¿Se puede vivir con 50 litros de agua al día?

DAVID POU / A. M.

GALICIA

David Pou

Cada español consume una media de al menos 130 litros diarios de agua. Así se ahorran 700 en una semana

30 nov 2017 . Actualizado a las 05:00 h.

Cada español consume una media de al menos 130 litros diarios de agua, según datos del Instituto Nacional de Estadística. Pero la Organización Mundial de la Salud (OMS) estima que son necesarios 50 litros de agua por persona al día para garantizar que se cubran las necesidades básicas y que no surjan grandes amenazas para la salud. 50 litros que incluyen el agua para beber, lavar la ropa, la que se usa para preparar alimentos, la higiene personal y la limpieza del hogar. Debido a la sequía que sufre Galicia es necesario adquirir nuevos hábitos para gestionar el consumo. Tanto las instituciones como la población deben tomar conciencia de que el agua es un recurso finito, también en Galicia, que actualmente tiene el nivel más bajo de los últimos 60 años.

¿En qué cambiaría la rutina si solo pudiésemos consumir 50 litros al día? David Pou Villar, un alumno del Máster en Produción Xornalística e Audiovisual (MPXA) que se imparte en La Voz de Galicia, ha querido vivir la experiencia y contar cómo lo ha llevado con el control exhaustivo del agua que se consume:

Día 1 - LUNES

Descubriendo el consumo. El primer día conseguí acabar el día usando menos de los 50 litros, pero si no hubiera sido consciente de este reto probablemente habría gastado más 150 litros. El lunes no tuve grandes complicaciones, me duché en pocos segundos. 

La ducha es en lo que más agua se gasta a diario, entre diez y veinte litros por minuto. Una persona que está bajo el chorro unos diez minutos puede llegar a consumir 200 litros, lo que supone cuatro veces más de la cantidad necesaria.

Día 2 - MARTES

Primeros trucos. El martes tuve que esforzarme más para no excederme. En gestos cotidianos como lavarse las manos o los dientes ya se derrocha agua. Un simple vaso puede ayudarnos a controlar el consumo del cepillado. Por la mañana tuve que ducharme en 30 segundos para poder darme otra por la noche después del partido de fútbol y no superar el límite del gasto diario. También tuve que poner el lavaplatos, cuyo consumo puede variar entre 10 y 40 litros por ciclo, dependiendo de la eficiencia. Un modelo antiguo puede consumir prácticamente toda la cantidad de agua que la OMS recomienda para todo un día. Y para fregar el suelo de la casa gasté tres litros.

DÍA 3 - MIÉRCOLES

46 litros, a las 16 horas. El tercer día comenzó mal. Quería darme una ducha larga, pero tuvo que durar menos de dos minutos. Con esa pequeña ducha gasté prácticamente la mitad del agua que tenía para el miércoles. Al haber puesto la lavadora, que fueron más de diez litros, a las cuatro de la tarde ya había consumido 46. Me quedaban solo cuatro litros para el resto del día. Fui precavido y como en la ducha había puesto un barreño para recoger el agua pude reutilizarla para la cisterna. Así, al final conseguí no sobrepasar los 50 litros.

Una de las medidas que aprendí fue como ahorrar agua con el afeitado. Pasé de gastar 80 litros a tan solo 400 ml. Si en el afeitado se deja el grifo abierto a máxima potencia se puede derrochar decenas de litros.

DÍA 4 - JUEVES

Rutinario, pero duro. En cuatro días ya había ahorrado más de 400 litros. Pero cada día que pasaba se hacía más agotador. El jueves tuve que ducharme por la mañana y por la tarde en el gimnasio. Además, tocaba poner la lavadora. Al ser eficiente gasta unos seis litros por cada kilo de ropa. Una vez que me mentalicé de los consumos todo fue mucho más rutinario, pero seguía siendo un quebradero de cabeza. No podía desconectar para pensar en otra cosa.

DÍAS 5, 6 - FIN DE SEMANA

Consumo estabilizado. Tanto el viernes como el sábado fueron los días más raros, al no seguir la rutina de la semana. Había conseguido estabilizar mi gasto, gracias a todos los hábitos de consumo. Aunque seguía siendo fatigoso no poder desconectar y disfrutar del fin de semana.