del acompañante o cuidador, que a partir del día 11 de septiembre, cuando se inicie el curso académico, será obligatorio en todas las rutas de transporte compartido, lo que aumentará en un 60 % la presencia de estos profesionales, circunscritos antes solo a determinadas líneas.

Para conjurar los temores de las asociaciones de padres y madres, que mostraron su prevención ante posibles incidencias durante los trayectos, el departamento que dirige Ethel Vázquez, en estrecha colaboración con el de Educación, ha elaborado una instrucción de obligado cumplimiento para estos monitores, que son contratados por las empresas adjudicatarias del servicio. En la circular a la que ha tenido acceso La Voz destaca la autoridad que la Administración otorga al acompañante -también al conductor del autobús- para vetar a los viajeros que consideren que pueden suponer algún peligro para los menores.

«Como persoal adscrito ao servizo -se asegura en la instrucción-, tanto o acompañante como o condutor do autobús dispoñen da potestade de impedir o acceso ao autobús de calquera viaxeiro que puidera ser un perigo ou risco para os menores». Este es quizás el aspecto más novedoso de las nuevas funciones que asumirán, pues buena parte de sus cometidos ya estaban regulados por un decreto del 2001.

Los acompañantes pueden impedir el acceso a viajeros «que puideran ser un perigo ou risco» Ante cualquier incidencia o «situación difícil» durante el trayecto al centro educativo, los acompañantes deberán «responder coa máxima calma e seguridade posible». En la circular no se aclaran los criterios para impedir la entrada a determinados viajeros que pueden ser problemáticos para los escolares. Por el momento, se deja al arbitrio de los acompañantes, aunque es posible que con el rodaje de los nuevos servicios se redacten más instrucciones respondiendo a las complicaciones que puedan surgir. En cualquier caso, la autoridad que les otorga la Administración a los cuidadores tiene su origen en la responsabilidad que afrontan: «Coidar da seguridade dos menores durante o transporte e procurar que non se produzan altercados».

Si las eventuales incidencias están relacionadas con el público general que ahora podrá acceder a estos autobuses, se deberá de dar traslado a la Consellería de Infraestruturas, que es la que gestiona los servicios compartidos, aunque Educación mantendrá la gestión de los exclusivos para escolares hasta que en el 2020 se abran al resto de los usuarios. También se plantea comunicar el incidente a los cuerpos de seguridad del Estado «no caso de ser necesaria a súa intervención». En cualquier caso, los acompañantes deberán presentar un parte al finalizar el trayecto, «informando das incidencias acaecidas ao longo do mesmo».

Infraestruturas prevé intensificar las inspecciones en estos nuevos servicios para atajar cualquier problema en un ámbito muy delicado. De ahí que en la instrucción que se va a repartir entre los cuidadores se incluya la obligación de aceptar «o control» por parte de la consellería que gestiona el transporte.

XOÁN REY

«Non se modificarán horarios nin paradas»

Tanto la consellería de Infraestruturas como la de Educación están comprometidas en que la experiencia del transporte escolar compartido, que afectará al 10 % de las líneas y a un 8 % de los estudiantes, se desarrolle sin complicaciones durante el inicio del curso. Para ello la conselleira Ethel Vázquez se reunió ayer con el director xeral de Mobilidade, Ignacio Maestro, y el secretario xeral técnico da Consellería de Educación, Jesús Oitavén, para ultimar el operativo de puesta en marcha del nuevo servicio, con el que se reforzará la información a los centros escolares, al tiempo que se celebrarán reuniones específicas con personal de colegios, empresas de transporte y asociaciones de padres y madres.

Ethel Vázquez explicó que el servicio escolar está «blindado» en lo que respecta a sus características originales y a la seguridad de los escolares, que siguen siendo la principal prioridad. «Non se modificarán horarios nin paradas, seguirán intactos», explicó, mientras destacó que en las zonas rurales se «multiplicarán as posibilidades de desplazamiento», pues el transporte escolar cuenta con muchas más paradas que el regular. Las modificaciones solo se producirán antes y después del trayecto escolar. Por ejemplo, si el centro de salud está más allá del colegio, se establece una parada posterior al trayecto estrictamente escolar.

Además, los autobuses serán más seguros para los viajeros regulares, pues la flota de buses escolares suele ser más moderna y, por tanto, cuenta con cinturones de seguridad en los asientos. Los buses compartidos llevarán un distintivo identificativo.

El transporte escolar compartido, que se desarrolla con éxito en comunidades vecinas como Asturias o Castilla y León, tendrá una mayor incidencia en esta primera fase en la provincia de Ourense y, en menor medida, en la de Lugo. En la de A Coruña, por ejemplo, la incidencia apenas superará el 3 % de las líneas.