Diana López-Pinel: «Sé que Diana luchó por no morir»

Álvaro Sevilla Gómez
Álvaro Sevilla RIBEIRA / LA VOZ

GALICIA

MARCOS CREO

La madre de Diana Quer revela cómo han sido los últimos dos años y asegura que peleará por la prisión permanente revisable

20 abr 2018 . Actualizado a las 10:59 h.

Diana López-Pinel ha dado un paso al frente. A pesar de todo el sufrimiento, de los 500 días de incógnitas, del dolor que sintió al descubrir cómo perdió la vida su hija, lo hace para reivindicar la memoria de Diana Quer. «Fue una guerrera, generosa y bondadosa. Dios la eligió, sabía que iba a calar en la sociedad». Explica cómo ha sido su vida durante los dos últimos años y que su meta no es otra que conseguir que se mantenga la prisión permanente revisable en España.

-¿Cómo vivió ese día cuando vio que Diana no había llegado?

-Fue terrible, sabía que algo le había pasado. Cuando empecé a llamarla y no fui capaz de contactar con ella, me olió mal. Llamé a sus amigas, que me dijeron que se había ido a la hora acordada. Hablaba con ella por WhatsApp cada cinco minutos, era imposible que no me avisara.

-Ese mismo día empezaron las búsquedas por la zona.

-Lo viví con una desesperación tremenda. Un señor nos llamó avisando que la habían visto en Cangas. Hicimos 200 kilómetros en coche para comprobarlo. Nos dijo que estaba con otros dos chicos y que iban perjudicados. Fuimos con la Guardia Civil, pero no encontramos nada. Fue un aviso para despistar.

-¿No pudo confundirla con otra?

-Estoy segura de que lo hizo aposta. Fue alguien que sabía la verdad y que intentó engañarnos para que perdiéramos el tiempo.

-La Guardia Civil se volcó para encontrar a Diana. ¿Cómo fue su relación con los agentes?

-Fue muy buena. Cuando te pasa algo así, hablar con ellos es lo único que te tranquiliza. Hubo días en los que me llamaban a la una de la madrugada, justo cuando terminaban de inspeccionar o de realizar algún trabajo.

-Tuvo que esperar 500 días hasta que encontró a su hija.

-Son 500 días que no puedo definir con palabras. Es una impotencia total, un no vivir. Es un desgaste emocional y una desesperación muy grande.

-¿Siempre tuvo la esperanza de encontrar a Diana con vida?

-Siempre. Al principio con más fuerza, después esperaba un milagro que nunca se cumplió.

-El 29 de diciembre detienen al Chicle. ¿Cómo vivió esos días antes de que confesara?

-Cuando lo detuvieron por el intento de secuestro de Boiro, sabía que iba a confesar. Me llamaron a las cuatro de la madrugada y sabía que no serían noticias buenas. Si tuviera a mi hija con vida, no iría a por otra.

-¿Pensó alguna vez en él?

-Intento no hacerlo: es tan macabro, tan maquiavélico. Una persona que pasa todos los días por delante del pozo donde dejó lastrada a una niña de 18 años... sabiendo que hay unos padres y una familia sufriendo porque no saben qué le pasó a su hija. Siguió con su vida. En su Facebook publicaba las carreras a las que iba. No mostraba ningún tipo de empatía. Eso ya te da el perfil del cobarde que era, de una persona sin moralidad.

-¿Qué haría si lo tuviera delante?

-Le miraría a los ojos, porque fueron los últimos que vio mi hija. Él vería en mis ojos todo el sufrimiento que ella sintió. No creo que fuera capaz de sostenerme la mirada, porque, además de un violador y un asesino, es un cobarde.

-Los padres del Chicle dijeron en televisión que creen que no actuó solo, que no sería capaz...

-No me voy a pronunciar sobre su familia, no me merece la pena. Ese personaje es un ser tan pequeño al lado de lo que era mi hija que todo lo relacionado con él sería perder el tiempo.

-¿Cómo era Diana?

-Fue una superviviente, desde su primer día luchó por salir adelante. Sé que Diana luchó por no morir porque ella amaba la vida. Era bondadosa, leal, una chica extraordinaria. Nació prematura, pesaba un kilo y 70 gramos. Tuvo meningitis y le hicieron dos punciones lumbares. Su hermana murió a las 24 horas por una sepsis. Cuando estaba en la incubadora le decía: «Tienes que vivir, hazlo por mí, porque si no yo también me muero». Salió adelante con mucho cariño. Le compré un osito que imitaba el sonido del útero, la ponía conmigo en cama, escuchábamos música clásica. Ella me sacó adelante.

-¿Sintió alivio una vez que pudo enterrarla?

-Te da una cierta paz, pero es un dolor enorme enterrar por segunda vez a un hijo. Es antinatural. En ese foso se te va una parte de tu vida, de tu corazón y también de tu alma.

-Tiene que ser horrible saber cómo perdió la vida.

-Queríamos saber lo que le pasó: su lugar no era un pozo, lastrada y atada con bloques. Fue un alivio porque ahora está con Dios. Su alma fue al cielo. Ella está en un lugar mejor. Tarde o temprano nos reuniremos.

-Mantiene su habitación como la tenía ella.

-Aquí tiene todas sus cosas. En su habitación es donde más cerca estoy de ella. Ahí hemos estudiado, le he dado cientos de besos de buenas noches. Es muy especial. Mi hija vivió 18 años y este sitio lo tendrá siempre porque siempre ocupará un lugar en nuestra vida.

-Le arrebataron la vida demasiado pronto.

-Tenía ilusión por la vida. Amaba los animales, era bondadosa, buena. Dios la eligió a ella porque ha conseguido transmitir ese amor, por eso ha calado tanto.

-¿Leyó la carta del Chicle?

-No muestra ningún arrepentimiento, solo está esperando a salir de la cárcel. Creo que si lo hace sin estar rehabilitado, seguirá siendo un peligro. Es la evidencia de que la prisión permanente revisable es más que necesaria. Es muy macabro, tiene una hija de 14 años. ¿Nunca habrá pensado que lo que le pasó a mi hija le pudo pasar a la suya? ¿Alguna vez se habrá puesto en mi lugar?

-¿Cuál cree que ha sido el legado de Diana?

-Nos ha marcado. Tenemos que seguir con su lucha. Ahora somos su voz. Mi batalla pasa por defenderla a ella y a todas las víctimas. Queremos vivir tranquilas. Si consigo salvar una vida, será suficiente. Seré su soldado, es una batalla dura, pero que sé que vamos a ganar.

-Este sábado reivindicarán la prisión permanente revisable.

-Haremos una manifestación en la Puerta del Sol de Madrid. Quiero recordar a todos aquellos que lean esta entrevista que tenemos una campaña en www.change.org. Cada firma es una sonrisa. Solo le pedimos a la gente que se tome un minuto. Si la ley en este país es tan dura, ¿por qué este hombre, después de ser condenado por narcotráfico, estaba en la calle? Si fuese así, no hubiera violado ni matado a Diana.