Los críticos acorralan a Villares en el plenario más bronco de En Marea

GALICIA

PACO RODRÍGUEZ

Aprobaron la mayoría de sus enmiendas y tumbaron la tesis política oficial

27 oct 2018 . Actualizado a las 23:54 h.

El sector crítico de En Marea lo intentó en el anterior plenario, cuando trató de captar jóvenes que acudieran a la sesión y así ganarle la partida al sector oficial de Luís Villares. No lo consiguieron. Pero fue ponerse a trabajar Compostela Aberta, con Martiño Noriega detrás, y lograr que una marea de gente acudiese ayer a la sesión en la que se tenía que aprobar la hoja de ruta para las primarias. A las nueve y media de la mañana ya había cola para acreditarse, incluida una treintena de personas que no se habían inscrito y que alegaron no haber podido hacerlo por cuestiones técnicas, pero que insistieron en entrar contra el criterio de la organización. Fue la primera bronca de una jornada esperpéntica que ratificó la fisura sin remedio de En Marea.

El sector crítico, que con la creación de la Mesa pola Confluencia fue capaz de movilizar a un importante número de personas -asistieron unas setecientas al plenario-, exigió que se dejase entrar a los no inscritos. Alentados, entre otros, por los diputados de Podemos Marcos Cal y Luca Chao -esta última al grito de «están intentando roubar o plenario»-, se enfrentaron a la mesa que lo presidía, que no cedió, alegando que el censo ya estaba cerrado. Los críticos exigieron que se votase y ganó su tesis, por lo que no solo entraron los que no estaban acreditados, sino que fue necesario habilitar una nueva sala para que todos pudiesen participar. Fue la primera derrota del sector oficial, a la que siguieron otras muchas, ya que la mayoría de las enmiendas presentadas por el bando crítico -del que forman parte los alcaldes y sus mareas, la dirección de Anova e inscritos de Podemos- salieron adelante, con la excepción de la que pedía listas abiertas para las elecciones al consello, que fue rechazada.

Incluso la tesis política que defendió Villares fue rechazada tras aprobarse una enmienda a la totalidad. En su intervención, el portavoz acusó a Ferrol en Común de haber mentido cuando el partido de Suárez celebró una fiesta a la que Villares no acudió. «Dixeron que eu non fora por cuestións de axenda e non foi certo, non fun porque non me invitaron. Daquela non o desmentín por gardar a casa». No le dejaron terminar el discurso; la mesa alegó que había superado los cinco minutos de intervención y Villares dejó el estrado ante las protestas de los suyos. La aprobación de la enmienda a la totalidad de la tesis política dejó a En Marea en una situación difícil de entender: durante toda la jornada se discutieron cuestiones internas y el plenario se cerró sin un documento político que presentar a los ciudadanos a los que quieren convencer para que voten por las mareas en las municipales y por En Marea en las elecciones europeas.

Fueron muchas las caras conocidas que acudieron al encuentro. Además de los diputados de Podemos Luca Chao y Marcos Cal, asistió su compañera Paula Quinteiro, que fue precisamente al finalizar el anterior plenario cuando protagonizó el incidente con la Policía Local de Santiago, que dio lugar a una de las crisis más fuertes de En Marea. También asistió la ex secretaria xeral de Podemos, Carmen Santos, que no lo hizo en sesiones anteriores pero que esta vez sí se presentó como firmante de una de las enmiendas.

No estuvieron ni el nuevo secretario xeral de Podemos Galicia, Antón Gómez-Reino, ni los alcaldes de A Coruña y Ferrol. Sí estuvo Martiño Noriega, que al llegar saludó cordialmente a Luís Villares. Fue el abrazo del oso.

