Hacienda ha recuperado ya 75 millones defraudados por la trama de Las 5 Jotas

s. a. VIGO / LA VOZ

GALICIA

Oscar Vazquez

La mayor estafa fiscal descubierta en Galicia supera el centenar de condenados

16 oct 2017 . Actualizado a las 05:00 h.

El desmantelamiento de la trama de facturación falsa ideada por la empresa de construcción de casas de madera Las 5 Jotas, el mayor fraude fiscal descubierto en Galicia hasta la fecha, ha permitido regularizar algo más de 75 millones de euros. Supone en torno a la mitad de la cantidad defraudada. Fuentes de la Agencia Tributaria cifran en concreto en 58 millones los recuperados por la vía administrativa, en tanto que por la penal han sido otros 17. Esta última solo se puede seguir cuando la cantidad defraudada supera los 120.000 euros.

La trama, diseñada por el gerente de la compañía, Xosé Manuel Costas, constaba de 250 receptores de facturación falsa y en torno a 300 contribuyentes en régimen de módulos. Precisamente fue una autónoma que tributaba por este sistema la que, sin sospecharlo, destapó el fraude al denunciar que Hacienda le atribuía una facturación demasiado elevada que no cuadraba con sus números. De los delitos en los que ya se cuenta con sentencia -la Agencia Tributaria denunció más de 40-, en más del 90 % de los casos el fallo ha sido favorable a la Hacienda Pública.

El eje central de la red lo integraban 11 contribuyentes (cinco personas físicas y seis jurídicas). Este grupo emitía facturas a los citados 250 empresarios que estos utilizaban para minorar su tributación tanto en el impuesto sobre sociedades como en el IVA. Consignaban en sus declaraciones las facturas falsas como gastos deducibles.

A su vez, las once sociedades que formaban la espina dorsal del entramado defraudatorio tenían una facturación tan abultada que necesitaban minorar su carga fiscal. Lo lograban a través de la contabilidad de los contribuyentes en régimen de módulos. En el curso de las inspecciones se pudo constatar que una gran parte de estos últimos vivían en condiciones precarias, hacinados en pisos. Buena parte de ellos manifestaron que no habían emitido las facturas, sino que habían sido simples empleados de la trama o en su caso habían tenido algún contacto esporádico con ella.

La inspección comprobó que, en efecto, carecían de estructura empresarial acorde con el importe de la supuesta facturación realizada y que en ningún caso sus patrimonios se vieron incrementados por beneficios de la actividad simulada.

Para reforzar la apariencia de realidad de los falsos servicios facturados, la red liderada por Costas presentaba declaraciones y autoliquidaciones por cuenta de los autónomos, se les imputaban ingresos que no habían obtenido y se simulaban los medios de cobro y pago. En resumidas cuentas, Las 5 Jotas funcionaba como una especie de cajero automático de dinero negro, de tal forma que cuando una de las empresas investigadas necesitaba efectivo en B, pedía facturas falsas por trabajos inexistentes. Xosé Manuel Costas iba personalmente al banco a cobrar dichas facturas.

La Agencia Tributaria tiró de varios hilos para destapar el fraude. Una de las cosas que llamó la atención de los inspectores fueron los cambios repentinos de proveedores, los precios desorbitados de algunas facturas y el importe redondo de la mayoría de ellas.

El cerebro, fugado

Por lo que respecta al cerebro de la trama, Xosé Manuel Costas, sigue en paradero desconocido. El juez le impuso hace unos meses una condena de seis años de cárcel por estos hechos, pero se fugó un día antes de la fecha señalada para entrar en prisión. Todo indica que había planeado la fuga con mucha antelación, ya que en sus cuentas bancarias no ha realizado ningún movimiento. Es uno de los hombres buscado por la Europol.