Lidia y Jonattan encontraron la muerte en un viaje de vacaciones a París

alejandro martínez REDONDELA / LA VOZ

GALICIA

Luto en Redondela y Fornelos por la pérdida de la pareja en el accidente de Burgos

11 ago 2018 . Actualizado a las 00:42 h.

Viajaban a París de vacaciones, pero sus vidas se truncaron por culpa de un camionero ebrio que se cruzó en su camino. La muerte de Jonattan Domínguez, de 26 años, y de Lidia Figueroa, de 22, ha sido una tragedia en sus respectivas localidades de origen. Lidia era de la parroquia de Vilar de Infesta, en Redondela, mientras que Jonattan era natural del ayuntamiento vecino de Fornelos de Montes. Ambos pertenecen a unas familias muy conocidas y queridas, que no han dejado de recibir numerosas muestras de cariño. En las redes sociales recordaban a Lidia como una mujer muy jovial, siempre con una sonrisa en el rostro y amable con todo el mundo.

Los responsables municipales de Redondela se pusieron ayer en contacto con sus familiares para trasladarles el apoyo de la Administración municipal. La joven se estaba formando como técnico de laboratorio en el instituto Manuel Antonio de Vigo, para poder abrirse camino en el mundo laboral. Sus allegados la despedirán a las cuatro y media de la tarde de hoy en su localidad natal de Vilar de Infesta.

Por su parte, Jonattan era empleado de la factoría de Citröen y anteriormente había trabajado en la instalación de parques eólicos. Este mes de agosto disponían de tiempo libre y decidieron emprender un viaje en coche a Francia. Habían salido por la mañana y llevaban cinco horas de viaje cuando se produjo el accidente en el que perdieron la vida de forma instantánea. Sus padres viajaron ayer a Burgos para gestionar el traslado de los cuerpos, una vez autorizado por el juez.

El siniestro tuvo lugar en un punto negro de la N-I a su paso por la localidad burgalesa de Quintanapalla. El chófer del tráiler invadió el carril contrario en un tramo de curva. La cabeza tractora y el semirremolque hicieron tijera y envolvieron al Seat Ibiza que circulaba en el otro sentido. Cayeron por un terraplén y el automóvil quedó sepultado bajo el camión. En este mismo lugar fallecieron en agosto de 2010 cuatro ciudadanos portugueses, tras colisionar con un camión de reparto.

Existe un desvío obligatorio para vehículos pesados en este tramo, pero, tras nueve meses de espera, aún no ha entrado en funcionamiento.