«Cataluña es y será parte esencial de España»

Gonzalo Bareño Canosa
Gonzalo Bareño MADRID / LA VOZ

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El rey advierte que el «inaceptable intento de secesión» se resolverá mediante «las legítimas instituciones democráticas» y la UE exige a los independentistas que respeten la legalidad

21 oct 2017 . Actualizado a las 05:00 h.

«España tiene que hacer frente a un inaceptable intento de secesión en una parte de su territorio nacional y lo resolverá por medio de sus legítimas instituciones democráticas, dentro del respeto a nuestra Constitución y ateniéndose a los valores y principios de la democracia parlamentaria en la que vivimos desde hace ya 39 años». El rey Felipe VI hizo el viernes, durante la ceremonia de entrega de los premios Princesa de Asturias, un nuevo discurso de firmeza en el que, a pocas horas de que el Gobierno la apruebe, avaló la aplicación del artículo 155 para restablecer el orden constitucional en Cataluña. Advirtió que ningún proyecto de futuro se puede construir «basándolo en romper la convivencia democrática [...] ni en la desafección ni en la división, siempre dolorosa y desgarradora, de la sociedad, de las familias y de los amigos». Y tampoco un proyecto puede conducir, según dijo, «al aislamiento o al empobrecimiento de un pueblo».

De nuevo con semblante grave y gesto enérgico, Felipe VI afirmó que «la España del siglo XXI, de la que Cataluña es y será una parte esencial, debe basarse en una suma solidaria de esfuerzos». Destacó que los españoles no quieren renunciar «a lo que juntos hemos construido, sumando las aportaciones de todos» y explicó que eso solo ha sido posible «gracias a una España cimentada en el deseo sincero de convivencia y de entendimiento» y con «el respeto de las normas y de las reglas de la democracia». «Una España en la que todos sus ciudadanos, más allá de sus ideas y sus orígenes, tuviesen la oportunidad de encontrar su lugar en paz y libertad, sin temores ni miedos a la imposición ni la arbitrariedad, alejados del rencor o las fracturas [...] y en la que los pueblos que la integran viesen protegidas, reconocidas y respetadas sus lenguas, sus culturas, sus tradiciones y sus instituciones, [...] como verdadero patrimonio común que nos enriquece y nos identifica».

Tajani ataca a los populismos

La presencia en España de las máximas autoridades de la Unión Europea, distinguida con el Premio Princesa de Asturias de la Concordia, sirvió también para que el Gobierno recibiera un firme espaldarazo a la puesta en marcha del artículo 155 de la Constitución con el objetivo de restablecer el orden en Cataluña. Una medida que el Gobierno ha pactado con el PSOE y con Ciudadanos y que dará a conocer este sábado tras un Consejo de Ministros extraordinario. Sabedor del poder de esa imagen de respaldo europeo, Mariano Rajoy asistió a la entrega de premios, convirtiéndose así en el primer presidente del Gobierno que acude a esta cita desde que en 1981, fecha de la primera edición de los galardones, lo hizo Leopoldo Calvo Sotelo.

Y el esfuerzo tuvo su recompensa. El presidente del Parlamento Europeo, Antonio Tajani, enarboló un contundente discurso sin ambigüedades en el que, sin citar expresamente a Cataluña, denunció a los que «siembran la discordia ignorando voluntariamente las leyes» y atacó a los «populistas y nacionalistas que gastan esfuerzos en separarnos».

Apoyo de Juncker y Tusk

Afirmó que en Europa «a nadie se le ocurre saltarse las normas aprobadas entre todos» y, aunque admitió que los tratados se pueden cambiar, advirtió que, «mientras la ley no se cambie, su respeto no es una opción, es una obligación». Al igual que había hecho el presidente de la Comisión Europea, Jean Claude Juncker, Tajani se felicitó por haber visto muchas banderas españolas en Oviedo y llamó a «no que no se levanten fronteras entre los europeos», porque «demasiadas veces se nos ha ofrecido el paraíso cambiando las fronteras, y se nos ha llevado con ello a los infiernos».

Juncker destacó en su discurso que el poder de la Unión Europea se fundamenta «en la regla, la norma del derecho» y afirmó que «el lugar de España es y seguirá siendo estar en el corazón de Europa», porque «sin España Europa sería mucho más pobre».

Y también Donald Tusk, presidente del Consejo Europeo, sentenció que «la ley tiene que ser respetada por todos los que participan en la vida pública»