Feijoo y sus cuentas pendientes en Galicia

Juan María Capeáns Garrido
Juan Capeáns SANTIAGO / LA VOZ

GALICIA

SANDRA ALONSO

El presidente de la Xunta tiene ahora 26 meses por delante para cumplir con las promesas concretas de la legislatura

20 jun 2018 . Actualizado a las 08:48 h.

El compromiso con los gallegos que ha abrazado Feijoo para reafirmarse en la Presidencia de la Xunta tiene una buena dosis de sentimentalismo y agradecimiento, pero también una parte tangible: las promesas y retos que se puso él mismo al afrontar un tercer mandato que no estaba en los planes iniciales y que todavía debe desarrollar. «Faremos o que dixemos que fariamos, o que os galegos votaron», proclamó en su tercera toma de posesión, en noviembre del 2016. Le quedan 26 meses por delante, si cumple con el calendario electoral y llama a las urnas después del verano del 2020. 

ECONomía

Paro por debajo de los dos dígitos y 100.000 puestos. Uno de los motivos que animó a Feijoo a optar a un tercer mandato fueron los datos económicos, que permitían una soltura imposible durante los años más duros de la crisis. Se comprometió a elaborar unas cuentas expansivas, y ha cumplido los dos años, el último con un 2,9 % al alza. El presidente puso el foco en los 207.000 parados que había hace dos años. Hoy son 187.000. Pero prometió crear entre 80.000 y 100.000 puestos nuevos y situar el desempleo por debajo de las dos cifras. Ronda el 15 %. 

FINANCIACIÓN Autonómica

Paralizada y con una perspectiva más guerrera. La financiación autonómica iba a ser el gran caballo de batalla de la Xunta, y de hecho Feijoo se convirtió en una especie de Pepito Grillo dentro del PP, tejiendo alianzas con comunidades afines pero también con otras lideradas por socialistas (Asturias y Aragón) con el objetivo de lograr un reparto de recursos del Estado que cubran los gastos reales por habitante. El desafío de Cataluña y el cambio de Gobierno han adormecido el reto, pero antes o después renacerá y se verá si eleva el tono reivindicativo. 

DEMOGRAFÍA y rural

Una sangría constante sin objetivos concretos. Cuando tomó las riendas, en el 2009, Galicia estaba en su pico histórico de población, con 2,8 millones de habitantes. A estas alturas del 2018 ya está por debajo de 2,7 millones. El declive demográfico es, en palabras del presidente, el mayor problema estructural de la Comunidad, y no da un respiro. Las políticas de conciliación y apoyo a la educación de los hijos en edad infantil son el antídoto, pero faltan unos objetivos reales a medio o largo plazo. Sí se han establecido con los emigrantes retornados, la verdadera tabla de salvación. Un plan pretende atraer a 20.000 gallegos hasta el 2020, unos 7.000 al año. El problema más acuciante se da en el rural, el medio estelar de la legislatura. Son numerosas las medidas transversales que se han tomado en los últimos meses para promover la vida y la economía en el campo, pero los resultados son difíciles de palpar. 

INCENDIOS Y PLAN FORESTAL

Multas «en serio» tras la oleada de octubre. El abandono del rural está directamente relacionado con la situación de los montes, que la Xunta quiere atajar elevando la colaboración de los concellos y los propietarios en el despliegue de medios y el cuidado de las propiedades. Tras la crisis de los incendios de octubre se quiere implicar a todos los actores para evitar una nueva situación crítica, con multas incluidas: «Vamos en serio». Los primeros resultados, a la vuelta del verano. Paralelamente, se trata de acercar posturas con la cadena de valor del monte para definir un nuevo plan forestal que reoriente la situación actual. Debería sellarse en los próximos meses. 

Actividad legislativa

Leyes con retraso y menos novedades ejecutivas. El período con menos citas con las urnas -desde septiembre del 2016 hasta mayo del 2019- ha sido determinante en la ralentización de la actividad legislativa. Por obligación, el Gobierno debe presentar su planificación normativa (leyes y decretos). Para este ejercicio se comprometió a desarrollar doce nuevos textos legislativos, de los que cinco ya procedían del año anterior, cuando también quedaron sin aprobar 35 de los 69 decretos que estaban en la agenda. En la actividad ejecutiva hay, tras nueve años en el poder, una programación continuista -con aumentos en los importes, sobre todo si están vinculados al empleo- y muchas menos novedades que en los ocho primeros años. 

FUNCIÓN pública

Tras el lío de la justicia, los profesores y la sanidad. Palabra de Feijoo en el Parlamento: «Os empregados públicos recuperarán nesta lexislatura o nivel salarial perdido». Las nóminas de más de 87.000 funcionarios ganaron el terreno perdido, pero se dejaron mucho dinero por la travesía de la crisis. Los trabajadores de Xustiza (unos 2.700) abrieron la senda reivindicativa con una huelga de tres meses, y consiguieron mejoras. Ahora se han impulsado negociaciones en Sanidade y Educación (algo más de 34.000) y el impacto en los Presupuestos será notable. En todo caso, se espera un otoño de movilizaciones. La progresiva digitalización y la reducción de la burocracia sí avanza según lo programado. 

PoR CONSELLERÍAS

Revolución en el transporte y el mejor Xacobeo en el 2021. Por departamentos, uno de los grandes asuntos pendientes será el nuevo mapa del transporte por carretera, una revolución de las líneas de autobuses que llegará en el 2019. Aunque no entra en este mandato, ya han comenzado los preparativos para organizar «o mellor Xacobeo da historia». Política Social se comprometió a llegar este mismo año a las 60.000 personas atendidas con ayudas a la dependencia, que era el objetivo de la legislatura. Apuntalar el modelo de la economía exportadora, hasta alcanzar el 40 % del PIB, y desarrollar en la práctica la Lei do Solo son dos de los retos pendientes de mayor impacto ciudadano. Y, sobre todo, seguir cuadrando las cuentas de la Administración, para llegar al tramo final con alguna bajada tributaria que ofrecer.