Albor: «O camiño percorrido pagou a pena e cumpre continuar sen desfalecer»

GALICIA

Instante en el que Xosé Luis Barreiro Rivas, que fue número dos del Gobierno de Albor y que propicio su caída al dimitir, besa al antiguo presidente
Instante en el que Xosé Luis Barreiro Rivas, que fue número dos del Gobierno de Albor y que propicio su caída al dimitir, besa al antiguo presidente Xoán A. Soler

Rajoy reivindica el «sentidiño» gallego al imponerle al primer presidente de la Xunta la Medalla de Oro al Mérito en el Trabajo para conmemorar su centenario

16 sep 2017 . Actualizado a las 22:30 h.

Cuando tuvo lugar la sesión constitutiva del Parlamento de Galicia, en diciembre de 1981, Mariano Rajoy era un bisoño diputado de 26 años que intentaba aprender del jefe de filas, Gerardo Fernández Albor. Este lo nombró director xeral de aquella Xunta en pañales, desprovista de despachos y coches oficiales. Y cuando a Albor le dimitieron casi todos sus conselleiros, en 1986, volvió a acudir al Rajoy vicepresidente para resistir en el cargo y enderezar el rumbo. El ahora presidente del Gobierno de España es posible que aprendiera entonces a soportar las adversidades. Este sábado lo insinuó al imponerle la Medalla de Oro al Mérito en el Trabajo al primer presidente electo de la Xunta, del que ensalzó la «capacidad que ha tenido para no rendirse nunca».

Gerardo Fernández Albor, que cumplió 100 años la semana pasada, recibió ayer el cariño de todos los que lo trataron en sus facetas de médico, político y animador de las tertulias del Real Aero Club de Santiago, que frecuentaba por su condición de piloto de aviación. La figura del todavía presidente de honor del PPdeG fue objeto de estudio de un simposio de dos días organizado por el Foro Galicia Milenio y la Universidade de Santiago, que ayer clausuraron en el Gaiás Mariano Rajoy y el presidente de la Xunta, Alberto Núñez Feijoo.

El líder nacional del PP, que al igual que Albor resistió un año en el cargo cuando parecía que se tambaleaba, confesó que a pocos actos acudió «con tanta convicción y alegría» como al homenaje a Albor, al que calificó de «hombre ejemplar», cuyo legado considera necesario estudiar, porque «nos estimula a perseverar por su camino y eso nos hace mejores a nosotros también».

Rajoy destacó el perfil galleguista de Albor, el papel «clave» que desempeñó en la construcción del autogobierno gallego y su faceta de «europeísta sin fisuras», que le sirvió para que su retrato luzca en el Bundestag por su contribución a la reunificación alemana desde la comisión que se creó en la Eurocámara.

Albor: «Pagou a pena»

El propio Albor hizo acopio de fuerzas para estar presente en el homenaje, tras avanzar a pie, con ciertas dificultades, hasta la mesa presidencial, acompañado en todo momento por Feijoo. «O camiño percorrido pagou a pena e cómpre continuar adiante sempre sen desfalecer», señaló el expresidente, en un breve discurso leído ante unas 200 personas.

El fundador del policlínico La Rosaleda se reconoció reflejado en la figura del «carballo centenario» con la que lo comparó Feijoo en la apertura del curso político en Cerdedo-Cotobade. En su intervención evocó el Camino de Santiago, que considera germen de la construcción europea, a las tres generaciones que lo siguen en su familia y al apóstol Santiago. Y al final saludó a Barreiro Rivas, uno de los autores de la moción de censura que lo apeó de la Xunta, que le dio dos besos en la mejilla.

En Marea critica la concesión de la medalla al primer presidente electo de la Xunta

El grupo de En Marea puso el contrapunto en el homenaje al centenario de Gerardo Fernández Albor al difundir en las redes sociales un comentario crítico con el primer presidente de la Xunta elegido en las urnas. La formación que dirige Luís Villares censuró el acto de reconocimiento a quien «cobrou 3.000 euros ao mes sen acudir ao Consello Consultivo de Galicia en tres anos». «E o PP agora dálle unha medalla ao mérito no traballo. Vergoña!», concluye el comentario subido a Twitter por En Marea. La formación de Villares hizo pública esta crítica pese a que en el homenaje participó uno de sus alcaldes, Martiño Noriega, en calidad de anfitrión como regidor de Santiago. «Ataca a Albor porque non se atreve a meterse con Noriega, que estaba na mesa presidencial», respondió en Twitter Alfonso Rueda.

Feijoo: «Os que te coñecemos non nos cansamos de escoitarte e de aprender de ti»

Relató ayer Albor que Feijoo, que lo comparó con un «carballo centenario», le regaló recientemente un roble que el expresidente plantó en su casa de Biduído (Ames) y dijo que sus brotes más tiernos sueñan ya con acariciar el cielo. El actual presidente de la Xunta derrochó complicidad con la persona que lo precedió en el cargo y puso en valor la «confianza» que siempre depositó en él, pues fue de los primeros dirigentes del partido que le dijo, con seguridad, que iba a ser jefe del Ejecutivo. «¿Y cómo lo sabe?», inquirió Feijoo. «Pues porque naciste en septiembre, como yo», respondió el doctor.

El presidente de honor del PPdeG dijo de Feijoo que «nunca defraudou e case nunca se equivocou», a la vez que destacó de él que de lo único que no se cansa, a sus 100 años, es de vivir. «Os que te coñecemos tampouco nos cansamos de escoitarte e de aprender de ti», concluyó.