El sol y las altas temperaturas se mantendrán hasta el lunes, cuando está prevista la llegada de Helene
14 sep 2018 . Actualizado a las 05:00 h.El anticiclón de las Azores tenía una deuda con Galicia y la está saldando sobradamente. En la primera mitad del verano estuvo ausente pero desde el 1 de agosto ha estado dejando sol y calor de forma continuada. El mes pasado ha sido el tercero más cálido de la serie histórica, solo superado por los agostos del 2003 y 1998, debido a las sucesivas entradas de aire africano. Este fin de semana el tiempo presentará pocos cambios. La presencia de altas presiones al norte de la Península se traducirá en cielos despejados y temperaturas elevadas para la época del año. En el interior se esperan máximas de hasta 34 grados. En la mitad norte, la formación de nieblas y nubes bajas no permitirá que el mercurio ascienda tanto. Cuando coinciden el viento flojo de componente norte y el anticiclón, el aire en contacto con el océano se enfría, condensa y forma nubes bajas que entran de mar a tierra. Esta humedad de advección desaparece con el avance de la horas, a medida que aumenta la radiación solar. El sábado parece probable que las nieblas se formen en las Rías Baixas, donde también son habituales con las condiciones actuales. Si finalmente el aire marítimo aparece en la costa sur, provocará un descenso térmico notable.
El anticiclón dominará la situación atmosférica hasta la llegada de Helene. El huracán mantiene su trayectoria hacia el norte. Por el camino se encontrará con el ciclón subtropical Joyce y después de asociarse con él, pondrá rumbo a Europa. Entre el lunes y el martes las altas presiones se van a retirar hacia el oeste, permitiendo que Helene pase cerca de la costa gallega. La incertidumbre continúa siendo muy alta y se desconoce cuánto se acercará finalmente.
Sobre lo que no cabe duda es que afectará a Galicia como una borrasca y nunca como un sistema tropical. Su presión mínima central descenderá hasta los 975 milibares. Será por tanto una borrasca bastante intensa. Aún así cruzará el Atlántico norte lo suficientemente lejos de la costa gallega. Por tanto sus efectos no serán tan notables. El viento puede soplar con cierta intensidad y un frente cruzará la comunidad, dejando algunas lluvias, más persistentes e importantes en las provincias atlánticas. El modelo americano y el europeo siguen señalando que el principal efecto llegará en forma de oleaje. El paso de Helene erosionará la superficie oceánica generando grandes olas que llegarán a la costa de Galicia a través de mar de fondo. Parece bastante probable que haya que activar algún aviso.