Los servicios de urgencias fijan un tope de 4 horas de espera para los pacientes

Elisa Álvarez González
Elisa Álvarez SANTIAGO / LA VOZ

GALICIA

RAMÓN LEIRO

Consensúan criterios de atención unificados que quieren aplicar en todos los hospitales

22 nov 2017 . Actualizado a las 15:45 h.

¿Cómo debe funcionar un servicio de urgencias hospitalario? ¿Cuántos profesionales debe tener en función de los pacientes que recibe y de su gravedad? ¿Cuál es el tiempo máximo que deben esperar los enfermos para ser atendidos? Los profesionales del servicio público de salud quieren criterios comunes y se han puesto manos a la obra, elaborando un documento consensuado bajo el título Criterios de homogeneización de los servicios de urgencias de los hospitales gallegos. Respaldado por las sociedades científicas, cuenta con la unanimidad de los coordinadores de todos los servicios. ¿Su objetivo? Que los gallegos tengan la misma atención en urgencias estén donde estén.

Uno de los criterios básicos es el tiempo de espera antes de ser atendido. Es decir, la demora entre que el enfermo es clasificado en función de su prioridad y el momento en el que lo ve el facultativo. Hay cinco prioridades, desde la primera, en la que la asistencia debe ser inmediata, a la quinta, la de los enfermos menos graves. Estos últimos no deben esperar más de cuatro horas para ser atendidos, y en general se fija el objetivo de que el 70 % de las personas que acuden a urgencias -a excepción de los más graves, para las que no cabe demora- no esperen más de lo estipulado.

Antes de que sea atendido, es necesario clasificar al enfermo por su gravedad. Y lo recomendable es que en menos de diez minutos haya un contacto con el sanitario, tras el que se haga esta clasificación (triaje), que no debe superar los cinco minutos. Cuando el usuario llega a un servicio de urgencias del Sergas y ya ha sido visto por el facultativo, puede ser que necesite pruebas o que le vea un especialista. También es importante monitorizar estos pasos, y el documento lo hace. En el primero de los casos es recomendable establecer unos tiempos de respuesta, de una hora en el caso de una analítica ordinaria. Si el enfermo necesita que lo vea un facultativo de una especialidad concreta, esta consulta debería tardar menos de diez minutos con una prioridad 1, y menos de 30 en el resto. Si un paciente pasa más de 24 horas en el servicio, alerta el documento, debe hacerse una evaluación obligatoria.

Un salto cualitativo

El presidente de la Sociedad Española de Medicina de Urgencias y Emergencias (Semes) en Galicia, Tato Vázquez Lima, ve en este documento un salto cualitativo. Consultado sobre este informe, Vázquez Lima asegura que está respaldado por todos los responsables y cuenta con el apoyo del Sergas, que debe presentarlo públicamente. El responsable de urgencias del hospital de O Salnés afirma que tener un documento sobre los recursos humanos y materiales, sobre los tiempos y los procesos de atención que sirva de referente es una enorme mejora tanto en calidad como en seguridad que repercutirá en los profesionales, pero sobre todo en los enfermos.

Los usuarios llegan a este servicio derivados de un centro de primaria, de un PAC o por su propia voluntad. Para mejorar estos procesos se recomienda que haya rotaciones periódicas de los facultativos del PAC en urgencias hospitalarias y viceversa.

Otro de los aspectos en los que incide el documento es la comunicación con el paciente y sus familiares, ya que muchas de las quejas que se presentan en estos servicios son por la información recibida. Además de que haya un protocolo básico, debe ponerse especial atención en colectivos sensibles como niños, discapacitados, enfermos en cuidados paliativos, mayores o víctimas de violencia machista.

Una sala de duelo

Un servicio de urgencias debe contar con espacios amplios. Por ejemplo, en la sala de triaje debe garantizarse la intimidad del paciente con al menos nueve metros cuadrados por puesto. En cuanto a la atención en sí, debe haber tres zonas diferenciadas en función de la gravedad: las áreas de críticos para los pacientes de prioridad 1; las de pacientes urgentes para aquellos clasificados en gravedad II y III; y las destinadas a los ambulatorios, que son aquellos usuarios menos graves. Pero también es importante que haya espacios no asistenciales como, propone este documento de consenso, una sala de duelo en aquellos casos en los que haya que comunicar a los familiares un desenlace fatal. Incluso se recomienda que esté aislada visual y acústicamente de las otras zonas.

No es posible que funcionen bien las urgencias, aunque todo esté protocolizado y los espacios sean de primer nivel, sin profesionales suficientes. Y también esto se mide en la propuesta. Por ejemplo, en la sala de observación debe haber un facultativo por cada ocho camas y sillones, un enfermero por cada ocho camas y otro por cada diez sillones, así como un auxiliar por cada ocho puestos destinados a los pacientes.

Soluciones para descongestionar y ordenar la demanda

En Galicia la tasa anual de frecuentación de las urgencias hospitalarias es de 478 por cada mil habitantes. Más de 1,3 millones. De ellas, casi todas, el 80 %, llegaron a los centros de la red Sergas. Esta atención se caracteriza además por dos aspectos: deben realizarla equipos multidisciplinares, porque los pacientes pueden presentar cualquier tipo de patología, y además no hay un perfil geográfico, por lo que es imprescindible establecer una logística para atender en el menor tiempo con los recursos disponibles. Y los problemas de presión asistencial y de congestión -precisamente con la llegada de la onda epidémica de la gripe suelen darse situaciones de saturación de servicios- no se solucionan con la ampliación de espacios, sino que deben introducirse cambios en la organización y en la gestión.

La sala de observación no está para acumular usuarios que esperan un ingreso Una de las medidas en las que deben incidir los profesionales para que no se saturen estos servicios es que los usuarios tengan confianza en los PAC y en los centros de salud, y para ello la atención primaria no debería retrasarse más de 24 horas desde que se pide la cita. Lograr que a las urgencias hospitalarias no acudan pacientes que deberían ser atendidos en primaria es de hecho uno de los objetivos recurrentes del Sergas. No en vano todos los inviernos se recuerda a la población, con la llegada de la gripe, que salvo que haya factores de riesgo no debe acudirse al hospital por este virus.

La saturación de estos servicios sucede aunque no acudan enfermos con patologías benignas. Y uno de los motivos es la espera para ingresar en planta. Hay pacientes que pasan horas aguardando a que quede libre una cama. Para evitarlo se propone que en el momento en el que haya un puesto disponible se fije un plazo máximo de 45 minutos. También que no se convierta la sala de observación en una estancia en la que se acumulan pacientes esperando a ser ingresados, porque esa no es su función, sino la de vigilar a los usuarios a los que podría darse de alta en 24 horas si evolucionan bien. Todo con el objetivo, quieren los profesionales, de que el documento sea un referente para mejorar la calidad y la atención a los gallegos.