La autovía fantasma al polígono de Salvaterra estará otro año cerrada

Ángel Paniagua Pérez
Ángel Paniagua VIGO / LA VOZ

GALICIA

Oscar Vázquez

La Xunta dice que tiene que abrirse cuando la Plisan tenga actividad

18 sep 2018 . Actualizado a las 23:12 h.

Los hombres y las mujeres de Salvaterra que cada tarde salen a pasear por la autovía podrán seguir haciéndolo durante aproximadamente otro año. Más de la mitad de la AG-51, que enlaza la A-52 -la autovía que conecta Vigo con la Meseta- y la Plataforma Loxística e Industrial Salvaterra-As Neves (Plisan), seguirá cortada al tráfico hasta que el polígono industrial más grande de Galicia se ponga en funcionamiento.

Si todo va bien, a finales del próximo año el también llamado puerto seco de Vigo podrá empezar a acoger empresas. Para ello, el Consorcio de la Zona Franca de Vigo tiene que hacer unas obras de urbanización. Y según la Xunta, dueña de la autovía fantasma, cuando esas obras concluyan, «previsiblemente o vindeiro ano, sería máis aconsellable a apertura da vía». Es decir, más de cinco años después de que la autovía se concluyese.

El vial se adjudicó por 18,3 millones de euros. El único tramo que está abierto da servicio a tres parroquias en las que viven unos mil vecinos, según calcula el alcalde de Salvaterra. Arturo Grandal apunta que los vecinos de Corzáns, Fiolledo y Oleiros ya tenían otros accesos por carretera.

Para entender por qué parte de una autovía que ha costado más de 18 millones de euros está cerrada hay que saber adónde conduce. La AG-51 lleva a la Plisan. Y esto es sinónimo de un proceso administrativo tortuoso. Hace 17 años que la Autoridad Portuaria de Vigo, el Consorcio de la Zona Franca y la Xunta pactaron construir una gran plataforma logística que permitiese crecer a las empresas de Vigo y captar nuevas inversiones. Desde entonces ha pasado de todo, incluida una sentencia que obligó a reducir el tamaño del polígono en un millón de metros cuadrados, y aun así tiene 3,2 millones.

Como estaba en medio de la nada y la pretensión era captar todo tipo de industrias -Mitsubishi se planteó montar allí una fábrica de baterías, hasta que pegó la espantada-, necesitaba unos accesos en condiciones. La autovía se proyectó pensando en abrirla en el 2012, porque en ese año la Plisan iba a abrir. Se concluyó en el 2014 y a principios del 2015, en vista de que estaba parada, la Xunta decidió abrir el primer tramo, que da acceso a tres parroquias rurales. Son dos kilómetros.

Los otros dos kilómetros y medio quedaron pendientes de asfaltar. O, más precisamente, de instalar la capa de rodadura. Un portavoz de la Consellería de Infraestruturas explica que en su día no se hizo «para evitar o seu deterioro pola falta de tráfico nese treito». La Axencia Galega de Infraestruturas «está a piques de adxudicar un contrato por importe de case 300.000 euros» para este asfaltado. Según la misma fuente, este mismo año quedará listo, pero serán necesarios unos diez días sin lluvia para los trabajos.

En todo caso, no será la Axencia Galega de Infraestruturas la que decida cuándo se abrirá, sino los tres promotores. El Puerto tiene un 60 %, la Zona Franca un 21 % y la Xunta, a través del Instituto Galego de Vivenda e Solo, un 19 %. Y dar plazos con la Plisan siempre es arriesgado: Touriño llegó a asegurar que a finales del 2009 se verían allí las primeras empresas, y el Gobierno de Feijoo ha ido dando saltos de año en año.

A los 18,3 millones de la autovía fantasma se suman 10,5 del llamado nudo de Puzo, una remodelación de la A-52 que está prácticamente terminada, pero sin inaugurar.

Los alcaldes no tienen una opinión unánime. El de As Neves, Xosé Manuel Rodríguez (BNG), cree que se debería abrir cuanto antes. La AG-51 conecta con los viales interiores de la Plisan -unos 2,5 kilómetros-, que también están terminados y cerrados y tienen unas prestaciones similares a las de una autovía. Desembocan en una carretera provincial que discurre paralela al río Miño. «Para os veciños sería unha alternativa máis cómoda que evitaría pasar por núcleos de poboación», dice.

El regidor de Salvaterra, Arturo Grandal (PP), no lo ve así. «La autovía tiene que seguir cerrada porque la Plisan no está abierta», dice. Grandal introduce otro matiz: «La autovía se concibió para servir solo a la Plisan». Es decir, no debería conectar con la carretera provincial ni usarse para otro fin que ir al polígono industrial. De momento, así es.