El tirón del turismo y la temporalidad llevan a un récord de contratos en la hostelería

R. Santamarta / A. Balseiro REDACCIÓN / LA VOZ

GALICIA

MARCOS MÍGUEZ

Entre junio y julio se firmaron 940 al día, coincidiendo con el arranque de la campaña estival

01 sep 2017 . Actualizado a las 09:15 h.

Convertido en un potente motor que aporta ya el 11 % del PIB regional, el turismo ha motivado este año un récord de empleo en el sector de la hostelería en Galicia, con casi 58.000 contrataciones solo entre junio y julio, los dos meses que habitualmente registran el mayor movimiento en el mercado de trabajo por la temporada estival (suele bajar en agosto un 10 %). Según los datos de la Consellería de Economía, en el arranque del verano se ha registrado la cifra más alta de la serie histórica, de la que se extrae que cada día se firman en Galicia casi 940 documentos laborales para camareros, cocineros, ayudantes... Ni en años jacobeos se detectada un movimiento así. El mes de julio ha sido el de mayor empleo de toda la serie en esta estadística: más de 107.000 contratos, de los que casi 30.000 fueron para la hostelería.

En ese enorme volumen tiene mucho que ver el fortísimo tirón que este año está teniendo el sector servicios, y que se arrastra desde Semana Santa, como explican en el sector. Influye la apertura de nuevos locales de restauración al calor, precisamente, de la recuperación económica; es hoy la actividad que más rápido crece en la comunidad.

Solo en julio se firmaron casi 30.000 contratos en hostelería, el 27 % del total Pero conviene no perder de vista lo que sucede detrás de las cifras: una gran rotación y temporalidad que desde hace tiempo denuncian los sindicatos. Prácticamente todo lo firmado ahora tiene fecha de caducidad. En muchas ocasiones, se ficha a una persona para tres o cuatro semanas, en muchos casos, coincidiendo con un pico fuerte de visitantes, luego se le da de baja unos días, y se la vuelve a traer, explican en el sector. Hay también, añaden esas fuentes, renuncias en el medio de la campaña por varios motivos: bien porque el sueldo sigue siendo bajo y no compensa, bien porque al empleado le surge otro puesto más acorde a su formación, o bien porque el contratado decide romper por las sufridas condiciones que tiene este negocio, principalmente las muchas horas.

Hay un dato que corrobora la enorme rotación y precariedad que acompaña a este pujante empleo estival: en mayo había en Galicia 52.000 afiliados a la Seguridad Social en el sector de la hostelería. Al cierre de julio se contaban 8.000 más, algo que no casa con los contratos registrados. Es decir, cada nuevo afiliado cuesta ocho contratos.

Tirando de jóvenes

El reparto por edad refleja bien esas circunstancias anteriores: de los 57.000 acuerdos de junio y julio (que serán 23.000 más con el cierre de agosto), casi la mitad se corresponden con jóvenes de entre 16 y 34 años. Pero ojo, porque también se produce otro fenómeno: la entrada de bolsas de parados entre los 40 y los 50 años, con una peor inserción laboral. Lo que no hay es apenas distinción por sexos: se cuentan prácticamente tantos hombres como mujeres.

Los contratos en bares y restaurantes suponen este verano más del 27 % del total del movimiento laboral. Un peso récord y que además duplica el de otras comunidades españolas, precisamente por esa mayor penetración del negocio de la hostelería y del turismo. La construcción, que llegó a ser hegemónica, hoy tan solo aporta el 4 %. La industria, con menos temporalidad, un 11 %.

Prácticamente la mitad de los que encuentran trabajo estival en el sector son jóvenes Pero este movimiento no es homogéneo en toda Galicia. El caso más sobresaliente es el de Sanxenxo, una población de 17.000 habitantes que en dos meses sumó 3.300 contrataciones para atender su hostelería. Tanto como el 20 % de la población. Inaudito. En Vigo en julio fueron 2.100; en A Coruña, 2.000; en Santiago, otros 1.700... En estas tres ciudades solo un actividad estuvo cerca de esas cifras: el comercio. Influye la estacionalidad, con las rebajas. Pero de nuevo la mayor presencia de visitantes -según los datos de la Xunta, también hay récord en llegada de turistas-, que también se van de compras. Y no solo de bares.