Así cayó la banda de los Betas

e. v. pita VIGO / LA VOZ

GALICIA

M.Moralejo

Las fotos que la pandilla juvenil latina colgó en Instagram posando con el botín los delató

17 oct 2018 . Actualizado a las 05:00 h.

Las primeras noticias sobre la banda de los Betas se remontan a la madrugada de la Nochebuena del 2016. Ese mismo año habían desmantelado a los Chukis. Pasaron casi dos años hasta que se reunieron contra la nueva pandilla latina de Vigo pruebas para enviar a sus cabecillas a prisión. Eran escurridizos, pero los delataron las redes sociales. La primera pista sobre ellos en Internet saltó cuando unos amigos estaban en la zona de copas de Churruca y los agredieron 15 jóvenes, casi todos sudamericanos vestidos de raperos. Una víctima recibió un botellazo en la boca. Dos días después, el perjudicado rastreó las redes sociales con un colega y halló en Instagram el perfil de un usuario que mostraba tres fotos en las que reconoció al joven que le rompió dos dientes. Tenía incluso perfil en Facebook.

Las redes sociales perdieron a los Betas porque sus fotos de grupo los delataron. En algunas salían posando sin darse cuenta de que dejaban a la vista el botín sustraído. La investigación de la Guardia Civil, en la que tuvo un papel destacado el cuartel de Baiona, identificó a los miembros del grupo por sus cuentas de Instagram e incluso detectó a los nuevos reclutados porque se unían a un grupo de amigos de WhatsApp llamado Los Betas.

En el verano del 2017 ya hubo detenciones y declaraciones en la comisaría de Vigo, pero por hechos aislados. A finales de julio, un menor de 16 años fue asaltado cerca de un centro comercial de Gran Vía. Tres sudamericanos y un marroquí le cortaron el paso, le agarraron por el pecho, le registraron los bolsillos y le robaron un móvil de gama media. La Policía Local hizo pesquisas e identificó al dominicano Anderlín, el lugarteniente. Pero nadie sabía que fuesen una banda.

En el bloque 30

Dos meses después, en septiembre, salió a la luz el lugar donde se reunían. Era el bloque 30. Ese día, seis jóvenes y una chica viguesa asaltaron a un trabajador que pasó cerca de unas escaleras de la calle Navarra, en el barrio de Fátima. Un pandillero lo vio y preguntó si atacaban al peatón. Lo agarraron del cuello y lo amenazaron. Recibió empujones y un puñetazo en la cara y, atemorizado, les dio 25 euros. El más agresivo vestía una camiseta de un equipo de baloncesto de la NBA. Era Anderlín. La policía identificó también a un senegalés, un francés, la viguesa y un brasileño. Algunos eran menores.

A finales de octubre del 2017, volvieron a actuar en plena madrugada, esta vez en el parque de la Alameda y en la zona de copas de Areal. Cuatro sospechosos agarraron por la espalda a un peatón, le amenazaron con rajarlo y le robaron el móvil.

La policía detuvo poco después en la zona de copas de Churruca al peruano Enzo, miembro destacado de la banda, a un dominicano y a un menor paraguayo. Tenían en su poder varios teléfonos. Otro vigués se acercó para acusarlos de que le habían robado.

Un año después, en verano, algunos se resistieron a detenciones de la policía, lo que abultó su historial. En un caso, un miembro de la banda saltó a un balcón de un sexto piso desde un edificio abandonado. Se coló en el salón, pero el perro ladró y la dueña lo descubrió. En la detención posterior, la policía pilló al líder, José Albany, quien tenía una orden de alejamiento de su novia Anyelin, la cual lo acompañó a dar ese golpe, por lo que él incurrió en quebrantamiento de condena.

En julio, la banda se alejó de Vigo, tras romperle un brazo a una víctima en Churruca, e hizo hurtos al descuido de móviles en las fiestas de la Anunciada en Baiona. Agentes de paisano de la Guardia Civil les siguieron la pista discretamente. En estas vigilancias identificaron al líder, a su novia Anyelin y a su hermano Anderlín. Se pasaban el botín unos a otros y negaban ser los autores. En caso de cacheo, el teléfono había volado. Pero se metían en muchas peleas y pillaron a Anyelin con una cartera ajena.

Como los testigos ya los reconocían como la banda de los Beta de Vigo, se marcharon a Cangas a dar golpes, pero dejaron su huella digital en la red social. Uno envió un wasap erótico desde el teléfono de una víctima. Otro subió una foto de grupo en Instagram y una víctima reconoció su altavoz robado y otra su móvil. En los mensajes de la plataforma de moda ThisCrush, uno certificó que otro era miembro de los Betas y preguntaba si eran más fuertes que los Latin Kings. Incluso grabaron con móvil una pelea de rito iniciático en el bloque 30.

La Guardia Civil tenía ya indicios contra 15 miembros. En octubre, los agentes hicieron una redada en Vigo. El juez envió a prisión a José Albany, Anderlín y Enzo por pertenencia a grupo criminal. En cuanto a Anyelin, durante el registro del piso de su novio, se cayó del balcón y está hospitalizada en la uci en coma.