El PPdeG sitúa en Lalín el kilómetro cero para su estrategia política tras el 26M

Juan María Capeáns Garrido
juan capeáns SANTIAGO / LA VOZ

GALICIA

Toma de posesión de José Crespo
Toma de posesión de José Crespo

Feijoo pone en valor el modelo de trabajo «puerta a puerta» que permitió a José Crespo recuperar la alcaldía a la primera

17 jun 2019 . Actualizado a las 07:16 h.

Rabia para digerir la derrota, temple para la estrategia, acierto y trabajo incondicional puerta a puerta, vecino a vecino. Es lo que hizo José Crespo para recuperar el Concello de Lalín para el PPdeG y es lo que le va a exigir Feijoo a todos los alcaldables, concejales y candidatos en general que no han cumplido sus objetivos en las dos citas electorales. Los populares, desposeídos por completo de poder urbano, podrían haber puesto el foco en otras localidades más pobladas como Arteixo, Ribeira o Marín, donde van a gobernar con más o menos dificultades, pero el de la capital del Deza ha sido un caso que ha sorprendido hasta al propio presidente, que ha pedido referencias sobre el trabajo realizado para utilizar como modelo y rearmarse así con vistas a una precampaña autonómica que se presume larga y que puede decidirse por un puñado de votos, como ocurrió en Lalín.

«A min non me come a terra», comentaba Crespo horas después de agarrar de nuevo el bastón de mando. Es un dicho familiar que viene a explicar su capacidad para rehacerse plantando cara a las dificultades. Él dejó a un lado el Senado y cualquier elemento que le provocara distracción para centrarse en el trabajo a pie de calle y de leira, porque el también llamado kilómetro cero de Galicia tiene medio centenar de parroquias y un reparto de población a medias entre la capital del municipio y las zonas rurales, una proporción muy parecida a la de Galicia.

Pero hay otros elementos menos románticos que también fueron determinantes. Crespo configuró un pequeño equipo de trabajo que gestionó de forma equilibrada la comunicación y las redes y se apoyó políticamente en una red de medio millar de personas de confianza que extendieron sus tentáculos. Y tuvo en el conselleiro Román Rodríguez un respaldo estratégico desde la Xunta. De hecho, el que fuera concejal en Lalín es el único miembro del gabinete de Feijoo con influencia territorial por sus orígenes municipalistas que ha conseguido buenos resultados en su feudo. «Por moi pouco -94 votos-, pero saíu ben», reconoce uno de esos colaboradores de Crespo.

Sin piedad contra Ciudadanos

Lo que también va a cambiar en el PPdeG en los próximos meses es la relación con los adversarios políticos. El enfado con Ciudadanos es monumental y la consigna interna es emplearse a fondo para demostrar que, al menos en Galicia, no son una alternativa a la izquierda, sino colaboradores de socialistas y nacionalistas, como sucedió en A Cañiza o Malpica. «É moi grave», se lamentaba el secretario general Miguel Tellado, que reclama a Albert Rivera un posicionamiento público sobre estos dos casos.

De fondo, subyace la negativa a colaborar con su escaño en la Diputación de Ourense, lo que obligó al PPdeG a echar una moneda al aire con Pérez Jácome. Sobre esa arriesgada apuesta no hay dudas. «El PSOE prueba su propia medicina», argumentan los dirigentes populares, que no quieren volver a cometer el error de centrarse en el desgaste de un solo partido para que otros recojan los frutos, como sucedió con las mareas. Por eso irán de frente a por los socialistas sin despistar a sus «mochilas».