La diputada de Anova dice que el grupo en Madrid está roto

La jornada ya era lo suficientemente dura cuando sobre las siete de la tarde se subió al estrado Alexandra Fernández, diputada de Anova en el Congreso. Pero su discurso demostró que faltaba por llegar lo más fuerte. En los plenarios de En Marea se les pide a los grupos parlamentarios que den cuenta de su actividad. Fue el diputado Pacho Casal quien lo hizo en nombre del grupo de En Marea en el Parlamento de Galicia. Por parte del grupo en el Congreso debería hacerlo su portavoz, Antón Gómez-Reino, quien tras ser elegido secretario xeral de Podemos Galicia se había comprometido a acudir al encuentro. No lo hizo, y trascendió que por razones personales de peso. Pero en lugar de hacerlo alguno de sus compañeros, la portavoz de la mesa leyó un escrito enviado por el grupo en el que los diputados en Madrid alegaban que no estaban obligados a dar cuenta de su actividad ante el plenario sino «cadaquén no espazo que considere». Y que, si alguno lo hacía, era a nivel individual.

A nivel individual lo hizo Alexandra Fernández, quien reconoció que «esta anomalía é un síntoma de que temos problemas», pero dijo que ella quería cumplir con el plenario «porque teño a obriga de render contas». Dijo más: que no habían sido capaces de cumplir objetivos porque el grupo no estaba coordinado y que solo «dous ou tres deputados deciden todo e non o comparten cos demais por intereses persoais», en referencia a Gómez-Reino, Yolanda Díaz y Ánxela Rodríguez. También dijo que la agenda gallega estaba bloqueada porque En Marea carecía de autonomía en el grupo confederal de Podemos. Le aplaudieron los de Villares.

El registro de entradas del plenario confirmó sus graves acusaciones. Fernán-Vello sí estuvo; Yolanda Díaz estaba en Barcelona; de Ánxela Rodríguez no hubo noticias y, según fuentes de Podemos, «Gómez-Reino non foi porque non lle deixou Pablo Iglesias». A media tarde, Gómez-Reino publicó un tuit del partido del Dépor con un mensaje en apoyo a los trabajadores de Alcoa.

Una inscrita acusó a los alcaldes y a Gómez-Reino de romper el partido «para botar a Luís»

Al sector crítico no le salió gratis la victoria, ya que tuvo que escuchar acusaciones muy fuertes de quienes apoyan a Villares. Entre ellas, la de Maribel García, una inscrita que abroncó con dureza a los alcaldes y a quienes los apoyan. «Moitas grazas Martiño Noriega, Xulio Ferreiro, Jorge Suárez e Antón Gómez-Reino por acabar coa ilusión de persoas coma min que pensabamos que este espazo era posible. Grazas por traballar para que o PP aumente a súa maioría absoluta». A su entender, la batalla interna no tenía otro objetivo que «botar a Luís» de la portavocía, en referencia a Villares. Y les aconsejó que pusieran «as barbas a remollar».

Las acusaciones fueron muchas y graves. Gladys Afonso, de Anova, defendió las listas abiertas para que no se repitiese lo del anterior consello das mareas, cuando Villares se apoyó en las listas alternativas a la suya para hacerse con la portavocía. Hubo también palabras duras a los críticos, a los que se les acusó de defender los intereses de sus partidos, y los miembros de la mesa se vieron apurados en ocasiones para mantener la calma. En un determinado momento, hasta se les oyó gritar: «Os de arriba, que non se pode fumar na sala!».

En ese contexto hubo momentos hasta jocosos, como cuando Gonzalo Rodríguez, miembro de la coordinadora, se empeñó en decir que «somos unha organización fraterna» o como cuando a algún ponente se le llenó la boca con la palabra «unidade».

Participación y transparencia

Y pese a todo, Luís Villares quiso lanzar un mensaje positivo al finalizar el encuentro. Se mostró satisfecho «pola alta participación» y por la «transparencia» del debate, que a su entender demuestra que En Marea es un partido diferente a los demás, «aberto e plural». Negó sentirse derrotado y no quiso hablar de vencedores ni de vencidos «cando todos estamos no mesmo lado da trincheira». Valoró, sobre todo, que se aprobase el informe de gestión de la coordinadora y que se mantenga el sistema tradicional de candidaturas en lugar de las listas abiertas para el consello das mareas.

En medio de la ruptura, En Marea sigue su camino hacia las elecciones internas que se celebrarán a principios de diciembre. Pese a la victoria puntual de los críticos, nada está escrito, todo depende de las candidaturas y de lo que voten los inscritos en el proceso telemático.