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Los liquidadores de Vilatuxe

Rocío Perez Ramos
Rocío Ramos LALÍN / LA VOZ

AGRICULTURA

rober amado

21 jul 2018 . Actualizado a las 05:00 h.

En la parroquia de Vilatuxe (Lalín) son como los de Fuenteovejuna, capaces de lograr cualquier cosa con la fuerza de todos. Y a lo largo de los años, su unión se ha traducido en una larga lista de logros. Suman algo más de medio millar de almas y 172 familias integradas en la asociación de vecinos. Su actual batalla es acabar con la avispa velutina. Empezaron en abril y hasta finales de junio ya contabilizaron 3.348 reinas puestas fuera de la circulación en tierras de Vilatuxe pero también en alguna finca de Gresande, Barcia y Lebozán. «Iso -explica el presidente del colectivo, Gerardo López- sen contar as que pillaron veciños con trampas propias a título particular, que esas xa non somos capaces de contabilizalas».

Aquí, como en toda guerra, hay dos maestros estrategas. Son David Liñares y Jorge Peña, dos expertos apicultores de la vecina parroquia de Gresande, que empezaron dando una charla informativa en abril a la vecindad y continúan guiando y ayudando a los de Vilatuxe en su lucha contra la plaga. Tras esta primera toma de contacto, Gerardo López ya se puso en marcha y con él los vecinos para erradicar las velutinas. La asociación empezó comprando quince trampas, pero a estas alturas ya tiene 45. Conseguir liquidar a tantas reinas fue una labor de todos. Empezar a colocarlas cuando salen después de hibernar para cazarlas antes de que empiecen a formar los enjambres, es crucial.

Control minucioso

Y es esencial su control para ir vaciándolas de los insectos capturados, rellenar los vasos y esperar que caigan otras. En Vilatuxe el experto vigilante y el que más trampas tiene bajo su mando es Antonio Iglesias Puga, que lleva un control minucioso anotando lugar, fecha y reinas muertas.

Los vecinos no se quedan atrás. Explican que «unha das plantas que máis lle gusta son as camelias, esas de flor simple, énchense de néctar nelas». En un árbol hay quien atrapó a más de 200 y David Liñares asegura que «nunha miña cheguei a coller 700», aprovechando su larga temporada de floración. Pero las trampas no se pueden colocar en cualquier sitio. Jorge Peña apunta que «o idóneo sería que onde se sacou un niño secundario se vaia trampeando arredor e facer círculos». Los cauces de agua son «as autopistas polas que se moven». Estos dos expertos son capaces de distinguir a las reinas «polo zumbido» y aunque en este tema «hai moito que estudar» los vecinos ya van, poco a poco, camino de un máster en la materia.

Liñares, Peña y los vecinos trabajan de forma desinteresada y todos ponen su tiempo y su dinero. Creen que las administraciones deberían aportar el material y realizar un plan global preventivo «porque de nada vale que Vilatuxe quede libre de velutinas se estamos rodeados delas». En cuanto a qué atrayente da mejor resultado en las trampas, no hubo acuerdo y hay cócteles para todos los gustos, como uno de zumo de arándanos, cerveza negra y vino blanco. La conclusión final es que todos dan resultados. En Gresande, recuerdan estos dos apicultores, «estamos todo o tempo enriba e o ano pasado o GES non tivo que retirar ningún niño». El ejemplo de Vilatuxe crea escuela y ya hay otras que quieren seguir su ejemplo. Ojalá fueran todas, piensan aquí, pero creen que esto es un tema de seguridad ciudadana que alguien tiene que coordinar «dende arriba». Mientras, en la parroquia lalinense su plan liquidador va ganando las batallas.